
Muchas empresas están inmersas hoy en día en la transformación digital. Sin embargo, en estos proyectos es habitual centrarse en las nuevas tecnologías y olvidarse de otros aspectos con los que se conseguiría ser más productivos.
Dentro de estos factores o aspectos que se tienden a obviar o no prestar atención dentro de los procesos de transformación digital en las empresas están los empleados.
"Las nuevas tecnologías cambian la forma de trabajar de las personas, muchos de sus hábitos, las formas de hacer las cosas, las relaciones con el cliente... Las relaciones con las nuevas tecnologías suponen cambios", según ha explicado Elisardo López, socio fundador de Marcom Deli y experto en psicología del cambio en la transformación digital, a elEconomista.es
Para afrontar con éxito la transformación digital, es necesario aprovechar los conocimientos que brinda la psicología para comprender cómo cambian las personas ante las modificaciones generadas por la introducción de las nuevas tecnologías y saber "incorporarlos al proyecto digital, que estos proyectos tengan menor resistencia y se consiga una mayor productividad más rápidamente", ha explicado el experto quien ha participado en las jornadas organizadas por la empresa GoLive y SAGE en Zaragoza sobre gestión empresarial y marketing digital.
Cada vez más empresas son conscientes de abordar este aspecto psicológico en la transformación digital, aunque "todavía queda mucho por hacer y falta sensibilidad. No se presta suficiente atención a este componente y esto hace que los proyectos se demoren porque se genera mucha más resistencia".
Un aspecto de la transformación digital que no se aborda habitualmente porque "no se cae en la cuenta y no se le da la importancia que tiene. Las nuevas tecnologías ocupan tanto espacio en la mente de las personas, que se cree que van a adaptarse. Las personas de Recursos Humanos deben implicase más al igual que otras partes de la empresa para que haya más sensibilidad y no solo el área técnica o el Departamento de Sistemas, que es el que se encarga de comprar" la tecnología.
Una implicación que también debe llegar al director general para que, a su vez, "implique a todos los departamentos y haya una implicación desde arriba hacia toda la compañía".
Además, es importante que "las empresas exijan a las compañías que implantan la tecnología que contemplen también la modificación de los hábitos de los empleados como una variable más dentro del proyecto" con el fin de ayudar a las empresas a trabajar de otra manera.
"Las compañías están acostumbradas a proyectos de formación para dar cursos, pero no a hacer un acompañamiento o seguimiento. Cambiar una rutina requiere más tiempo", añade Elisardo López.
Más productivos
Prestar atención a este aspecto psicológico de la transformación digital presenta múltiples beneficios para las compañías. El primero de ellos es que "los proyectos pueden ser un 50% más productivos. Por ejemplo, un proyecto de dos años se puede acabar en uno".
Aparte de terminarse el proyecto de transformación digital en menor tiempo, también está la ventaja de colaborar con las personas y formarlas, lo que redunda en menores costes directos e indirectos. "Todo lo que sea cambiar la resistencia son menos costes y más implicación de las personas en un proyecto más satisfactorio".
Ahora bien, "no todas las personas acogen los cambios por igual. Algunas son más reticentes y se preguntan porqué hay que cambiar".
Y, ante esta situación, ¿qué puede hacerse? La clave está en "conocer mejor a los empleados y tener un mapa de personalidad de la empresa para poder trabajar" porque, en caso contrario, "se va a ciegas. Cuando se propone un cambio, las empresas deben ver la reacción de la gente y conocer la personalidad de los empleados para saber transmitir esos cambios".