Editorial
Ni la Bolsa ni los bancos griegos abrirán hoy sus puertas, iniciando un cierre que puede prolongarse, en ambos casos, hasta una semana, mientras las entidades siguen dependiendo de la liquidez de emergencia del BCE. Paralelamente, la población se verá sometida a controles de capital, como el que limita el máximo de retirada en los cajeros a 200 euros, en lo que constituye un auténtico corralito.