
El Indicador de Confianza Empresarial del tercer trimestre de este año ha retrocedido por la crisis catalana como principal factor, siendo especialmente significativo el descenso en el sector industrial.
Los efectos de la situación de Cataluña y del desafío independentista ya se están empezando a notar de forma más clara en el tejido empresarial. El Indicador de Confianza Empresarial (ICE), correspondiente al tercer trimestre de este año, así lo apunta.
Este indicador, de la Fundación Basilio Paraíso e Ibercaja, ha retrocedido del 15,1 en el segundo trimestre de este año al 12,9 del tercer trimestre.
No obstante, la confianza de los empresarios aragoneses se mantiene y tanto las expectativas sobre el tercer trimestre como el balance de situación del segundo siguen registrando valores máximos con el 10,7 y 15,1, respectivamente, a pesar de que se ha producido un descenso en comparación con el período anterior desde los índices 13,3 y 16,8.
Este descenso de la confianza empresarial no se ha registrado en todos los sectores por igual, observándose que es en la industria y en la construcción donde se observa un mayor descenso en comparación con el trimestre anterior al pasar del 15,4 al 12,1.
Entre los factores que explican este retroceso está la crisis catalana y su efecto sobre la facturación de las compañías aragonesas, así como el crecimiento del sector a un menor ritmo que en el conjunto de España.
En otras áreas de actividad, como el sector servicios, las empresas aragonesas se han mostrado más optimistas que la industria y la construcción, produciéndose un aumento de la confianza empresarial en el sector terciario al pasar del 12,2 al 13,4. Una evolución que se justifica por el incremento de la actividad a lo largo de todo este año.
El Indicador de Confianza Empresarial también muestra que la debilidad de la demanda y el aumento de la competencia son los dos factores que se considera que están limitando en mayor medida el nivel de actividad de las empresas aragonesas, según los encuestados, quienes apuntan estos conceptos en el 45,8% y en el 17,8%, respectivamente. Un dato este último, el efecto de la competencia, que fue señalado por más del 22% de los empresarios como principal amenaza para su crecimiento en el trimestre anterior.
Otros factores como los trámites administrativos son apuntados en menor medida con el 10,27%, así como la escasez de mano de obra cualificada con el 5,89%. También se alude a las dificultades financieras como otro de los determinantes que entorpecen el aumento de la facturación de las compañías con el 5,61%; la insuficiencia de capacidad productiva con el 4,21% y un compendio muy heterogéneo de causas con el 6,16%.
Por su parte, las ventas registran el mejor comportamiento en el indicador, situándose por encima del empleo con el 28,1% y de la inversión con el 24,7%. Y es que el 37% de las empresas de la comunidad ha mejorado su facturación en comparación con el trimestre anterior. Además, el 15,8% prevé que aumente el empleo.
El Indicador de Confianza Empresarial recoge la situación de las empresas aragonesas en el tercer trimestre de 2017 (julio-septiembre) y sus expectativas para el cuarto (octubre-diciembre). Su metodología de elaboración se basa en entrevistas a empresas, que exponen su visión de la coyuntura sintetizada en siete variables entre las que figuran la facturación, empleo, inversión, precios de venta, exportaciones, morosidad y endeudamiento. También los empresarios responden sobre los factores que limitan su actividad.