La economía española crecerá en los próximos años en tasas cercanas al 3% y la tasa de paro podría bajar al 11,5%, ya que el país tiene capacidad para generar en torno a 2,8 millones de puestos de trabajo en cuatro años. Además, España tiene un modelo económico competitivo, "aunque algunos nos quieren vender modelos inviables", según ha explicado el presidente del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) y de Telefónica, César Alierta, durante la presentación en Zaragoza del Informe España 2018.
Estas son los dos principales datos económicos que se recogen en este informe en el que se prevé una buena evolución de la economía española. Las estimaciones señalan que el PIB español crecerá en 2015 y 2016 en tasas entre el 2,5% y el 3%, aunque serán más cercanas a este último porcentaje -el 3%-, igualando la velocidad de crucero de antes de la crisis. Un crecimiento que sobre todo estará impulsado por la inercia interna y el impacto positivo de factores externos como la depreciación cambiaria, la caída de la prima de riesgo y el precio del petróleo.
El mercado de trabajo también tendrá una mejor evolución, ya que el informe apunta a que es posible crear en los próximos cuatro años un total de 2,8 millones de puestos de trabajo con los que la tasa de paro se situaría en torno al 11,5%, de manera que estará 12 puntos por debajo de la actual y más en línea con los países del entorno europeo.
Sin embargo, para conseguir esos objetivos, el informe propone una serie de medidas reformistas, que se distribuyen en ocho bloques, con el fin de poder impulsar la economía del país, redundando en una mayor generación de empleo.
La receta
Entre las medidas que se apuntan destacan la mejora del marco institucional y el aumento del tamaño de las empresas, que contribuirían a una reducción de 4,2 puntos en la tasa de desempleo, así como la mejora del sistema educativo que tendría un impacto de rebaja de 0,9 puntos en la tasa de paro.
También incidirían de forma positiva en la tasa de desempleo introducir mejores prácticas internacionales en lo relativo a la economía del conocimiento, la sostenibilidad energética y la fluidez financiera, que aportarían una reducción de alrededor de 2 puntos en la tasa de desempleo. Además, la recuperación económica contribuirá a que el desempleo baje en 5,2 puntos. Unos descensos con los que la tasa de paro se reduciría en un total 12,2 puntos.
El informe incide en la necesidad de que la economía española mejore su posición en el comercio internacional, a pesar de que "España es uno de los países más internacionalizados del mundo, estando en cuarta posición", situándose por delante de economías como la alemana. En este sentido, es preciso una mayor integración en las cadenas internacionales de valor, así como un mayor arrastre e interdependencia entre sectores y países.
Como punto de mejora también se recoge la necesidad de profundizar más en la digitalización "porque las economías no digitales no van a ser competitivas", ha afirmado César Alierta.
El informe también incide especialmente en la importancia de mejorar el nivel educativo de la población para reducir la brecha de bienestar con los principales países desarrollados, ya que hacer mejoras en los niveles educativos podría generar más de 200.000 empleos en el medio plazo.
Y es que en España, por ejemplo, sólo el 5% de los jóvenes trabaja y estudia, lo que supone tres veces menos que en la Unión Europea, según ha explicado, Fernando Casado, director general del CEC, quien también ha indicado que el 25% de los jóvenes no estudia ni trabaja, lo que supone 10 puntos más que la media de la OCDE; el 9% de los adultos tiene formación profesional frente al 37% de la UE; el 45% de los adultos tiene ESO o estudios inferiores, el doble que la UE y el 5% de los adultos tiene un nivel máximo en comprensión lectora, la mitad de la UE.
La lucha contra el fraude laboral en España es otra de las medidas reformistas en las que incide el informe España 2018. Su aplicación tendría un impacto positivo en la generación de empleo, estimándose que permitiría aflorar alrededor de 800.00 puestos de trabajo, además de suponer una recaudación adicional del 1% del PIB, ya que el fraude laboral en el país es el doble que el de países comparables.
El informe apunta también la conveniencia de aumentar el tamaño de las empresas. De hecho, en España, el 0,8% de las empresas son medianas y grandes, la mitad que el promedio de Alemania, Francia e Italia, que registran el 1,5%. Esta necesidad se apunta porque las empresas medianas y grandes son más productivas, más innovadoras y exportan más, según ha añadido Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research, quien ha añadido que "aumentar el tamaño de las empresas es una prioridad fundamental para converger con esas economías más desarrolladas en Europa".
Finalmente, también se ha incidido en la necesidad de que haya una financiación fluida y que existan diversas fuentes de financiación para evitar una mayor dependencia de la banca tradicional, así como mejorar el entorno regulatorio e impulsar la ejecución de la Agenda Digital y recuperar el liderazgo tecnológico en Europa porque "los países más desarrollados son los que más invierten en tecnologías como Estados Unidos y Reino Unido, mientras España está más rezagada frente a Europa, que a su vez también está rezagada en comparación con EEUU y Reino Unido", según ha afirmado Juan Antonio Mielgo, director de Economía y Estructura Financiera de Telefónica.
Mielgo ha puesto además de manifiesto la necesidad de un sistema fiscal y legal que trate de forma similar a toda la cadena vinculada con Internet porque "el Internet de las cosas es el futuro", aparte de señalar el impacto positivo que tendrían en el empleo las buenas prácticas en la economía del conocimiento, ya que se podrían generar en torno a 130.000 puestos de trabajo anuales hasta el año 2018.
Aparte de invertir en estos sectores, igualmente clave es hacer inversiones en infraestructuras del transporte para mantener la calidad de la red actual y mejorar el posicionamiento logístico.
Clave es también minimizar los costes ajenos al suministro eléctrico para impulsar la competitividad e impulsar el renacimiento industrial, así como avanzar en un mix energético.
Y, por supuesto, no hay que olvidarse del sector turístico, que es un factor determinante en el crecimiento del país y en el que hay que trabajar para aumentar el gasto por visitante, hacer una diversificación por productos y atraer nuevos mercados como, por ejemplo, el asiático.