
El sector primario y agroalimentario sigue ganando peso económico y valor añadido dentro de la economía de Aragón. Una importancia que se va a impulsar con la ejecución de alrededor de 30 proyectos de inversión, que se van a llevar a cabo en varias empresas y localidades aragonesas, que abren un nuevo escenario para el desarrollo de la comunidad y su territorio rural. Pese a ello, todavía hay que seguir superando una serie de retos, que son más evidentes con estas iniciativas empresariales, como la necesidad de Recursos Humanos y avanzar en la transformación de productos agrícolas y exportaciones, entre otros.
El sector primario y agroalimentario sigue ganado peso económico en Aragón. En la comunidad aragonesa se han dado a conocer alrededor de 30 iniciativas empresariales en este ámbito, que implican nuevos proyectos de inversión con los que estos sectores de actividad recibirán un nuevo impulso.
Estos proyectos de inversión se concretan en subsectores como los mataderos de porcino, avícola de puesta y transformación, granjas en el sector porcino y avícola y en el sector de alimentación animal, así como en productos concretos como el tomate rosa o la trufa o la puesta en regadío para trigo y alfalfa, entre otras inversiones dentro de las que también destacan las que se van a llevar a cabo en el sector de la biomasa.
Estas inversiones van a ser llevadas a cabo por diferentes empresas como, por ejemplo, Fribin con la ampliación de sus instalaciones; la construcción de un matadero de porcino por parte del Grupo Pini; la fase de ampliación de líneas de producción de Magapor; el invernadero de tomate rosa del Grupo Correas; las nuevas instalaciones de la empresa Defeder Alcolea de piensos y fertilizantes o las que va a realizar Grupo Costa, entre otras muchas.
Son inversiones que "van a dinamizar el sector y a las pymes como las granjas, así como otras actividades colaterales como las relacionadas con el montaje de instalaciones ganaderas", entre otras, según ha explicado Jorge Gómez, portavoz del Agro-Observatorio de Aragón, que acaba de ponerse en marcha por parte de Fundesa, Bantierra, Cámara de Comercio de Huesca y Ceos-Cepyme Huesca, con el fin de analizar el sector primario y agrolimentario en Aragón y en las tres provincias aragonesas para "evaluar y programar políticas públicas y privadas y dinamizar estos sectores estratégicos", en declaraciones a elEconomista.es
Dentro de las primeras acciones de este Agro-Observatorio de Aragón se encuentra el primer informe que se acaba de presentar en el que se pone de manifiesto la importancia del sector primario y agroalimentario y el mayor peso que va tener con esta treintena de proyectos de inversión, así como el impacto en puestos de trabajo en el sector, que en la actualidad concentra el 10% del empleo en Aragón. Un porcentaje que se eleva hasta el 18% en el caso de la provincia de Huesca. Con estas nuevas inversiones, se estima que estos porcentajes podrían llegar a incrementarse en uno o dos puntos.
Sin embargo, para aprovechar la oportunidad de estas nuevas inversiones, es necesario seguir trabajando y superar algunos retos que se han detectado en el sector primario y agroalimentario.
Las principales necesidades se observan en los recursos humanos, detectándose dificultades para recualificar a desempleados en el sector -muchos de años tienen un bajo nivel formativo-, así como para contar con personal necesario en determinadas zonas rurales.
Otro de los grandes retos es conseguir un equilibrio ambiental, sobre todo, por la presión de las granjas de actividades ganaderas como el porcino, que generarán necesidades en la gestión y transporte de purines, aparte de afecciones en determinadas zonas a la calidad de agua.
El tercer gran reto está relacionado, de acuerdo con los datos del Agro-Observatorio de Aragón, con las necesidades sociales en materia de transporte, vivienda, educación o sanidad, entre otros, ante la llegada de trabajadores de otros territorios para abordar el desarrollo de algunos de los proyectos en el medio rural. "Las inversiones suponen una oportunidad para fijar población en el medio rural y alcanzar el pleno empleo".
Pero, aparte de estas necesidades vinculadas con las inversiones, Aragón debe seguir trabajando igualmente en otros frentes dentro del sector primario y agroalimentario. En la comunidad aragonesa se observa que sigue habiendo margen para el desarrollo de la industria agroalimentaria, en concreto, áreas como la agricultura y la ganadería ecológica.
Además, se debe ganar tamaño en las empresas del sector porque es inferior al de la media nacional, sobre todo, en la provincia de Teruel donde las iniciativas empresariales en la industria agroalimentaria destacan por su menor tamaño medio.
Igualmente, se debe avanzar en las exportaciones -las relacionadas con el sector agro suponen el 13% del total de Aragón-, aunque en el caso de la provincia de Huesca la relación de exportaciones agro y exportaciones totales es del 50%. Aragón tiene mucho más potencial en vender en el exterior sus productos, puesto que el porcentaje del sector en España es del 17%.
El sector en cifras
El valor añadido conjunto del sector primario y agroalimentario en Aragón, sobre el total de la economía aragonesa, fue del 8,2% en 2017. Este mismo valor, en España, se sitúa en el 5,8%.
En empleo, el conjunto del sector agro en Aragón supone un 10% del total de la afiliación. Destacan las provincias de Huesca con el 18% y de Teruel con el 17%.
El valor de la producción agraria (vegetal y ganadera) de Aragón en España es de un 8,3%. También es reseñable la aportación de la producción animal. Sin embargo, la renta agraria -y por el mayor consumo de inputs intermedios de la producción animal-, es algo inferior, alcanzando el 6,8%.
La comunidad aragonesa es importador neto en capítulos como pescados, cereales, residuos industrias alimentarias, grasas animales, floricultura y animales vivos.
El balance de exportación e importación, refleja que Aragón tiene un 230% de tasa de cobertura del sector agro -en España es del 132%-, aunque en la provincia del Teruel se supera el 500%.
Los saldos comerciales de más valor absoluto en la comunidad aragonesa se corresponden con carne y despojos comestibles frutas y bebidas.