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Certificación Kosher: la vía para abrir más mercados y aumentar ventas

Imagen de Istock

Esta certificación se ha convertido en prácticamente en imprescindible para exportar a Estados Unidos, aunque también abre las puertas de otros mercados en los que hay una importante presencia de la comunidad judía. De hecho, es el canal de acceso a cerca de 25 millones de consumidores en el mundo, que suponen un mercado de millones y millones de euros, que crece a un ritmo aproximado del 10% anual.

Los productos que se elaboran de forma específica para determinados colectivos son un mercado que puede ser interesante para muchas empresas. Es el caso de los que tienen la certificación Kosher con la que se indica que los alimentos respetan las creencias de la comunidad judía, aunque son productos que igualmente pueden ser consumidos por otras personas e, incluso, por aquellas que tienen alguna intolerancia o bien son vegetarianas.

De hecho, las certificaciones Kosher se han convertido en una buena opción para muchas empresas que ven en estos consumidores una oportunidad para comercializar sus productos, además de ser una vía de acceso a mercados concretos como es el caso de Estados Unidos, en el que es prácticamente necesario tener esta certificación para poder adentrarse en él y estar presente en los lineales de muchos establecimientos comerciales.

Estados Unidos no es el único país porque la certificación Kosher es también necesaria o está muy valorada en otros estados como Israel, Francia, Canadá, Reino Unido, Alemania, Australia, Italia, Noruega, Polonia, Sudáfrica o Argentina. En menor medida, la certificación tiene peso en el mercado español en el que hay poco peso de la comunidad judía.

Son oportunidades que ya están aprovechando alrededor de 500 empresas en España, de las que cerca de 20 están en Aragón, según informan desde la Federación de Comunidades Judías de España a elEconomista.es

Las experiencias son positivas porque hay compañías que incluso han llegado a duplicar ventas de la mano de esta certificación que tiene la ventaja de que suele ser fácil de certificar y de implantar en la empresa, aunque depende del producto que se elabore y de los cambios que haya que realizar en el proceso productivo. Además, esta certificación, que concede un rabinato, también es clave para ser proveedor de otras compañías.

Abriendo mercados

Un claro ejemplo de las ventajas que tiene la certificación Kosher en la apertura de mercados exteriores es la empresa zaragozana Chocolates Lacasa. "Llevamos trabajando en exportación desde hace más de 20 años y dentro de nuestra expansión internacional hemos estado en ferias en las que hemos entrado en contacto con clientes en los que se valoraba esta certificación", según explica Marina Molina, directora de Exportación de Chocolates Lacasa a elEconomista.es

En concreto, la prospección se realizó con clientes de Israel, cuyo mercado tiene unas particularidades que "hacen que se nos pida la certificación Kosher. Debido a ello, empezamos a trabajar con estos productos para llegar a este mercado", aunque también se destinan a otros países del continente americano y Francia. "Al final descubres que se mercado potencial abre puertas al mercado americano por lo que decidimos desarrollar los productos e invertir en esta certificación, que es una más para la empresa como, por ejemplo, la Halal" para la comunidad musulmana.

Chocolates Lacasa comenzó con la certificación Kosher hace cuatro años, comenzado desde un nivel bajo para ir elevando el nivel poco a poco y poder llegar a un consumidor más exigente como pueden ser los más ortodoxos.

Esta certificación, que está avalada en este caso por la certificadora OK, se aplica en la empresa a diferentes líneas de producto como los chocolates, los famosos Conguitos y a una parte de la gama Divinos, entre otros. Son productos certificados que han permitido a la empresa "duplicar las ventas" porque "se ha entrado en diferentes canales en los que antes no estábamos". El incremento de ventas se ha registrado sobre todo en Estados Unidos e Israel.

Y las previsiones para la empresa son positivas porque también se está trabajando en Francia para acercar sus productos a la comunidad judía y a otros mercados como Sudáfrica. Además, se producen ventas en fechas concretas como la Pascua en India y también están presentes en el Norte de África y en los mercados de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, entre otros.

La empresa Coquet, especializada en conservas vegetales y con fábrica y oficinas en Gallur (Zaragoza) también ha visto en la certificación Kosher "una forma para abrir mercados. Exportar es cada vez más relevante y para nosotros es una venta importante", explica Juan Carlos Conde, gerente de Coquet, a elEconomista.es, quien reconoce que optaron por la certificación Kosher "porque nos lo pedía un distribuidor y lo vimos interesante".

Esta empresa, que lleva cinco años trabajando con esta certificación, comercializa sus productos a Europa a países como Francia, Reino Unido, Alemania o Suiza, aparte de a otros estados fuera de la Unión Europea como Argentina, Estados Unidos o Rusia. Son mercados en los que la etiqueta Kosher "ayuda a vender más. Tenemos clientes que son judíos y nos ayuda a venderles".

Otra de las compañías que también ha conseguido buenos resultados en exportación es Solutex, especializada en la obtención de aceites esenciales para alimentación, sector farmacéutico y perfumería con planta en Mallén (Zaragoza). La empresa exporta alrededor del 85% y considera positiva la certificación Kosher porque "es importante contar con ella porque nuestro producto está destinado al consumo humano y se necesita para la comunidad judía", aclara Juan Pablo Estefan, director financiero de Solutex, a elEconomista.es

Como en las otras empresas, Solutex vio que necesitaba esta certificación para el mercado de Estados Unidos y "optamos por la certificación porque nos permite un mejor acceso al mercado. Además, somos fabricantes y nos la reclaman por parte de nuestros clientes encapsuladores. Hay clientes que sin la certificación no nos comprarían porque uno de ellos vende a la mayor cadena norteamericana y tienen en sus condiciones la certificación Kosher". También esta etiqueta permite "vender sin tener que estar aislados, discriminados o en un categoría específica".

"Las puertas no se cierran -asegura Juan Pablo Estefan-, porque en la industria alimentaria y suplementos alimenticios hay homologaciones y certificaciones que tienen importancia en una zona geográfica, pero que también lo son para Asia y Europa. Lo que conviene en un país es bueno también en otros".

Convertirse en proveedor

La certificación Kosher no solo permite abrir más mercados, sino que también puede ser un requisito imprescindible para suministrar productos a otras compañías.

Este es el caso de Harineras Villamayor, que obtuvo en 2010 esta certificación porque "nos la pidieron unos clientes para entrar ellos en más mercados. Estados Unidos suele pedirla", explica Marthe Casel, responsable de exportación de Harineras Villamayor a elEconomista.es

La empresa, que fabrica harinas y sémolas en Plasencia del Monte (Huesca), certifican "todo. Es fácil la certificación porque nuestro producto es de origen vegetal y la transformación es mecánica".

Harineras Villamayor no utiliza principalmente la certificación para abrir mercados exteriores por sí mismos, puesto que en su caso es más solicitada por grupos industriales y de mayor tamaño al no ser un producto que destinan al consumidor final.

Dificultades

Para Chocolates Lacasa, obtener la certificación Kosher no ha sido complicado, aunque sí reconocen que "tienes que conocer las normativas y qué ingredientes son o no aceptados. Pero para nosotros no ha supuesto nada especial porque en nuestro chocolate no se trabaja con productos de origen porcino, aunque la leche nos la suministran desde Irsael", añade Marina Molihna, directora de Exportación de Chocolates Lacasa, quien reconoce que la certificación se necesita para exportación, pero que "requiere compromiso y trabajo en la empresa a nivel interno de otros departamentos como el de calidad, producción, compras o I+D".

Obtener la certificación Kosher en la empresa Coquet tampoco ha sido complicado. "Hay que repasar los ingredientes y los procedimientos. En la empresa, no hemos tenido que modificar nada, sí pedir algún ingrediente especial que fue fácil de integrar en la producción. Además, hemos integrado este ingrediente de forma continua. Hemos adaptado todo al Kosher" porque son productos que los puede comer cualquier otra persona, aclara Juan Carlos Conde, gerente de la compañía.

Tampoco fue complejo implantarla en Solutex. "No necesitamos ninguna adaptación significativa en procesos", aunque sí hubo que constatar que las materias primas eran las adecuadas para la certificación.

Sin embargo, a pesar de ser en general fácil de implantar, la certificación Kosher también tiene algunos problemas, según el producto que se certifique, porque habitualmente mercados como Israel suelen hacer las compras en su propio país y existe bastante protección.

Las empresas también consideran positivo que se intentase promover una red de certificaciones Kosher, como puede suceder con la agricultura ecológica, para dar a conocer más estos productos y abrir más puertas para vender.

Costes

Como toda certificación, la Kosher tiene un coste económico -en el último año ha subido su precio algo más del 20%-, que puede variar en función del rabinato que certifique y del nivel de certificación.

Sin embargo, es un coste que, en general, puede ser asumido por las empresas, aunque puede ser algo más complicado en el caso de aquellas que son más pequeñas y tienen menos capacidad financiera.

Además, también puede ser más difícil asumir la inversión en función de los resultados y rentabilidad que se obtengan en las ventas y de los costes que se hayan tenido que hacer para introducir cambios en la producción.

Para Chocolates Lacasa, como "todo certificado tiene un coste pero, al final, va asociado a la proyección del negocio internacional porque en España la comunidad judía es muy pequeña", explica Marina Molina, directora de Exportación de la empresa zaragozana.

La certificación Kosher no es considerada como cara por Coquet, puesto que hay otras certificaciones que "son más costosas y la documentación y las garantías de la Kosher puede ser utilizada para otras certificaciones. El coste es relativo porque no siempre se rentabiliza igual porque el consumo varía año tras año. Nosotros apostamos por esto porque es un mercado potencial. Lo recomiendo como apuesta y luego se puede ver si se rentabiliza y se continua o no con ella".

El coste de la certificación incluso puede ser barata. "Es un importe bajo o irrelevante en comparación con los costes de las certificaciones sanitarias", matiza Juan Pablo Estefan, de Solutex.

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