En el año 2027 el sistema de seguridad social para los autónomos se transformará por completo. Tal y como ha anunciado recientemente la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, se eliminarán las mutualidades. Esta noticia provoca una transición obligatoria para algunos profesionales como abogados, arquitectos o procuradores hacia el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).

El bienestar de un empleado se ha convertido en una garantía de compromiso y entrega con el puesto. Hasta hace unos años el bienestar laboral se vinculaba, sobre todo, al salario que el trabajador recibía. Pero tras la incorporación de la Generación Z al mundo laboral, el desarrollo de nuevas políticas de recursos humanos y la llegada del Covid-19, los trabajadores valoran cada vez más otras cuestiones para su satisfacción profesional.

La población mundial está envejeciendo. La mayoría de países están apreciando un aumento en el número de personas con edad avanzada. El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más relevantes del siglo XXI, con consecuencias en casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el seguro. Según datos del informe Perspectivas de la población mundial 2019, en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años, es decir, un 16% más que la población actual, que es de una de cada 11. Además, se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, pasando de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.

En los últimos tiempos, las aseguradoras tienen un nuevo objetivo de conquista: la generación Z. Aunque no se ha determinado una fecha fija para el inicio o fin de la generación Z, se estima que surgió entre 1993 y 1999. Además, se considera que finalizó en 2010. Desde el plano sociocultural, esta generación destaca por centrarse en temas como el bienestar físico y mental, asimismo, son prácticos y realistas. Han madurado junto a las nuevas tecnologías, por tanto, son nativos digitales. En este contexto, las compañías de seguros deben afrontar este nuevo reto con estrategias flexibles y adaptativas.

El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI, se ha convertido en una de las principales preocupaciones en las entidades aseguradoras y reaseguradoras. En los últimos decenios el cambio climático ha sufrido una aceleración, incitado por el impacto del "efecto invernadero". Este hecho provoca una creciente oleada de eventos extremos como terremotos, ciclones, tempestades, inundaciones, sequías, etc., y genera daños irreparables para la sociedad. Todo ello repercute negativamente en la rentabilidad de las aseguradoras y reaseguradoras, que en los últimos años han visto disminuir sus beneficios.

La tasa de mortalidad en España sigue sin volver a los datos habituales prepandémicos. Administrativamente, nadie quiere desarrollar por qué se produce este contundente fenómeno descubierto por Eurostat. Según revelan los últimos datos publicados por la oficina estadística europea, España ha experimentado un aumento del 16% en la tasa de mortalidad registrada en junio, por detrás de Portugal, con un alza del 24%.

El nuevo universo digital y virtual se presenta como una oportunidad para explorar nuevos negocios aseguradores e incluso para conseguir acercarse y 'enganchar' a las nuevas generaciones.

La edad es uno de los factores que las compañías aseguradoras tienen más en cuenta a la hora de elaborar las pólizas de cualquier tipo de seguro. De hecho, muchas de ellas rechazan contratar seguros con aquellas personas que sobrepasan los 65 años de edad, la mayoría alegan razones de riesgos. No obstante, cada vez son más las aseguradoras que muestran su compromiso con este colectivo vulnerable, y permiten concertar pólizas a mayores de 70 años, brindando servicios médicos, sanitarios, seguros de vida, de accidentes e incluso decesos. La población española envejece cada vez más. Las personas no solo viven más tiempo, sino que también trabajan más años, tal y como se ha demostrado con la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años. Además, la natalidad baja constantemente, provocando un problema para las aseguradoras que necesitan más años de cobertura para rentabilizar los seguros de vida y de decesos. Por otro lado, la crisis financiera también hace más probable que incluso los mayores de 65 años lleguen a esta edad con deudas o hipotecas.

Las coberturas y garantías son los factores clave que envuelven a los seguros para paneles solares, que pueden estar, o no, incluidos en las pólizas de hogar. Se trata de riesgos complejos que es necesario que estén asesorados por profesionales de la mediación de seguros para contratar las coberturas adecuadas.

El sector asegurador tradicional ha sabido adaptarse a la crisis pandémica, una vez más ha demostrado su robustez y flexibilidad. En estas circunstancias se ha impulsado la reformulación digital, a través de las insurtech. Las insurtech recogen el testigo de sus precursoras fintech, pero aplicando las tecnologías e innovación al sector asegurador. La industria de las insurtech no solo se ha mantenido firme durante la pandemia, sino que ha conseguido atraer a un mayor número de inversores, alcanzando los 7.000 millones de dólares (6.420 millones de euros), según apunta el 'Insurtech Global Outlook 2021'.