La reestructuración afectará principalmente a las oficinas ubicadas en la comunidad aragonesa. Además, la entidad también baja a 80 los traslados de empleados y fija un máximo de 375 trabajadores los que saldrán de la entidad con este tercer expediente voluntario.
Ibercaja ha puesto sus cartas sobre la mesa en la reunión mantenida hoy con los representantes de los trabajadores. La entidad financiera ha realizado alguna rebaja sobre las cifras que inicialmente se planteaban al inicio del proceso de negociación del expediente de regulación de empleo en cuanto al número de cierres de oficinas y en el de traslados de los trabajadores, según han explicado fuentes sindicales a elEconomista.es
Aunque inicialmente se habló de que la entidad podría cerrar en torno a las 80 oficinas, hoy se han planteado 70 cierres, produciéndose la mayoría dentro de la comunidad aragonesa por haber mayor duplicidad de oficinas como consecuencia de la integración de Caja3 -de la que forma parte Caja Inmaculada-, en la entidad.
Ibercaja también ha planteado a los sindicatos una cifra menor de traslados, de manera que de los 90 iniciales se baraja ahora la cifra de 80 empleados, que se trasladarán a más de 50 kilómetros de distancia para cubrir vacantes que queden en las oficinas tras la salida de los trabajadores. Entre los principales destinos en los que habrá plazas para cubrir figuran La Rioja, Guadalajara, Madrid o Levante.
Además, en la reunión, la entidad ha planteado un máximo de 375 personas que podrán abandonar Ibercaja, de los que alrededor de 245 empleados serán por edad a través de la aplicación del expediente de regulación de empleo, que tiene carácter voluntario y que afecta a los que tengan 58 y 59 años de edad. Los trabajadores que se acojan al ERE recibirán las mismas condiciones económicas que se aplicaron en el anterior expediente. En concreto, percibirán el 80% del salario neto más un plus de 12.000 euros con las actualizaciones fiscales pertinentes, aunque Ibercaja ha planteado la posibilidad de establecer algunas medidas compensatorias por este concepto. El resto de salidas se corresponden con trabajadores menores de 58 años, quienes también podrán optar por salir de la entidad con otras condiciones económicas.
Aparte de las cifras y de entregar más documentación a la parte sindical, Ibercaja también ha planteado la introducción de medidas sociales como la prioridad de las personas que tengan familia numerosa para quedarse en su puesto de trabajo.
Flecos pendientes
A pesar de estos avances en la negociación, que han sido bien valorados por los sindicatos, todavía quedan temas clave por acordar. Desde CCOO Aragón, en declaraciones a elEconomista.es, se pide que se establezcan garantías en el acuerdo que se alcance para que se mantenga el empleo hasta la salida a bolsa de la entidad, de manera que no se plantee ningún ERE agresivo. Unas garantías que consideran que deberían establecerse hasta 2018.
Además, CCOO Aragón también solicita más información sobre las cifras de Ibercaja y su proyección hasta la salida a bolsa y medidas de apoyo a los trabajadores que permanezcan en la entidad, especialmente, a los que sean trasladados.