Aragón

"Las empresas que no apuesten por la Industria 4.0 no sobrevivirán"

Luis Ignacio Vicente del Olmo, responsable de Retorno de la Innovación de Telefónica I+D, ha participado en ITAINNOVA en una jornada sobre Industria 4.0 en la que ha puesto de manifiesto la importancia de que las empresas afronten la transformación digital y apuesten por la Industria Conectada 4.0 para poder sobrevivir, además de aprender a gestionar los intangibles de la compañía para ponerlos en valor y cuya protección es todavía más clave en esta nueva revolución industrial.

Tanto la sociedad española como la aragonesa son hoy en día digitales. Alrededor del 78% de los españoles se conectan a Internet y el 82% lo hace todos los días, realizando además esta conexión a través del móvil en el 88% de los casos.

Sin embargo, esta adaptación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la empresa no se está produciendo de forma paralela a su implantación en la sociedad, estando más retrasada la introducción de las TIC en el tejido empresarial.

"En etapas anteriores, la industria ha sido pionera en aplicar la tecnología, pero la transformación digital no ha llegado de forma generalizada a la industria a través del movimiento que llamamos Industria Conectada 4.0", según ha explicado Luis Ignacio Vicente del Olmo, responsable de Retorno de la Innovación de Telefónica I+D, quien ha participado en ITAINNOVA en la jornada "Cómo integrar las tecnologías facilitadoras en la industria del futuro", a elEconomista.es.

Aumento de la eficiencia

Un retraso que se produce a pesar de que la utilización de las tecnologías disponibles facilitan el aumento de la eficiencia de las fábricas y el lanzamiento de nuevos servicios, ya que la Industria 4.0 pone el foco en la "eficiencia a diferencia de la máquina de vapor, electricidad e informática", que pueden considerarse como Industria 1.0, Industria 2.0 e Industria 3.0, respectivamente, que se centraban en la calidad, energía y productividad.

Este retraso en la implantación de las TIC se produce porque "son movimientos que ocurren muy rápido. Hay tecnología dentro de la industria, pero no entendemos todos los procesos conectados de forma global como un sistema".

A ello se suma, que no es fácil adaptarse a los cambios rápidos tecnológicos porque, además, "hay que producir en poco tiempo y con cero errores y, para implantar nuevos procesos, sistemas... hay que estar seguros de que funcionan".

Ciberseguridad

La ventaja es que las tecnologías están ya como es el caso del 4G -ya se piensa de hecho en el 5G-, el Big Data, Smart Cities, Internet de las Cosas..., que "se deben asociar a la ciberseguridad para que todo se haga de forma segura y transformar el modelo de producción de las empresas y la relación con los clientes a través también de los productos" para obtener más información.

Además, estas tecnologías ya desarrolladas son de "empresas españolas y aragonesas por lo que no hace falta ir muy lejos para buscarlas", aunque sí debe haber una comunicación entre las empresas desarrolladoras de la tecnología y los sectores productivos porque "no sabemos mucho sobre cómo se fabrican coches, pero sí sabemos mucho de nuestra tecnología" por lo que hay que "estar en contacto con quien puede aplicarla", facilitando a su vez que "se identifiquen mejor los problemas de la industria".

"Soy optimista porque hay tiempo para aplicar estas nuevas tecnologías. Lo mejor es que se puede empezar poco a poco y sin grandes cantidades de dinero ni cambios drásticos de la empresa a través de un piloto para ver los beneficios", pero hay que ser conscientes de que hay que afrontar este proceso porque es "evidente que las empresas que no se apunten a este cambio no sobrevivirán".

Intangibles y protección

En el proceso de transformación hacia la Industria 4.0 no hay que olvidarse del retorno de la innovación, teniendo en cuenta en la contabilidad base no solo "las cosas tangibles de la empresa porque cada vez tienen más importancia los intangibles, que pocas empresas saben gestionar bien".

Una adecuada gestión que pasa por "ser conscientes de que existen esos intangibles porque si no los ponemos en valor, alguien lo hará".

Por ejemplo, "las ideas tecnológicas buenas pueden patentarse porque esa patente vale dinero, y para exportar es bueno llevar el producto protegido", aunque en España no hay una cultura de patentes, que habitualmente se relacionan con la protección ante posibles denuncias.

"Patentar por patentar no tiene sentido, hay que patentar las ideas que pensamos que pueden fortalecer nuestro negocio". Las patentes son "un activo para la compañía y mi compañía vale más si tengo más patentes e información". De hecho, "las empresas que más valen en Estados Unidos son las que más patentan".

No obstante, las patentes no son la única opción para proteger un producto, puesto que también se pueden utilizar otras vías como, por ejemplo, un depósito en un notario del software o conocimiento porque así también se consigue que ese conocimiento sea tangible.

Además, ante una Industria Conectada 4.0 la protección es más importante y necesaria que nunca porque "la Industria 4.0 se basa en la tecnología", que adquiere más peso frente al modelo de negocio sostenible y lo que interesa a las personas. "Si desarrollo esa tecnología tengo que estar seguro de que la tengo protegida".

Pero la protección también llega de cara al usuario porque "son mis datos y hay que ser consciente de que esos datos los tengo que proteger porque es mi activo. Es mi información, la de mis clientes o proceso productivo... Gestionar bien la información en una empresa es fundamental".

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