La muerte del papa Francisco a los 88 años ha pillado a los programas de televisión en pleno directo. La noticia ha hecho que todos ellos hayan tenido que interrumpir su programación habitual. Ana Rosa Quintana estaba entrevistando al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cuando ha llegado la información a Telecinco. Susanna Griso, por su parte, estaba hablando con el presidente de Murcia, Fernando López Miras.

No hay un sitio donde Carlos Alcaraz sea más feliz que en su pueblo, El Palmar, con sus amigos de siempre, su familia y en su casa de toda la vida. En esa habitación mínima con cama de 90 en la que ya no le entran más trofeos es donde a Carlitos le sale todo el acento murciano que indica que está cómodo, en su salsa, feliz. También disfruta en las pistas de tenis, pero se complica la cosa cuando la presión se apodera de él, cuando pueden más las expectativas que genera en los demás que su propia ilusión. Complicado luchar con esos monstruos que la roban la inspiración. Y cuando su creatividad desaparece, también se esfuma su mejor tenis.

TVE emitirá un mensaje antes de la proyección de las películas de Cine de Barrio para advertir de que son de otra época y que, por lo tanto, muestran actitudes que ahora serían reprochables. Cosa evidente, por otra parte, porque todos los espectadores de ese programa saben perfectamente que las películas que emite son de tiempos pasados.

TVE lleva días sometiendo a un mareo constante a los espectadores en lo que se refiere a su programación de tarde. Primero fueron las entregas especiales de La Promesa por la muerte de Jana y, después, la decisión de emitir Malas lenguas en simulcast (a la vez en La 1 y La 2). El programa de Cintora fue como el Guadiana y apareció y desapareció del primer canal, porque primero solo iba a verse en La 1 el primer día, luego una semana completa y, finalmente, TVE se arrepintió y lo derivó a La 2 desde su tercera jornada.