Editorial
La elevada rentabilidad de los bonos a ambos lados del Atlántico castigó a las bolsas. Pero más allá de esta circunstancia no existe razón de peso para dejar de confiar en la renta variable, como indica el rebote que los mercados europeos protagonizaron ayer. Lejos de lo que pueda parecer, esta volatilidad de las bolsas puede ser apta para incrementar posiciones, especialmente en Europa. Así lo piensan los analistas, que avalan su tesis por el dulce momento de la economía.