nuevo debate
La industria del ocio sexual ha evolucionado mucho en los últimos tiempos aprovechando el desarrollo tecnológico. Se ha pasado de las películas pornográficas a las experiencias en realidad virtual y de las muñecas hinchables a los robots sexuales hiperrealistas equipados con todo tipo de sensores e inteligencia artificial.Ahora, una campaña llevada a cabo por desarrolladores, antropólogos y especialistas en ética quieren que se prohíba la fabricación de este tipo de robots porque es un uso "innecesario e indeseable de la tecnología" al tiempo que supone equiparar a la mujer con un objeto.