En estos productos, el cumplimiento de la normativa es menor frente a los que se comercializan envasados, que sí la respetan en un 87%.
Estos son algunos de los principales resultados que se desprenden de la inspección realizada a 54 establecimientos aragoneses por parte de la Dirección General de Protección a Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón con el fin de comprobar si en la venta de caramelos y chucherías se cumple con la normativa vigente.
Los datos reflejan que en el 87% de los controles llevados a cabo sí se cumplía con la normativa, aunque se ha observado que las principales deficiencias se producen en relación a la comercialización de las gominolas a granel ya que, en este caso, solo en el 32% de los controles efectuados se conservaba la información del responsable y su dirección.
Además, solo el 27,78% de los establecimientos cumplían con todos los requerimientos, aunque al hacerse varios controles en cada uno de ellos y solo un incumplimiento se refleja como incorrección, el resultado global es favorable con un 86,07%.
En los productos envasados, se ha observado que el 100% mostraban las indicaciones obligatorias y estaban en la lengua oficial, mientras que en el 88,14% figuraba la cantidad neta y en el 98,31% se informaba del número de lote o de la fecha de consumo preferente.
La situación cambia en los caramelos y gominolas comercializadas a granel en las que solo en el 32,08% se conservaban los datos de nombre y domicilio del responsable y en el 73,58% las indicaciones eran claras y visibles. En el 100% de estos establecimientos, el producto se manipula con pinzas o palas.
Sobre los productos sin azúcar, el estudio muestra que el 78,95% de los productos presentaba un etiquetado nutricional y un 96,99% aprecia un valor energético, cantidad de proteínas, hidratos de carbono, grasas, ácidos grasos saturados y sal.
En total se han llevado a cabo 114 actuaciones en 54 establecimientos de los que ocho son de Huesca, 13 en Teruel y 33 en Zaragoza.