La franquicia es una fórmula que ha permitido a muchas empresas crecer y expandirse, siendo además una de las opciones que más se tienen en cuenta a la hora de emprender o de optar por el autoempleo. Sin embargo, no todo son ventajas para el franquiciador ni para el franquiciado, quienes deben conocer de antemano los posibles inconvenientes porque también existen.
Para el franquiciador, la fórmula de la franquicia tiene una serie de ventajas, siendo una de las más importantes la posibilidad que se ofrece "para desarrollar y continuar con su negocio con financiación ajena", según explica Luis Solana, socio de MSP Abogados, a elEconomista.es
Pese a esta ventaja, la franquicia presenta una serie de inconvenientes o de desventajas como "la pérdida de control total de tu negocio porque lo cedes a terceros y exige un esfuerzo añadido que, si es tu negocio, no lo requiere porque hay que dar formación, velar por mantener la imagen común y por que el franquiciado siga las directrices" que se le dan.
Con estos pros y contras, ¿cuándo conviene realmente franquiciar? Según señala Luis Solana, quien ha participado en una jornada sobre franquicias organizada por AJE Aragón, se debe tomar la decisión "cuando quieres crecer. Es en ese punto en el que quieres crecer, pero no tienes suficientes recursos propios".
A la hora de franquiciar los requisitos no son demasiados puesto que se ciñen prácticamente a tener una marca y un know how. Sin embargo, los problemas vienen por la poca regulación legal que existe y que no va mucho más allá de la Ley del Comercio Minorista y el desarrollo reglamentario.
Un motivo por el que la franquicia queda sujeta a los contratos, que son claves. "Un buen desarrollo del contrato es fundamental para el buen desarrollo de la franquicia. Debe contemplar múltiples aspectos. Realmente, tienes que poner todo".
No obstante, sí hay tres aspectos en los que se debe hacer especial hincapié porque pueden ser una fuente de problemas. Uno de ellos es la "confidencialidad para que el franquiciado no se aproveche del conocimiento adquirido para utilizarlo en otros negocios".
Además, también es fundamental establecer un pacto de no competencia. "Hay veces que las empresas no lo prevén y luego se encuentran con que el franquiciado sigue con el mismo negocio y en el mismo local tras resolver el contrato".
Y, finalmente, se debe incluir el pacto de exclusividad para evitar que "si se abre una franquicia, puedan poner en marcha otra situada al lado". Una situación que se produciría si no se introduce ese pacto en el que es preciso fijar la exclusividad por zonas.
Y, ¿qué sucede con el franquiciado?
Para una persona que quiere poner en marcha un negocio, la franquicia también presenta una serie de ventajas porque "puede ser una fórmula de autoempleo y de adquirir conocimiento si no se ha trabajado anteriormente en el sector", ya que se parte de que va a recibir formación, ayuda en la gestión...
A pesar de este apoyo o soporte, la franquicia también tiene desventajas porque el franquiciado "se tiene que someter al franquiciador y el desarrollo está más limitado, aunque algunas sí dan cierto margen, pero otras ejercen un mayor control".
También es muy importante fijarse bien en el contrato que se va a firmar porque es lo que realmente va a regular la relación con el franquiciado y el desarrollo del negocio.
Sobre todo, hay que leer detenidamente el contrato prestando especial atención a cánones y royalties y "estar muy seguro de la inversión que se va a hacer porque la cantidad puede ser fuerte pero, en caso de fracaso, el apoyo del franquiciador suele ser poco".
Solanas recomienda previamente "saber en qué tipo de negocio se va a invertir, ver los resultados y revisar bien todos los documentos". Además, es fundamental tener en cuenta otros gastos "que forman parte de la franquicia pero que no es habitual que los facilite el franquiciador como son los seguros sociales, la plantilla, el gasto de alquiler... que se deben conocer para que salgan las cuentas".