Aragón

IVIA busca un escudo contra las plagas en los cítricos

El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) está trabajando en varios proyectos para frenar las plagas en la fruta y, en concreto, en los cítricos, con la cría de enemigos naturales. Una investigación con la que se incide en la prevención con el fin de evitar la aparición y expansión de plagas, que han dañado seriamente los cultivos en otros países, así como las consecuencias nefastas para el sector si se detectasen en España.

El sector de los cítricos tiene un importante peso económico en la Comunidad Valenciana. Aproximadamente, supone el 60% de la producción total nacional, además de localizarse en esta región la mayor superficie dedicada a este cultivo. Cualquier afección tanto en el campo como en la postcosecha podría tener consecuencias nefastas. Un motivo por el que es especialmente importante la prevención para evitar que, por ejemplo, los cítricos se vean afectados por plagas. [Más información en la revista Agro de elEconomista]

En esta línea de prevención está inmerso precisamente el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) a través de diversos proyectos con el fin de conseguir detectar a tiempo los problemas y ponerles la solución lo antes posible para que no se produzcan consecuencias negativas.

"Ahora estamos trabajando en dos enfermedades que son peligrosas para los frutales como la Xylella fastidiosa y el Huanglogbing, que afecta a los cítricos", según ha explicado Enrique Moltó, director de IVIA, a elEconomista.es 

"La Huanglogbing es una enfermedad muy peligrosa para los cítricos. Tenemos redes de vigilancia para que esto no nos llegue porque ha destruido los cítricos en Florida y ha puesto en peligro la producción en Brasil". Para darle solución a este problema, en IVIA "procuramos asociarnos con los productores. El instituto por sí solo no puede resolverlo todo. En el caso de estas enfermedades emergentes, trabajamos no sólo con cooperativas agrícolas valencianas, sino también con otros centros en Andalucía, Cataluña y Murcia porque es un problema que nos podría afectar a todos".

Hasta ahora, la actividad se ha centrado en "desarrollar unas redes de investigación para generar más conocimientos y que éstos sean complementarios. Por ejemplo, si hay que tratar el caso de la bacteria, abordar desde la búsqueda del material vegetal que la transmite a los métodos de detección rápida", entre otros aspectos. "También estamos en contacto con el sector y formamos técnicos para que sean capaces de reconocer síntomas del material sospechoso, que nos lo tienen que enviar para saber si es un problema o no".

De momento, en España, no se ha detectado la enfermedad por Huanglogbing, pero sí se sabe que hay vectores en Galicia y en Portugal -país este último con el que se mantienen relaciones para ver cómo se desarrolla-, así como en Canarias, donde están trabajando "en enemigos naturales para hacer ensayos y ver si somos capaces de frenar la expansión del vector, que es también importante". A ello se suma el convenio con la estación de Galicia para criar masivamente enemigos naturales del vector. Las investigaciones igualmente se centran en "métodos de diagnóstico rápidos ante cualquier sospecha en laboratorio o campo para saber si está o no la enfermedad. Estas redes de alerta se sustentan sobre sistemas de detección precoz que sean fiables y que contribuyen a que los problemas luego sean menos importantes".

La línea de investigación para frenar las plagas con los enemigos naturales tiene otros beneficios para el sector más allá de conseguir que no se expandan. Y es que, a través de los proyectos desarrollados en IVIA, se ha logrado reducir la utilización de fitosanitarios. "La Comunidad Valenciana y España es donde menos fitosanitarios se consumen en el mundo, gracias a que se han hecho estudios de control biológico y hay información suficiente para evitar las derivas de productos. Hemos conseguido que se reduzca un 30% el consumo de productos fitosanitarios por la lucha biológica y por lograr equilibrios poblacionales entre los diferentes insectos". Además, si se tienen que utilizar, "los agricultores pueden aplicarlos con el menor impacto posible".

Hacia una economía circular

Esta línea de investigación es una de las principales en las que viene trabajando IVIA, que está inmersa también en otra serie de proyectos para la mejora de los suelos y el aprovechamiento de diversas materias orgánicas en el sector agrario. "Colaboramos en varios frentes. Por un lado, en las cuestiones relacionadas con el compostaje para ver cómo incorporarlo y su impacto sobre el terreno y la microbiología del suelo. También tenemos convenios con empresas de depuración de agua de la Comunidad Valenciana para intentar utilizar los lodos de depuradora en agricultura y ver los condicionantes de ese lodo para que sea útil, cómo incorporarlo al suelo y dosificar su uso".

"Todo este tipo de cuestiones se han conseguido con proyectos y muchos años de esfuerzo" -añade Enrique Moltó-, en los que también se ha trabajado, a través de convenios, "con empresas que hacen la reutilización de materia orgánica en núcleos urbanos. Generamos pautas que están disponibles en la web sobre el contenido que tienen que tener, su utilización... Procuramos que esa información no se quede aquí, sino que salga fuera".

Las investigaciones desarrolladas han permitido que se empleen determinados lodos y el compostaje en el sector agrícola. De hecho, el compostaje ya se usa en muchos ámbitos agrarios de la Comunidad Valenciana y, por ejemplo, "en Requena se emplean lodos de depuradoras. Se trata de utilizar lodos útiles y que la agricultura no se convierta en un vertedero. Trabajamos para que lo que es un residuo para unos, sea útil para otros, con el fin de avanzar hacia la economía circular".

150 años al lado del sector

Estas líneas de actividad se suman a otras muchas en las que está trabajando IVIA y que comprenden múltiples ámbitos como la producción de nuevos materiales y plantas que sean útiles en la zona del Mediterráneo y en la Comunidad Valenciana; estudios de la mejora vegetal desde un punto de vista genético; ahorro de agua; la mitigación del cambio climático; la ingeniería aplicada en agricultura con sistemas que son capaces de reconocer directamente defectos en la fruta o de encontrar síntomas de enfermedades en el campo; reducción de fitosanitarios y que no se produzcan derivas con las máquinas que los distribuyen o el control biológico de enfermedades postcosecha sin tratamientos químicos "para que la fruta llegue al almacén bien, se pueda transportar y sin perder calidad nutritiva". En el campo de la ganadería, se trabaja en la mejora de las razas autóctonas y el bienestar animal.

Es una actividad científica en la que IVIA siempre ha estado al lado del sector desde su constitución por entidades que se crearon hace ahora casi 150 años -el aniversario se celebra en 2018-, produciéndose importantes cambios desde entonces. Antes, se trabajaba para "facilitar que los agricultores tuvieran información de primera mano sobre materias vegetales de las que disponían. Antes se pedía más producción, ahora más respecto al medioambiente en la producción".

Hoy en día, IVIA es instituto que aborda toda la producción agraria, sobre todo valenciana, desde la semilla hasta la central hortofrutícola. "Trabajamos toda la producción de alimentos frescos y de producción agraria hasta su transformación". Esta actividad se lleva a cabo en Moncada (es el centro más grande), el departamento del arroz en Sueca y en el Centro de Investigación y Tecnología Animal en Segorbe. En total, trabajan alrededor de 150 personas. IVIA, que tiene un presupuesto de alrededor de 2 millones de euros anuales en investigación a través de medios exteriores al instituto, genera al año entre cinco y seis patentes relacionadas con materiales vegetales y una o dos de propiedad industrial.

Y, de cara al futuro, IVIA se plantea líneas centradas en "la seguridad alimentaria en una doble vertiente para conseguir alimentos para todo el mundo, pero respetando la diversidad del planeta e intentando producir con el menor impacto posible en el ambiente y en las personas. Ahí es donde vamos a seguir trabajando".

Además, se quiere incorporar "gente joven. Estamos tratando de sacar becas y nos encontramos en fase de oposiciones. La innovación también viene de la gente joven. Queremos hacer una investigación sostenible y que no lleguen momentos en los que la gente se jubile y se pierdan conocimientos".

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