Banca y finanzas

Los bancos centrales están más cerca de adoptar las CBDCs y usar redes que operen dinero digital y fiat

  • El Bundesbank o el Banco Central de Francia están operando en un sandbox
  • Es un proyecto que pretende integrar los activos digitales en SWIFT
  • Las entidades han tokenizado efectivo, acciones y bonos
Foto: iStock.

El sistema financiero y, en concreto, los bancos centrales están más cerca de adoptar las CBDCs (las monedas digitales de los bancos centrales). Actualmente, 14 organismos, incluido el Bundesbank o el Banco Central de Francia, están haciendo transacciones con estos activos digitales en un entorno de pruebas (lo que se conoce como sandbox).

Estas instituciones y otras entidades como UBS, HSBC o Wells Fargo están operando en esas redes de prueba y ya han realizado múltiples transacciones. Por ejemplo, han intercambiado CBDCs con CBDCs o estas monedas digitales de los bancos centrales con dinero fiat. También han tokenizado activos, como bonos o acciones. 

Se trata de un proyecto del sistema de comunicación interbancario SWIFT, que integra la tecnología de libro de registro distribuido (DLT, por sus siglas en inglés) y los sistemas de pago actuales para que las monedas tradicionales y los activos digitales puedan interactuar. Consiste en llevar su red global a un nuevo estado de innovación que use dichas tecnologías para unir en un mismo ecosistema todos los activos. Actualmente, SWIFT conecta 11.500 instituciones financieras, a través de 4.000 millones de cuentas en 200 países y territorios. La futura red facilitaría el comercio, la inversión e introduciría nuevas formas de operar entre todos sus miembros. 

"La innovación puntera de SWIFT está allanando el camino para el uso global de las CBDCs y los activos tokenizados", destaca el comunicado emitido por el organismo. A lo que añade: "hemos demostrado con éxito que las monedas digitales de los bancos centrales y los activos tokenizados se pueden mover sin costuras por la infraestructura financiera existente, un hito que permite su sencilla adopción en el ecosistema financiero internacional".

El proyecto tiene una arista principal: la interoperabilidad. El punto diferencial de SWIFT -que es para lo que se creó-, es establecer un estándar común para las transacciones financieras. Al integrar los activos digitales y las nuevas tecnologías, el objetivo es el mismo: establecer un sistema sin fricciones. Las pruebas realizadas tras 8 meses han logrado con éxito interconectar redes blockchain entre varias fronteras, por una única vía y en tiempo real. 

El organismo explica que 9 de cada 10 bancos centrales en el mundo están trabajando en sus monedas digitales. Sin embargo, los proyectos utilizan distintas tecnologías y se centran en el uso doméstico de las CBDCs. "Para desplegar todo el potencial de las monedas digitales de los bancos centrales, estas monedas tienen que superar sus diferencias intrínsecas y sus brechas con el dinero fiat", señala el proyecto. Nueve países del mundo ya tienen sus CBDCs, como Nigeria o Las Bahamas. SWIFT destaca que ninguna propuesta aislada funcionará en el futuro sino que se usarán sistemas que conecten a todas las partes. 

"Hemos demostrado la viabilidad técnica de nuestra solución entrelazada. La solución es escalable y resuelve el reto del uno para muchos que no abordan las comunicaciones bilaterales", señala.

SWIFT explica que, en adelante, planean usar los resultados de este trabajo para construir una solución para toda su red. En todo caso, también se enfrentan a ciertas trabas, como las diferentes regulaciones de cada país o la dificultad de integrar toda la infraestructura crítica de los distintos bancos centrales en una sola.

Tokenización de activos

Además de una implementación de las monedas digitales, el proyecto también ha estado probando la tokenización de activos. En entornos de pruebas, se han emitido activos, se han tejido mercados secundarios y se han tokenizado efectivo, acciones y bonos. Como en el caso anterior, se ha logrado crear un acceso único a esas redes.

Han comprobado que se pueden crear sus propias fichas digitales, hacer transacciones con las mismas y operar entre carteras, como ocurre con el actual funcionamiento de las criptomonedas. Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), el mercado de la tokenización alcanzará los 24.000 billones (trillion) de valor en 2027.

Una de sus ventajas es que posibilita que ciertos activos sean más líquidos y, asimismo, permite fraccionarlos. Por ejemplo, si se hacen fichas digitales que dividan la propiedad de un hotel, se permite que diferentes inversores participen en un activo tradicionalmente ilíquido mediante el fraccionamiento de la propiedad. Esto permitiría una mayor diversificación de las carteras tradicionales y daría un mayor acceso a los inversores minoristas.

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