Opinión
05/10/2017, 21:00
Thu, 05 Oct 2017 21:00:40 +0200
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Por Omer Freixa* (Especial para el Economista América)Burkina Faso puede pasar como un país desapercibido y para muchos difícil de ser ubicado en un mapa, además que pueda desorientar el hecho que a mediados de los años 80 haya cambiado de nombre (el que hoy conserva), dejando atrás el colonial Alto Volta. En 1983, en las vísperas de comenzar una gran transformación, según Naciones Unidas, el 75% de la población altovoltense vivía en condiciones de pobreza absoluta.