En la comunidad aragonesa se han empezado a producir ataques de lobo a los ganados. El último ha sido a un rebaño de ovino este fin de semana en el paraje La Palluruela, de San Mateo de Gállego. Desde UAGA-COAG se pide que se pongan medidas.
Este último ataque a este rebaño, que estaba en un cercado eléctrico, se ha saldado con diez ovejas muertas y 18 heridas de gravedad, además de haber entre 200 y 300 desaparecidas.
Este no es el único ataque de lobos que se ha producido en Aragón en las últimas semanas, comunidad que hasta el momento era una de las autonomías españolas en las que no se había registrado este tipo de ataques.
Sin embargo, los ataques apuntan que sí hay presencia de lobos en Aragón por lo que desde UAGA se ha pedido al Gobierno aragonés que se tomen medidas para evitarlo como la captura del animal que, desde hace más de dos meses, tiene en vilo a los ganaderos de la Comarca de los Monegros en la que se han contabilizado muchos ataques, superando los cientos de ovejas muertas.
En la comunidad aragonesa no hay una figura de protección del lobo, aunque la comunidad sí ha de cumplir la Directiva de Habitats de la Unión Europea. Un motivo por el que desde la organización agraria se exige al Ejecutivo aragonés que se haga cargo de la responsabilidad patrimonial como Administración, ya que los ganaderos no tienen por qué afrontar las bajas y las pérdidas que los ataques están provocando.
Además, UAGA recuerda que el seguro no cubre la pérdida de las cuatro primeras ovejas y que tampoco se indemniza al ganadero por ovejas heridas ni por los abortos que el estrés les provoca por los ataques.
Los ganaderos añaden que Aragón no es tierra de lobos por lo que no se va a permitir que la zona en la que se han registrado los ataques se convierta en "zona protegida para lobos", área en la que escasea la caza mayor -solo hay jabalíes- y la ganadería extensiva se convierte en su alimentación.
Desde UAGA recuerdan que las recomendaciones realizadas por el Gobierno de Aragón no son útiles para los ganaderos que, con las altas temperaturas de estos días, las ovejas no comen durante el día y se precisa estar vigilantes de día y noche para evitar los ataques. Aparte, los ganaderos tampoco pueden encerrar sus rebaños por el alto coste de alimentación que conllevaría.
Una situación que todavía se agrava aún más con la situación que sufre el sector, que está abocado al abandono de la actividad si no se toman medidas desde la administración porque en los últimos 20 años han desaparecido 1,6 millones de cabezas de ovino y más de 5.000 explotaciones en la comunidad aragonesa, según los datos del propio ejecutivo aragonés.