La compañía zaragozana ha liderado el proyecto Optinagua -forman parte también la empresa aragonesa GeosLab y la Universidad de Zaragoza-, dentro del que se ha desarrollado esta herramienta que permite hacer un uso más eficiente del agua en las industrias agroalimentarias para ganar en competitividad. Un instrumento que ambas empresas incorporarán a sus servicios y que se empleará para hacer auditorías y propuestas de valor a las industrias agroalimentarias de España y de países como Perú, Colombia o el Golfo Pérsico.
El agua es un recurso escaso y su adecuada gestión es ya un desafío hoy en día. Un reto que con el paso de los años va adquiriendo mayor importancia porque la relación agua-energía y el cambio climático son dos de las grandes tendencias que condicionarán el mundo en el año 2030, según el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos. Además, la competencia por el uso del agua para abastecimiento, producción de alimentos y energía irá siendo también mayor, sobre todo, si se tienen en cuenta las previsiones de crecimiento demográfico y los posibles efectos del cambio climático, que afectarán a la cantidad y calidad del agua.
Una situación que puede comenzar a prevenirse de la mano de una nueva herramienta, que tiene por objeto optimizar el uso del agua en las industrias. Este nuevo sistema ha sido desarrollado por la empresa aragonesa Zeta Amaltea, especializada en consultoría en materia de aguas, dentro del proyecto Optinagua en el que también ha participado la compañía zaragozana GeosLab (especializada en el tratamiento digital de la información espacial y geolocalizada y sus ámbitos de aplicación), así como la Universidad de Zaragoza a través del CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos) y del Grupo de Sistemas Avanzados (IAAA).
La herramienta informática permitirá auditar la eficiencia en el uso del agua y la energía en los procesos industriales del sector agroalimentario de transformación, habiéndose realizado ya pruebas en tres empresas aragonesas para su validación.
No obstante, esta herramienta puede ser utilizada en cualquier industria agroalimentaria con independencia del lugar geográfico en el que esté ubicada. De hecho, el objetivo de las empresas participantes es integrarla en sus productos y servicios para "hacer auditorías y elaborar propuestas de valor a las industrias agroalimentarias para que mejoren su competitividad por dos vías: el ahorro de agua y energía mediante la mejora de procesos e innovación tecnológica, y la mejora de marca a través de un certificado emitido por una entidad autorizada para avalar que se cumplen los criterios de eficiencia y de baja huella hídrica y de carbono", según ha explicado Miguel García, director de Zeta Amaltea a elEconomista.es
Las auditorías realizadas con esta herramienta informática serán el punto de partida para identificar e introducir mejoras en los procesos industriales con el fin de incrementar la eficiencia en el uso de los recursos y conseguir un efecto positivo en la competitividad de las empresas al reducirse la factura hídrica y energética, así como por la anticipación a futuras exigencias legales, ya sean nacionales e internacionales, que podrían ser más restrictivas.
Además, se producirán efectos beneficiosos en materia medioambiental al disponer la empresa de esa certificación por el buen desempeño ambiental, lo que redundará en una mejora de la imagen corporativa de cara a clientes y suministradores.
El empleo de esta herramienta se va a focalizar inicialmente en el ámbito agroalimentario, aunque "ahora queremos centrarnos en el sector vegetal y derivados" como producto fresco, conservas, mermeladas, congelados, precocinados... utilizándola en empresas de zonas en las que las compañías aragonesas ya tienen presencia como es el caso de España, Perú, Colombia y Golfo Pérsico.
Tres años
El proyecto Optinagua (Optimización económica y ambiental del uso del agua en sectores industriales) comenzó en el año 2012, contando con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad en el marco de la convocatoria INNPACTO 2012.
El proyecto está en la línea de la estrategia europea del agua recogida en el documento Water Blueprint, que está relacionado con la estrategia Europa 2020 en áreas específicas como la eficiencia del agua, la mejora de la gobernanza ante el cambio climático o la internalización de los costes del uso del agua y su polución, entre otros.
Durante estos tres años se ha llevado a cabo todo el desarrollo de esta herramienta, proceso que se ha acometido en cuatro fases, que se corresponden con el desarrollo metodológico, la creación de la herramienta, la implementación y validación en tres casos de estudio del sector agroalimentario de Aragón y la difusión en el ámbito nacional y europeo.
La primera fase se centró en el desarrollo de una metodología combinada e innovadora con la inclusión de aspectos económicos, energéticos y ambientales, teniendo como base metodologías ya reconocidas y extendidas en el ámbito internacional como, por ejemplo, el Análisis Ciclo de Vida, la Huella Hídrica, Water Pinch y la Hidronomía Física, además de tener en cuenta los últimos avances en el sector; la ISO 14046, que regula el indicador de la Huella Hídrica, y el análisis del impacto medioambiental vinculado al consumo del agua.
La metodología implementada en la herramienta informática traduce la evaluación realizada mediante un indicador global que se divide en siete niveles adimensionales de eficiencia. Además, se aporta información adicional sobre el impacto ambiental generado, la valoración económica, la inversión necesaria y el período de retorno.