
Las unidades de corporate venturing se están convirtiendo en un puente entre empresas grandes o pymes y startups innovadoras. Una relación que puede establecerse a través de diferentes mecanismos, pero que todavía encuentra algunas dificultades para implementarse, a pesar de ser una relación beneficiosa para ambas partes. Pero, ¿cómo puede establecerse esta relación? ¿Cuáles son los retos y principales barreras? Y lo que es más importante: ¿cómo se superan?
Innovar rápidamente es una de las principales preocupaciones de las compañías. Una prueba de ello es que el 70% de las grandes empresas está aumentado su inversión en unidades de innovación. Es más, el 60% se han creado en los últimos cinco años, según se desprende del informe elaborado por IESE y Opinno sobre 'Innovación abierta: creando y escalando tu unidad de corporate venturing'' que se ha presentado en el marco de una jornada del Ecosistema Más Empresa de Ibercaja Banco y la Fundación Ibercaja, que se ha celebrado en Zaragoza.
Una relación entre empresas y startups que es necesaria hoy en día porque "el mundo cambia no solo a nivel lineal, sino exponencial. Está la Inteligencia Artificial, la realidad aumentada, la realidad virtual... Las empresas necesitan la velocidad suficiente para innovar de acuerdo con las necesidades del mercado. Es como un barco grande, que necesita una lancha para explorar a esa velocidad y no quedarse atrás. La startup puede crecer más rápido al lado de una empresa grande". Además, las startups "ya no quieren solo financiación, sino acceso a conocimiento, datos o tecnología. Las grandes están más abiertas a esta colaboración", según ha explicado Josemaria Siota, director de investigación del Centro de Iniciativa Emprendedora e Innovación de IESE Business School, a elEconomista.es
Sin embargo, pese a este aumento de la inversión en las unidades de innovación y la mayor apertura al corporate venturing, las empresas tienen problemas para implementar estas unidades de la mejor manera posible. Una relación entre grandes empresas y startups que puede articularse en torno a una serie de mecanismos.
Entre los principales destacan la adquisición de las startups, así como los fondos de capital riesgo corporativos, las aceleradoras e incubadoras corporativas, excubadoras, hackathons, alianzas estratégicas, scouting o compartir recursos, entre otras.
Normalmente, no todas las empresas utilizan los mismos mecanismos, sino que "depende de la madurez de sus unidades de negocio". Por ejemplo, en la fase de creación se tienden a emplear más los mecanismos que tienen un coste más bajo y que se pueden desplegar rápidamente como las misiones de exploración, mientras que en la fase de crecimiento se apuesta más por las incubadoras o el capital riesgo corporativo. Por su parte, en la fase de consolidación, las aceleradoras son las protagonistas para impulsar nuevos proyectos.
Son mecanismos que las pymes, que conforman la mayor parte del tejido empresarial español y aragonés, pueden utilizar igualmente para establecer su relación con las startups. "Solo hay que adaptarlos a la pyme, que es similar a una gran empresa, aunque tiene unas diferencias como los menores recursos y, en algunos casos, una visión más a corto plazo. Cuando se diseña la estrategia de corporate venturing, hay que tener en cuenta que unos mecanismos son de más o menos coste, otros ofrecen oportunidades más a corto o largo plazo… Normalmente, las pymes tienden a utilizar las que tienen menos coste".
Principales barreras
A pesar de disponer de estos mecanismos, todavía existen una serie de barreras para establecer esta relación o unidad de corporate venturing porque grandes empresas o pymes y startups presentan algunas diferencias que, sin embargo, "tienen una relación directa. Las debilidades de una son las fortalezas de otra".
Las principales barreras para las grandes empresas son su lentitud, la falsa creatividad, los procesos estandarizados inflexibles o la alta aversión al riesgo, además de detectarse también retos relacionados con la gestión de la propiedad intelectual y la propiedad de la marca.
Para las startups, los problemas básicos son las dificultades para acceder al extranjero, los pocos empleados y los pocos recursos o bajo presupuesto y los escasos planes estratégicos.
Y, ¿cómo se pueden superar estas barreras? La solución está en tres prácticas clave. Una de ellas es "hacer experimentos". Por poner un símil más gráfico es "como los patos. Si quieres aprender a nadar, tienes que nadar". De esta manera, hay que ser conscientes de que "se está aprendiendo y lanzarse".
Además, los experimentos tienen que "maximizar la capacidad de aprender y minimizar el coste de la experimentación" para lo que es recomendable analizar los mecanismos que te permitan detectar qué es lo que te falta y que te puede aportar más como es el caso de un avance tecnológico o una aplicación.
También, es conveniente aprovechar los foros de conocimiento y eventos centrados en conectar la innovación. "Es importante ver lo que hacen en tu sector y las empresas" para aplicarlo.
Pero tampoco hay que perder de vista otras claves para esta "alianza". Y es que muchas veces no se eligen bien los criterios para establecer los mecanismos más adecuados en cada etapa. De hecho, la mayor parte de las empresas toman este tipo de decisiones en relación al nivel de innovación requerida, centrándose en muchas ocasiones en el retorno de la inversión cortoplacista.
Sin embargo, hay que poner más el foco en los indicadores estratégicos porque "con el retorno de la inversión cortoplacista matamos oportunidades de crecimiento a largo plazo".
Para ello, se debe poner el "foco en el nivel de innovación" y evitar el "esto me gusta" para aplicarlo en la empresa sin realizar ninguna adaptación. También se debe considerar la madurez de la unidad de corporate venturing porque los mecanismos a utilizar "son distintos" porque también los desafíos son diferentes en cada etapa.