
La empresa, que produce las jeringas PosiFlush, va a invertir 52 millones de euros en su planta de Fraga (Huesca) para poder atender la demanda creciente en los mercados internacionales de Europa del Este, Asia, Oriente y África.
El objetivo de la ampliación de las instalaciones es cubrir la demanda mundial que la compañía prevé en los próximos años, además de ampliar la cuota de mercado en países como Rusia, Turquía y China, así como en la Europa del Este, África y Oriente Medio.
Para abordar esta demanda, Becton Dickinson -que exporta el 96% de su producción a países de todo el mundo-, acometerá una ampliación de su planta de Fraga con la que se incrementará su capacidad de producción y se generarán 40 nuevos puestos de trabajo. Un proyecto que ha sido declarado Inversión de Interés Autonómico en Consejo de Gobierno.
Además, la empresa modernizará tecnológicamente las instalaciones. Un proyecto para el que cuenta con 5.418 metros cuadrados de terreno.
Esta no es la primera vez que Becton Dickinson amplía su actividad en Fraga. Ya en el año 2014 la compañía comenzó la construcción de un nuevo edificio para albergar cuatro líneas de producción de la jeringuilla Posiflush, que han ido creciendo ante la actual demanda.
La planta de Becton Dickinson es una de las fábricas de material sanitario más importantes del mundo. En la actualidad, sus instalaciones ocupan una extensión de 100.647 metros cuadrados de los que 45.020 metros cuadrados están construidos. Su capacidad de producción es de 6.000 millones de unidades y su plantilla está formada por más de 600 empleados.
Unas cifras que contrastan con las del inicio de su actividad en 1986 con la compra de la planta de fabricación de material sanitario que Fabersánitas Industrial SA tenía en Fraga. En aquel momento, la fábrica tenía una superficie de 9.000 metros cuadrados, empleaba a 180 personas y fabricaba 570 millones de unidades al año.