Aragón

BioCurve desarrolla las primeras calderas de condensación de biomasa en España

La empresa zaragozana es la única en España en fabricar calderas de condensación de biomasa, que son las más potentes de mercado, aparte de ser innovadoras al ser las únicas que están realizadas con tubos curvos. Son equipos que permiten adaptarse a pequeños espacios y que presentan ventajas como el mayor rendimiento y el menor coste energético, aparte de beneficios adicionales como la limpieza automática y el control a través del smartphone. Un producto con el que la compañía se está haciendo un hueco en España y en los mercados europeos.

Sólo dos empresas en el mundo fabrican calderas de condensación de biomasa. Una es de Austria y la otra tiene su sede en Zaragoza: BioCurve. Una compañía que se constituyó en el año 2013 aprovechando la experiencia de los emprendedores en el sector y tras el trabajo de I+D+ para lanzar estas calderas de condensación de biomasa, que son un producto diferenciado al tener características que las hace únicas en el mercado.

Una de las principales novedades es el intercambiador, que está patentado. "Cualquier caldera de biomasa tiene un intercambiador de tubos rectos y está es la única en biomasa que tiene tubos curvos", lo que permite que los gases procedentes de la combustión cedan la máxima energía al agua, minimizando la emisión de partículas y ganando en mayor eficiencia, según ha explicado Ignacio Quílez, director comercial de BioCurve, a elEconomista.es

De hecho, estas calderas, que tienen un rendimiento calórico del 105% en comparación con el 88% del resto de calderas que se venden en el mercado o el 95% en el caso de algunos modelos más excepcionales, son las más potentes de este sector. La disponibilidad de potencias es de 25 kW a 100 kW.

Además del intercambiador, estas calderas de condensación de biomasa también contienen otros elementos innovadores como el quemador, que ha sido desarrollado por la empresa durante tres años y que está en proceso de patente.

Un paso que era necesario porque "nos dimos cuenta de que era necesario que también quemara bien" para ganar en rendimiento y emitir pocas partículas contaminantes. Son características a las que se suma la limpieza automática cada 60 minutos y el control de la caldera desde el smartphone para, por ejemplo, hacer el encendido, conocer el estado de la caldera, recibir alertas en el caso de que precise pellets...

Estas calderas, que están homologadas por un laboratorio del Reino Unido y cumplen con las normativas ambientales y ecoetiquetas europeas, se pueden instalar en diferentes entornos como viviendas unifamiliares o para actividades en el sector terciario, hoteles, residencias, polideportivos e industrias como granjas, por ejemplo, en las que se precisa el suelo radiante para la cría de los animales.

Y es que estas calderas de BioCurve, al estar realizadas en acero inoxidable, soportan la condensación, lo que "permite jugar con temperaturas muy bajas de calefacción como en los casos de viviendas con suelo radiante o piscinas climatizadas".

Mercados

BioCurve ya ha instalado calderas dentro de España, teniendo especialmente presencia en el norte de país y en zonas como Galicia donde "contamos con una importante implantación", así como en toda la cornisa cantábrica, estando representados en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón, Cataluña y Madrid.

Además, la empresa, que salió al mercado a finales del año pasado, también se está haciendo un hueco en Europa. De momento, la compañía tiene presencia en Irlanda, Reino Unido, Francia y Bélgica. "Queremos afianzar los mercados en los que estamos sobre todo Francia donde tenemos cinco agentes comerciales".

Las expectativas son buenas porque "estamos bien posicionados en precio" y "ven que nuestro producto es de calidad. Este año ya tenemos referencias en el mercado por las instalaciones que hemos realizado".

La compañía también baraja buenas previsiones porque la biomasa "es una de las pocas renovables que es rentable sin necesidad de ayudas públicas desde el principio".

Además, la inversión en estas calderas, que tienen una garantía de diez años, se amortiza en tres o cuatro años en comparación con el gasóleo, aparte de generar ahorro por el rendimiento de la caldera y de la biomasa, que es más barata que el combustible fósil.

Y tras el desarrollo de este producto, la compañía sigue trabajando en I+D+i con el fin de "probar diferentes pellets para ver cómo funciona, por ejemplo, con huesos de aceituna o probar la microastilla", así como para desarrollar una caldera de 200kW.

BioCurve, que recientemente recibió el Premio BoisEnergie d'Argent en la categoría de "Chauffage Central au bois pour le Secteur Domestique" en el Salon BoisEnergie, tiene en la actualidad tres trabajadores y el volumen de negocio es de alrededor de 250.000 euros.

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