La empresa e investigadores del I3A han desarrollado un sistema de detección de defectos milimétricos en la pintura de los coches, que permitirá repararlos antes de salir de la fábrica. Esta tecnología ya se ha instalado en la fábrica de Opel España en Figueruelas (Zaragoza).
El sistema, que permite detectar defectos de pintura menores de medio milímetro en la superficie pintada de la carrocería de los coches, se basa en una nueva tecnología avanzada de inspección sin contacto de superficies reflectantes en la que se han invertido cuatro años de trabajo.
Esta nueva tecnología -que ha sido desarrollada y patentada por el grupo de investigación GIFMA del I3A y GM España-, detecta, identifica y localiza defectos de pintura que se producen en el proceso de pintado de las carrocerías como suciedades, gotas, cráteres, descolgados, piel de naranja, manchas, marcas de lija y abolladuras... de forma automática y desatendida en la línea de producción de vehículos.
Precisamente, esa detección automática de las diferentes tipologías de defectos es una de las principales novedades en relación a los sistemas de detección de defectos de pintura tradicionales.
El proceso de detección se lleva a cabo sin interferir en el normal funcionamiento de las líneas de producción y sin detener los vehículos ni sacarlos de la línea.
El proceso, además, se realiza en un espacio y tiempo mínimos y sin la modificación de las instalaciones y sistemas de transporte existentes en la planta.
El sistema también se adapta a los cambios de velocidad de línea, paradas y tiempo de ciclo, habituales en los procesos de inspección y reparación de defectos de pintura en el sector de automoción.
Cámaras de alta resolución
La inspección de las carrocerías se basa en una combinación de imágenes que se capturan a través de varias cámaras de alta resolución capaces de capturar 40 imágenes por segundo y de un sistema de iluminación específico.
Durante la inspección, este sistema es capaz de identificar y diferenciar cada uno de los modelos de vehículos y colores fabricados en la planta de Zaragoza.
Las imágenes se procesan en tiempo real mediante un sistema de procesamiento paralelo y distribuido formado por varios ordenadores, a través del cual, los programas informáticos de tratamiento de imagen, procesamiento y localización 3D desarrollados extraen la información necesaria para determinar la gravedad y posición de los defectos detectados.
Finalmente, aparte del almacenamiento de los resultados de la inspección, el sistema informa del resultado en diferentes pantallas a los operarios de reparación en cada uno de los puestos a lo largo de la línea.