
En un contexto tan incierto como el actual, uno de los puntos en el que coinciden diferentes organismos, tanto nacionales como internacionales, es que España va a ser uno de los países más golpeados a nivel social y económico.
En este sentido, hemos visto como, durante la crisis, el sector financiero ha tenido un papel clave en la canalización de la política monetaria a la economía real, manteniendo la provisión de liquidez a las empresas y familias. Ahora, con las políticas de acción y responsabilidad social debe tener un papel igualmente relevante en las medidas de estímulo fiscal orientadas a la recuperación. En el caso de España, esto pasa por adoptar un rol activo en la implementación del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Se trata de una tarea sin duda compleja, dado su elevado volumen (alrededor de un 11% del PIB).
En los peores momentos de la crisis, las entidades de CECA pusieron en marcha una batería de medidas inéditas hasta la fecha en la que participaron CaixaBank, Bankia, Kutxabank y Cajasur Banco, Abanca, Unicaja Banco, Ibercaja Banco, Liberbank, Caixa Ontinyent y Colonya Pollença y Cecabank. A cierre de octubre, las entidades de CECA han canalizado más de 30.800 millones de euros de avales ICO a través de más de 260.000 operaciones. Junto a esto, se han movilizado grandes volúmenes de financiación adicional. Una labor crucial en un país como España donde el crédito bancario es la principal fuente de financiación de las pequeñas y medianas empresas, que suponen el 99% del tejido productivo.
Todo ello ha sido posible gracias a dos factores. Por un lado, a una banca mejor preparada, con una elevada solvencia y menores ratios de apalancamiento gracias al esfuerzo acometido en los últimos años y que les ha servido para sanear sus balances. Además, la capilaridad de las entidades de CECA les permite llegar fácilmente a los clientes que necesitan financiación.
Por otro lado, la estrecha colaboración con las autoridades económicas, monetarias y laborales ha posibilitado poner en marcha las medidas de emergencia en las que la banca ha actuado como puente entre el Gobierno y la ciudadanía. Junto a las líneas de avales del ICO, las entidades de CECA han llevado a cabo otras actuaciones como la moratoria hipotecaria, con más de 500.000 operaciones a cierre de octubre; más de 16 millones de anticipos de prestaciones por desempleo; o 36,8 millones de anticipos en prestaciones por jubilación.
La financiación, palanca de recuperación
Para reducir el desempleo y volver a niveles de crecimiento significativo la financiación será una herramienta clave. Y es que si en la primera fase de esta crisis la prioridad era preservar la liquidez de las pymes para evitar al máximo el cierre de las empresas, en la recuperación la clave va a ser reforzar la solvencia de las empresas para que puedan actuar como motor de la recuperación económica y del empleo.
Por otro lado, la actividad crediticia de la banca va a determinar la financiación de los proyectos de inversión transformadores de nuestra economía hacia parámetros de sostenibilidad y digitalización que se van a poner en marcha a través de los planes económicos aprobados en Europa y por los que se han asignado a España 140.000 millones de euros.
Canalizar fondos: un efecto multiplicador
La canalización de fondos puede generar un efecto multiplicador para maximizar el impacto en la economía del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia, contribuyendo así a reducir los plazos de recuperación de los niveles de bienestar previos a la crisis.
El valor que puede aportar la banca en este sentido se debe a: su elevado grado de capilaridad, con una red de 10.000 oficinas en todo el territorio nacional, contribuyendo a evitar la exclusión financiera; su conocimiento experto y cercano de las empresas; su experiencia en el análisis de viabilidad y la implementación de proyectos de financiación; una avanzada infraestructura digital; y su disponibilidad de liquidez, que le permitiría adelantar fondos, evitando tener que supeditar su distribución a la de recepción de las ayudas europeas. Y es que, no olvidemos que el sector bancario ha sido y está llamado a ser el sistema circulatorio de nuestra economía.