
La tecnología que se emplea para observar la Tierra o el espacio son un nuevo nicho que ofrece grandes oportunidades de negocio tanto para las empresas como para los emprendedores, aunque no se dediquen directamente a realizar este tipo de observaciones. El espacio hoy en día es un mundo de oportunidades que todavía no está siendo totalmente aprovechado por el tejido empresarial. Pero, ¿cuáles son esas oportunidades?
Aunque siempre que se habla del espacio vienen a la cabeza películas de ciencia ficción, lo cierto es que los sistemas actuales de observación de la Tierra y del espacio son reales y ofrecen múltiples oportunidades de negocio y de desarrollo e innovaciones, que se pueden aplicar a numerosos campos.
De hecho, "el espacio es un mundo de oportunidades" tanto para las empresas como para los emprendedores, según ha explicado Miguel Belló, CEO de Deimos Space (Grupo Elecnor) -ha impartido la conferencia "La observación de la Tierra: retos y oportunidades para una empresa" en Ibercaja dentro del Ciclo Aragón 2018 "Aprendiendo de los mejores" organizado con CMU Miraflores-, en declaraciones a elEconomista.es
"Es un nicho importante" porque los sistemas de observación de la Tierra y del espacio proporcionan aplicaciones de otra índole.
"Desde el espacio se pueden predecir cosechas, trabajar en desastres naturales, hacer explotaciones agrícolas, ahorrar el 50% de fertilizante y de agua", entre otros ámbitos en estos sistemas se convierten en herramientas fundamentales y claves como sucede con los satélites, que "son importantes" y pueden aplicarse a su vez a proteger bancos de pesca, entre otras utilidades.
También son útiles para ver la evolución de lagos o la cobertura de los polos de cara a detectar los efectos el cambio climático porque "sólo los satélites pueden analizar series de datos de años".
Son herramientas que tienen un gran potencial y que cada vez se usan más para otros fines más allá de la agricultura o la pesca como puede ser para el catastro y cartografía, teniendo además aplicaciones claras en la economía. Por ejemplo, "las grandes cadenas de ventas obtienen sus previsiones de ventas por satélite", ya que se establece una relación entre la ocupación del parking y las ventas "con un pequeño margen de error".
Estas son solo algunas aplicaciones de los satélites sobre los que cada vez hay más concienciación sobre su uso, siendo creciente, aunque es todavía un sector emergente. Además, "tenemos una gran cadena de valor. Las agencias espaciales pueden hacer los satélites .nosotros fuimos pioneros-, pero está toda la parte de valor añadido porque el cliente quiere un producto final".
En la actualidad, en Europa, hay alrededor de 200 empresas de valor añadido, pero hay hueco para más y sus posibilidades todavía son mayores, pudiendo ser aprovechadas por los jóvenes y emprendedores. Y una buena prueba de ello fue la propia empresa de la que hoy es CEO que nació de un grupo de amigos y que hoy en día forma parte del Grupo Elecnor.
"En España, los jóvenes tienen muy buena formación. Tenemos capacidad y lo que nos falta es ese punto de arrojo y un esquema financiero que acompañe. En Europa no existen fondos como en Estados Unidos para que una startup se desarrolle. Existe ese problema de la financiación".
Y no es el único porque en este sector se debe ir con cuidado porque "una de las cosas que más daño ha hecho son las películas de James Bond porque se cree lo que se ve en ellas y hay cosas que no son posibles". Además, hay que superar algunas barreras como la creencia de que los satélites quitan intimidad. "Un satélite no reconoce la cara de una persona. Se está a 800 kilómetros de altura".