La empresa zaragozana, nacida como spin off del CSIC, ha desarrollado una solución para el diagnóstico de la brucelosis animal, que afecta a 1.300 millones de cabezas de ganado. Greenvac comercializará el producto principalmente en Latinoamérica.
Greenvac ha desarrollado una solución para atajar el problema de la interferencia de diagnóstico de la brucelosis animal, que hoy en día se estima que afecta a alrededor de 1.300 millones de cabezas de ganado en todo el mundo.
Un motivo por el que es habitual que los países establezcan la vacunación obligatoria, aunque la vacuna no es una garantía en la actualidad de que los animales no puedan contraer la enfermedad.
Además, se estima que alrededor del 25% de los animales presentan dudas sobre si han sido infectados o solo tienen anticuerpos de brucella porque han sido vacunados.
Una situación que supone un problema importante para las explotaciones porque la carne del ganado y la leche infectada no son aptas para el consumo humano y dejar vivo el animal causa estragos en la ganadería, optando en muchas ocasiones por el sacrificio preventivo, lo que también conlleva una serie de pérdidas para las explotaciones, que en ocasiones se ven abocadas al cierre.
Este problema, además, no solo tiene afecciones sobre la cabaña ganadera, sino que también se genera un problema de salud pública al transmitirse a los humanos como fiebres de malta.
Esta situación sobre todo se produce en países de Sudamérica, Asia y África a los que inicialmente se destinará la solución desarrollada por Greenvac y que permite atacar este problema de la interferencia de diagnóstico de la brucelosis animal, gracias a una "proteína verde fluorescente que se obtiene de una medusa", según ha explicado Ignacio Grilló, director general de Greenvac, al elEconomista.es
De momento, la solución ya se ha probado de forma satisfactoria en España y ahora el siguiente paso es que la empresa gane músculo para lo que estamos "trabajando en alianzas y en obtener recursos financieros para homologar la solución" de cara a su comercialización.
El objetivo inicial de la empresa es conseguir esta homologación para introducirla en los países del Sur de América "como Brasil o Colombia", aunque no se descarta posteriormente introducirla en otros mercados en los que también puede tener cabida, puesto que solventa un problema sobre el que en el sector se ha venido investigado desde hace más de 20 años. De momento, el plan de negocio de la compañía plantea un valor de 1.000 millones de euros.