¿Te gustaría poder cambiar el tono de la luz de tu habitación o del salón cada vez que te apetezca? Por ejemplo, la luz blanca fría o azul clara es perfecta para mejorar la concentración y la motivación durante el día, mientras que los tonos cálidos como el amarillo o el naranja te ayudan a relajarte justo antes de dormir. Los tonos rosas o púrpura son perfectos para cenas especiales o momentos íntimos, y reserva los colores más vibrantes para ambientes festivos. ¿No sabes cómo hacerlo? Es tan sencillo como cambiar las luces convencionales por una bombilla inteligente.