Aragón

Aragón crea envases inteligentes para la alimentación, sanidad y cosmética

Aittip Centro Tecnológico ha liderado el proyecto de investigación Dibbiopack en el que han participado 19 socios de 10 países, que han trabajado de forma conjunta en la creación de diferentes envases bioplásticos con propiedades inteligentes para preservar mejor los productos alimentarios, los cosméticos y los fármacos.

El proyecto Dibbiopack se ha centrado en el desarrollo de envases inteligentes y multifuncionales a partir de biopolímeros, de manera que el envase deja de ser un mero contenedor para ser parte activa y aportar funcionalidades que ayudan a conservar mejor los productos que contiene, aparte de informar a los consumidores del estado de lo que hay en su interior.

Estos envases que han sido desarrollados dentro de este proyecto, que ha contado con una dotación de 7,8 millones de euros, se han creado para el sector agroalimentario, farmacéutico y cosmético, teniendo además la particularidad de que son respetuosos con el medio ambiente y que se han realizado con materiales procedentes de fuentes renovables para que sean sostenibles y se contribuya a la economía circular.

La "principal diferencia frente a otros resultados de proyectos de investigación es que se ha trabajado en torno a envases rígidos, cuando la mayoría son envases flexibles, y se han añadido elementos inteligentes en un único envase", según explica Berta Gonzalvo, coordinadora del proyecto y directora de I+D de Aittip Centro Tecnológico a elEconomista.es

De hecho, en el sector agroalimentario "no existe nada igual. Hay algunas aproximaciones con otros materiales biodegradables" en los que se emplean otras tecnologías. Además, con los envases de Dibbiopack se incluye nanotecnología, que "se separa de los alimentos para preservar la seguridad".

Los desarrollos realizados también son únicos en los otros dos sectores, cosmética y farmacia, tratando así de "cubrir el sector del embalaje, que crece mucho y en el que habrá hueco para los envases que sean factibles y seguros".

El proyecto se ha centrado en estos tres sectores -agroalimentación, farmacéutico y cosmético-, "porque es dónde más impacto hay de los envases, aunque son también extrapolables a otros sectores de actividad. Los usuarios finales han puesto sus requisitos y cubrimos esas necesidades. Por ejemplo, en cosmética interesa que, además, sea un producto estético porque se compra por la vista y, en farmacia, que sea totalmente seguro para contener jarabes o pastillas".

En concreto, el proyecto ha permitido desarrollar diferentes envases inteligentes para dar respuesta a las necesidades de cada sector como botellas para su aplicación en farmacia, tarros de uso cosmético y bandejas alimentarias.

Todos ellos tienen nanomateriales, que dotan a los envases de bioplástico de propiedades mecánicas y de resistencia semejantes a las que tienen los de plástico convencional, pero con la ventaja de que no entran en contacto con los productos porque se usan etiquetas biodegradables que separan envase y contenido. También llevan agentes antimicrobianos, que se liberan cuando aparece la humedad y frenan la aparición de bacterias.

Igualmente, se han desarrollado films biodegradables con propiedades barrera mejoradas y con sensores que cambian de color según el oxígeno que haya en el interior del envase e informan sobre el estado del producto, que además puede leerse sin necesidad de contacto y gracias a la antena RFID integrada en un móvil o tablet, haciendo más fácil el registro de la información y la trazabilidad.

Los resultados de este proyecto, que se ha presentado en el CaixaForum de Zaragoza, abren nuevas vías de investigación a través de más proyectos de I+D+i que permitiría aplicarlos a otros sectores y abordar los envases flexibles, entre otras posibles líneas de acción entre las que no se descartan utilizar otros materiales.

Y es que se prevé que estos envases tengan un importante mercado porque "pronto en la Unión Europea habrá directivas o normas que favorezcan su uso", medidas en las que ya hay países pioneros como Francia con las bolsas para frutas y hortalizas. "Se abre una vía interesante para seguir trabajando con un equipo multidisciplinar y equipos preindustriales para validación".

Los socios del proyecto son los centros AITIIP -coordinador- (España, Zaragoza), INSTM (Italia), CNR (Italia), VITO (Bélgica), Fraunhofer ISC (Alemania), TECOS (Eslovenia) y la Universidad de GALWAY (Irlanda), así como las empresas AVANZARE (España, Logroño), CONDENSIA (España, Barcelona), ARCHA (Italia), TEHNOS (Eslovenia), PLASMA (Macedonia), INNOVIA Films (Reino Unido), GORENJE (Eslovenia) y los usuarios finales NUTRECO (España, Toledo), HELP Pharmaceuticals (Grecia), COSMETIC Grecia). También se ha contado con las entidades ALMA (Francia), SOGAMA (España, A Coruña).

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