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Elisabeth G. Iborra: "No hay que confiar tan alegremente en todo el mundo"

La periodista y escritora Elisabeth G. Iborra ha tenido que afrontar cambios en su actividad profesional, y también en su vida personal, tras la estafa de su editor, lo que le conllevó problemas económicos. Una situación de la que ha aprendido que no se debe confiar en todas las personas, además de que hay que ser más previsor.

Elisabeth G. Iborra ha dado a conocer su experiencia en la nueva edición de las Fuckup Nights, que se ha celebrado en Zaragoza, donde ha contado que pasó de ser una periodista de prestigio -publicó sus informaciones en los principales periódicos y revistas-, y escritora de éxito con el best seller "Anécdotas de enfermera" a tener que replantear su vida personal y profesional.

La situación cambió precisamente a raíz de la publicación del best-seller, momento en el que decidió con el dinero conseguido con las ventas del libro dar la vuelta al mundo. "Pero mi editor me estafó y me vi en Australia sin dinero y en plena crisis económica", ha explicado Elisabeth G. Iborra a elEconomista.es

Su editor, en lugar de pagar toda la cantidad en una sola vez, fraccionó el pago y "dejó de pagar y se declaró insolvente". Lejos de cambiar sus planes en aquel momento, decidió continuar con su viaje porque "además estaba escribiendo dos libros" y luchar por recuperar el dinero adeudado, alrededor de 43.000 euros.

Esta experiencia le ha llevado a aprender que "no hay que confiar tan alegremente en todo el mundo", además de "tener más previsión porque no siempre se está en la cresta de la ola y llega la crisis y te quedas sin colchón. Somos de una generación -quienes ahora tienen más de 40 años-, que hemos vivido la época dorada profesional y económicamente y hemos disfrutado de cosas buenas, que nos gustaban y ahora se es mileurista. Es duro. Si todos hubiéramos tenido previsión en los buenos momentos y conciencia de que no iban a durar siempre, no estaríamos tan mal a nivel social, económico y psicológico".

A pesar de las dificultades, Elisabeth G. Iborra se mantiene dentro de su profesión. "Nunca he dejado de trabajar, pero te pagan menos que antes y es complicado mantener el poder adquisitivo. Ha sido una lucha, pero he decidido solo trabajar de periodista y escritora. Cuando tienes convicción, talento y fuerza, se consigue. Si quieres algo realmente, no hay que bifurcarse. El objetivo es recto y no hay que ir ni hacia el lado derecho ni hacia el izquierdo. No hay que irse a otra profesión" porque el tiempo que se dedica, por ejemplo, a trabajar de camarero, se pierde en dedicación a la actividad relacionada con la profesión.

Además, reconoce que "también he aprendido a vivir igual de bien y a ser feliz, haciendo las cosas de otra manera y gastando menos. La economía colaborativa ha sido fundamental para salir y viajar".

De su experiencia se extraen otros aspectos positivos. "Si estás continuamente estable y en el bienestar, no surgen ideas. Si no consigues lo que quieres, hay que buscar nuevos proyectos. En el fracaso y sin dinero, se ocurren ideas" para seguir adelante.

Sin embargo, no todo ha sido fácil y reconoce que fue duro emocionalmente. "Sentía rabia, dolor, impotencia pero, al final, vi que no me podía quejar eternamente y quedarme en el bajón. Sacas la energía. Soy una leona. Es instinto de supervivencia. Tengo una profesión y unas manos para escribir y hundirme no me sirve de nada".

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