
Un dron puede utilizarse para realizar múltiples funciones en diversos sectores de actividad. De hecho, su uso ha abierto un amplio abanico de actividades en campos, por ejemplo, como el de la agricultura y el de la seguridad, en los que ha demostrado ser de gran utilidad. Son usos beneficiosos, aunque un dron también puede emplearse para ejecutar acciones negativas, lo que se une al vacío legal existente. Un motivo que es una de las principales razones por las que llegan los sistemas antidrones, que tienen sello español.
El principal objetivo de los sistemas antidrones es evitar que se realicen actividades consideradas ilegales o bien que puedan suponer o entrañar un peligro o una amenaza real.
En la actualidad, hay cuatro empresas en el mundo que han desarrollado sistemas antidrones. España no es una excepción. La startup Kentaurus ha sido pionera en el país en crear su sistema de seguridad antidrones, que presenta varias diferencias en comparación con otros sistemas no españoles que están en el mercado.
El sistema Kentaurus, que se ha podido ver en Expodrónica en Feria de Zaragoza, basa su funcionamiento en varios dispositivos integrados, entre ellos, un aparato de detección espectral, un aparato de rastreo fotoeléctrico, un aparato de interferencia y un terminal con software de instrucción y control para poder realizar la labor de detectar, reconocer, trackear y reprimir la acción del dron amenaza, según ha explicado David Martínez, gerente de Kentaurus, a elEconomista.es
El sistema Kentaurus incluye también una serie de avanzados sensores y antenas, así como un radar pasivo, siendo esta una de sus principales innovaciones, ya que permite discriminar de forma rápida y efectiva solo el dron, a diferencia de otros sistemas que detectan de manera indiscriminada cualquier objetivo en movimiento e, incluso animales, lo que hace perder eficacia y precisión en su uso.
El sistema antidrones de Kentaurus permite realizar diferentes acciones simultáneamente como la visualización del dron con una cámara que rota 360 grados para ver si está portando algún objeto que pueda ser considerado peligroso.
Igualmente, es posible quitar al operador el control del dron llegando, si es preciso, a suplantar el GPS para interferir en el control absoluto y que tampoco pueda guiarse por este sistema esencial de navegación aérea.
Kentaurus también permite actuar sobre el dron para que sea expulsado de la zona considerada como crítica o protegida, sobre todo, cuando puede entrañar algún peligro real, de manera que no logre entrar en el perímetro de seguridad y sea desplazado inmediatamente hacia su zona de despegue. Otra funcionalidad es la posibilidad de obligar al dron a que aterrice en el área en la que se ha visualizado para proceder a su captura.
Con este sistema de Kentaurus se ofrece seguridad y defensa ante el posible empleo de drones para usos no lícitos, habiéndose detectado ya algunos casos en los que con un dron se han cortado comunicaciones, se han hackeado redes wifi de empresas, se han realizado ataques químicos, se han utilizado por narcotraficantes e, incluso, se han realizado ya ataques terroristas.
Todo este sistema desarrollado por esta startup, durante aproximadamente un año y medio, se basa en un código abierto con el fin de que pueda ser utilizado y adaptado a las diferentes necesidades de los clientes.
Por ejemplo, puede funcionar en diferentes bandas y escuchar diferentes frecuencias, ya sea para uso de defensa, seguridad de una zona crítica, protección de zonas financieras, edificios clave como embajadas o centrales nucleares, entre otros.