La Asociación de Constructores Contratistas de Obras (ACCO) creó en julio de 2016 este sello al que ya se han acogido varias empresas. El objetivo es seguir impulsando que más compañías se adhieran para garantizar la calidad en las obras y ofrecer garantías a los particulares y comunidades de vecinos.
Un sello de calidad que está despertando cada vez un mayor interés por parte de las empresas, esperando que próximamente se amplíe el número actual de siete compañías que ya lo han obtenido porque "el proceso para la incorporación es lento al ser muy riguroso", según ha explicado Vicente Pedro Lafuente, gerente de la Asociación de Constructores Contratistas de Obras (ACCO) a elEconomista.es
Este sello "permite diferenciar a las empresas asociadas de otras que carecen de este requisito y que pueden ser piratas, su servicio deja que desear, no dan seguridad ni garantías al cliente final y que arrastran a otros a tener mala reputación".
De hecho, con este sello de calidad, se supervisa que las empresas que lo obtienen cumplen los requisitos legales como empresas, son solventes, cumplen con las obligaciones laborales y en materia de prevención de riesgos laborales, en sus contratos no hay cláusulas abusivas y se adhieren a los sistemas de arbitraje...
El sello ha sido uno de los temas que se han abordado en la asamblea de ACCO, que se ha celebrado en la localidad zaragozana de Caspe, con el fin de abordar la situación del sector y las líneas de acción a desarrollar dentro de la que se encuentra dar un mayor impulso a este sello, sobre todo, del sector de la rehabilitación, que no termina de despegar a pesar de haberse superado los años más duros de la crisis en el sector de la construcción.
"La rehabilitación es la asignatura pendiente del sector. Hay excesivas expectativas puestas en él. No puede suplir la obra nueva ni la pública, pero sí complementarlo". De hecho, en España hay margen porque solo supone el 15% frente al 30% de países europeos como Alemania.
Entre los principales handicaps que dificultan el despegue del sector de la rehabilitación figuran que "siempre se está muy pendiente de las ayudas públicas. Las comunidades de propietarios tienen necesidades de accesibilidad, pero esperan a que salgan las ayudas y subvenciones, que cada vez son menores y más espaciadas. La rehabilitación despegará cuando se comprenda que es una obligación y que hay que acomodarse a las exigencias de confort, medidas de eficiencia energética...".
La situación del sector de la construcción tampoco difiere mucho del de la rehabilitación. "Ya se ha tocado fondo. La crisis ha sido brutal y ha habido mucha mortalidad de empresas y trabajadores en paro que no han vuelto a trabajar en este sector. El reto es recuperar las empresas y emprendedores para este sector" que, tras la crisis, ya no será igual y que se dirige hacia "la calidad, la tecnología y la innovación".
En el caso de Aragón, el sector de la construcción igualmente no ha despegado. "Se está pendiente de que la recuperación económica se consolide y que se invierta en obra pública, que es necesario para mantener las infraestructuras y la calidad de vida. Si no se mantienen las infraestructuras, luego se encarecen los posibles arreglos futuros". Además, en vivienda, "sigue habiendo una demanda expectante, pero ahora no todo el mundo puede comprar una vivienda y hay que darles respuesta" sin dejar a un lado la calidad.
Contratación Pública
Dentro de la asamblea también se han abordado otros temas como la Ley de Contratos del Sector Público a la que la asociación ha presentado propuestas y enmiendas a los grupos parlamentarios con el fin de que "en la contratación pública se tengan en cuenta a las pymes y que las grandes contratistas y la administración paguen en plazo a las pequeñas y medianas empresas y se apueste por la concurrencia en la obra pública".
Finalmente, en la asamblea se han abordado las carencias del sector en la localidad de Caspe, donde se ha celebrado este encuentro, y que se centran en puntos negros en la carretera autonómica y la carretera nacional de Caspe-Mequinenza "para que se actúe urgentemente", además de incidir en la necesidad de que se construya una nueva depuradora porque el agua es de mala calidad en esta localidad y se rehabilite el casco urbano de la localidad.
Además, uno de los puntos más importantes, ante la puesta en marcha en Épila del centro agroalimentario y logístico de BonÁrea, es que la localidad de Caspe pueda convertirse también en un referente en el sector agroalimentario para la distribución.