
En una entrevista concedida a elEconomista.es, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, espera que las alegaciones presentadas al informe de la Cámara de Cuentas sobre el ejercicio contable del Ayuntamiento de Zaragoza correspondiente a 2011, en el que se reflejaba un desfase de más de 350 millones de euros, se resuelvan favorablemente. Además, manifiesta su voluntad de llegar a acuerdos con el Gobierno de Aragón para solventar la deuda contraída por la administración autonómica, que alcanza los 40 millones de euros, y sigue apostando por las políticas de austeridad hasta el final de la legislatura. Según indica, él mismo se ha "apretado el cinturón" el 40% y sus gastos de representación han caído el 50%.
Acaban de presentar alegaciones al informe provisional de la Cámara de Cuentas correspondiente al año 2011 en el que se refleja un desfase en las cuentas del Ayuntamiento de Zaragoza de más de 350 millones de euros. ¿Considera que se tendrán en cuenta y se podrán solucionar las diferencias existentes?
Prefiero no contestar porque sería entrar en el juego de presionar a su vez. Es un órgano no judicial, es un órgano administrativo al que hay que respetar y yo no voy a hacer lo que se ha hecho de intentar desprestigiarlo sobre la base de filtrar un documento que era provisional y secreto al conjunto de los medios de comunicación. Claro que hace daño a la ciudad de Zaragoza, pero también al propio órgano administrativo. Han opinado mis técnicos. No quiero como político, al igual que no he dicho a los funcionarios lo que tenían que informar a la Cámara de Cuentas. Esto es un problema de técnicos, no es otra cosa. ¿Yo qué hago? Lo que me dicen los técnicos y básicamente el interventor, pero no sólo el interventor es quien ha informado, también los coordinadores de todas las áreas y se ha hecho un informe, por cierto, muy bueno. Por tanto, yo no digo nada, lo dicen mis técnicos. Y a partir de ahí hay que confiar en la prudencia de todos. La propia Cámara de Cuentas se ha encargado de decir que era provisional y pendiente de alegaciones. Por lo tanto, nadie está atado de pies y manos. Yo espero que entre técnicos se resuelva razonablemente la cuestión.
Pero, ¿cuál es su opinión sobre el informe de la Cámara de Cuentas?
Las alegaciones las firman los funcionarios de primer rango de la ciudad de Zaragoza. Es un documento hecho por ellos y han logrado la plena unanimidad de todo el plantel técnico de la casa. Nosotros nos limitamos a coger todo el informe que han hecho los técnicos y trasladarlo. Pretender que eso es un cosa que hacemos los partidos o los políticos no es verdad, lo hacen los técnicos de la casa que no se casan con nadie nada más que con su propio prestigio y responsabilidad. Lo menos que se puede hacer con esos informes es tener exquisito respeto y no descalificar a quien los hace, que no es el consejero de Hacienda.
El fondo real es que la Cámara de Cuentas ha entendido que tienen que aplicarse criterios contables que no estaban en vigor en 2011 ni están en vigor ahora. Es lo que se llama centrifugar la deuda de las sociedades. Dicho de otro modo, ¿qué hacemos con las deudas que tienen las sociedades en las que participa el ayuntamiento? Lo que dice la normativa actual es que se computan en el saldo de la sociedad. Lo que ha pretendido la Cámara de Cuentas es que esa deuda se traslade al ayuntamiento y no a la deuda de la sociedad.
Las grandes cantidades surgen de que se quiere imponer ese criterio, que no está en vigor, no lo estará hasta 2015 y veremos si lo está. Lo veo problemático y veremos qué hace el Ministerio de Economía y Hacienda porque si se ponen más límites, si todas las deudas de las sociedades se trasladan a los ayuntamientos, pasamos a tener una situación muy complicada todos los consistorios. Zaragoza no especialmente porque en un estudio que hizo Fundear indicaba que éramos los que menos centrifugábamos deuda. No creo que eso se imponga de ese modo y, en caso de imponerse, se haría de una manera progresiva en el tiempo.
Nuestros técnicos opinan que no hay nada que prohíba en la ley centrifugar deuda en las sociedades, sino que el informe puede llegar a desbordar el margen para entrar en las recomendaciones de prudencia. Y, en ese plano, todo es admisible. Lo prudente, aunque no sea lo legal, sería tener reservas por el triple, por ejemplo, de lo que exige el sistema financiero. Bastante tenemos con cumplir la legalidad como para intentar llegar más lejos porque solo se puede llegar más lejos sobre la base de poner en quiebra el conjunto del sistema. Nosotros no podríamos garantizar lo que hemos sido: un colchón que hemos aliviado las políticas sociales. Si se nos aplica, no tendremos recursos y no habrá más remedio que cerrar servicios.
Es un dato macro, pero que insisto en que es micro. Si yo sólo tengo que pagar el 12% de mis ingresos para pagar amortización e intereses por qué tengo que seguir. ¿Hay una sola vivienda familiar de personas en las que la hipoteca no represente más del 12%? El 30% es la media nacional. Si una familia se endeuda hasta el 30% o el estado al 100%, y nosotros solo tenemos que poner 12 de cada 100 euros para resolver el problema de deuda, nos tendrían que dejar seguir en la línea. Por qué vamos a hacer nosotros lo que no hace ninguna otra administración. La administración local es la única que cumple los objetivos de déficit. Zaragoza está muy por encima de ese objetivo. Somos de los que hemos hecho mejor las cosas. Espero que el buen comportamiento global que hemos tenido las administraciones municipales tenga su recompensa lógica en lo que ocurra en los próximos meses y en los próximos años. Que se den cuenta de que somos de fiar y que es la administración que mejor cumple. Zaragoza, dentro de la administración municipal, es la que mejor cumple.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas que le compense el importe de las deudas de la Diputación General de Aragón. ¿Cree es posible saldar esa deuda?
Hemos acudido a los tribunales en algunas materias. Nos deben cerca de 40 millones de euros. Hay que comprender que tienen niveles de deuda importantísimos. La deuda del Ayuntamiento de Zaragoza, amortización más intereses, implica el 12% de nuestros ingresos. El suyo es el 18,8%. Siempre se habla de la situación económica delicada de la ciudad de Zaragoza, pero somos la administración más desahogada. Nosotros con ese 12% pagamos la amortización que representa el 70%. Ellos tienen déficit y nosotros tenemos un superávit de 51 millones de euros y 92 millones de euros liberados para la inversión como consecuencia de las políticas económicas que hemos hecho muy rigurosas. Esa es la realidad.
En esa situación, comprendo las dificultades de la DGA, pero lo que es evidente es que no se puede resolver sobre las espaldas de los ciudadanos y ciudadanas de Zaragoza. Me parece evidente que los ciudadanos debemos ser la prioridad frente a otro tipo de acreedores y espero, por lo tanto, que se avance algo en esa línea y no sea necesario emprender, al margen de la batalla judicial, una batalla política que, insisto, en general, son malos tiempos para las batallas. Esto además tiene el riesgo de que hecho en campaña electoral casi tiene un grado de credibilidad muy reducido y la postura del ayuntamiento tiene que ser muy delimitada, pero solicitando que se cuiden los intereses de los ciudadanos.
Nuestra voluntad es llegar a acuerdos, pero todo tiene un límite: por lo menos tiene que pagar una parte y tener un plan de pagos. Es lo que nos planteamos con cualquier otro acreedor. Nosotros cuando tenemos deudas con una gran empresa, se hace un plan de pagos. Simplemente, se dice reconozco la deuda y la vamos a pagar de esta manera en estas condiciones. Ahí se puede ser comprensivo. Con lo que no se puede ser es con que se mire a otro lado y no se afronte la realidad de la deuda.
Cuando llegó a la alcaldía, prometió austeridad. ¿En qué se ha traducido esa austeridad?
En porcentajes. En prácticamente todas las áreas, menos acción social y empleo, ha habido descensos de entre el 25% y el 40%. Lo hemos hecho tan excesivamente bien que tenemos 51 millones de euros de superávit cuando partíamos de una situación de déficit. El dinero no se inventa, viene de que dejas de gastar. En ingresos ha habido algún aumento gracias a la subida que hizo la administración general del estado del IBI, por lo demás no ha habido cambios sustanciales. Lo que sí ha habido es una reducción drástica de gastos y en ocasiones un cambio de mentalidad. Por poner un ejemplo, en las Fiestas del Pilar, hemos pasado de hace cuatro años en los que la administración pública ponía aproximadamente el 90% del presupuesto y el 10% la iniciativa privada, a que el 66% de las fiestas del Pilar del pasado año procediera de fondos privados: patrocinios, taquillas, licencias... De un presupuesto de 1,5 millones de euros, el ayuntamiento aportó alrededor de medio millón. Si se mantienen las fiestas con un nivel de calidad semejante es porque hemos cambiado el modelo de negociación y porque hemos introducido el principio de la colaboración pública y privada. También hemos restringido la política de personal y hemos congelado plazas. Es verdad que eso supone más carga de trabajo para los funcionarios que nadie les agradece, pero el alcalde sí. Están consiguiendo mantener un nivel semejante en la prestación de servicios pese a que falta mucha gente.
Y el alcalde, ¿cómo se ha ajustado el cinturón?
Los alcaldes somos los únicos que tuvimos restringido el salario desde una ley. Yo he bajado un 40% mis ingresos fundamentalmente. Sí me lo he apretado. Se han suprimido las dietas también y el que más dietas tenía era el alcalde. He tenido esa doble limitación que hace una media de un 40%. Y dicho eso, me parece muy bien. En los tiempos que corren, los que tenemos mejores sueldos es razonable que los reduzcamos y mucho más allá de ese 10% o 15% del conjunto de los funcionarios. También mis miembros del gobierno han reducido más los ingresos que los funcionarios.
Sin embargo, se cuestionan sus gastos de representación por ser elevados y por incluir costes como la compra de manzanas.
Esos temas me dan risa. El récord mundial del ridículo se ha hecho con las manzanas. Cerca de 300 euros en un año en manzanas. El gasto total de protocolo del alcalde es ridículo. De las cifras más importantes, está la de las manzanas. El protocolo es imprescindible. Cómo no vas a invitar a un café, a una manzana, a un señor que viene para ver si se instala una fábrica en Zaragoza... Eso es de sentido común. El gasto de protocolo, en los porcentajes que hacemos nosotros que son miserables realmente, nulos, no hay nada que reprochar. Las facturas están a disposición de todos. Al revés, me quejo de que no gasto lo suficiente. Nos convendría para tener mejores relaciones institucionales con la gente. Yo a veces me siento ridículo.
Los gastos de alcaldía han caído en torno al 50 por ciento cada uno de los dos últimos años. En gastos de alcaldía entran desde los gastos de la dirección de comunicación, a gastos de la Policía Local, el catering de los plenos municipales, comidas institucionales, recepciones a congresos, triunfadores deportivos, intelectuales... Durante 2012, los gastos específicos de representación del alcalde fueron de 2.337 euros y los gastos protocolarios y de representación ascendieron a 8.692 euros. Todos los meses se da cuenta de todas y cada una de estas facturas a la Comisión de Presidencia, Economía y Hacienda.
La legislatura actual está llegando a su recta final, ¿qué balance realiza?
Empezaría diciendo que hemos tenido que gobernar con 10 concejales de 31 con lo cual es una experiencia interesante. Lograr para todos los proyectos importantes los 16 votos necesarios en un gobierno en minoría no ha sido sencillo. Tengo una larga experiencia de tener coaliciones muy variadas. Las he tenido con el PAR, CHA y ahora no hay tripartito, pero sí que me apoyan IU y CHA en el pleno municipal en asuntos importantes como presupuestos u ordenanzas. No es fácil mantener a tres grupos de izquierdas, resulta bastante complicado.
Dicho eso, creo que en lo esencial, nuestro balance sería primero mantenimiento e incremento del gasto social. Y eso, sinceramente, no lo hace ninguna otra administración. Esto es un hecho y se puede comparar. Somos los únicos que no sólo hemos mantenido, sino que hemos incrementado el gasto social. Mi compromiso era mantener, pero de hecho lo hemos incrementado no solo en ayudas de urgente necesidad, que es evidente que hay más situaciones de extrema necesidad, sino de manera global e, incluso, con la iniciativa de los comedores escolares de verano con la Diputación General de Aragón. Además, ya he dicho al vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, que si falta dinero para ello se modifica el presupuesto porque no creo que haya ningún grupo que se niegue a aprobar una modificación para atender estas situaciones. Es la prioridad de las prioridades. Se mantiene el incremento neto de los programas específicos de intervención social aprobados en 2013 por importe de 11 millones de euros y aumenta un 40 % la partida de ayudas de urgente necesidad hasta alcanzar los 5,2 millones de euros. Y el total dedicado a los conceptos y programas incluidos como gasto social asciende a 122,7 millones de euros, un 18,4 por ciento del total del presupuesto. Es un porcentaje similar al de 2013.
La segunda ha sido el mantenimiento del empleo público. Y digo público y no otra cosa porque en las bases del acuerdo yo me comprometí al empleo público y no a contratas u otras vías. Fue estrictamente al empleo público y lo he mantenido al 100%.
En tercer lugar, de manera más proactiva, creo que ha sido el año de la movilidad, evidentemente, por la línea del tranvía Norte-Sur. Estamos hablando de 14 kilómetros y de que une con el centro de la ciudad los dos barrios con mayor número de viviendas sociales de Zaragoza. Ha sido un éxito a nivel nacional y mundial. Ha habido más de 150 ciudades de todo el mundo que han venido a verlo y en muchas de ellas se está implantando. Hemos sido pioneros. También hemos avanzado mucho en el tema del carril bici y de las bicicletas que se ha convertido en un medio común de transporte. No es una cosa para divertirse los fines de semana, sino que es un medio de transporte real y completo. Además, se ha ampliado la peatonalización y se ha disminuido, en consecuencia, el tráfico privado que era uno de los objetivos del tranvía. Hemos intentado que la gente comprenda que el coche está muy bien para ir el fin de semana a la segunda vivienda, pero que en la ciudad es un absurdo y que su uso debe estar reducido a personas que no les queda más remedio porque viven en barrios residentes o para el comercio. Para todo lo demás, tiene que ser transporte público. Ha habido varias consecuencias indirectas de esto: hemos reducido las emisiones de CO2. En este momento, según Tom Tom, dentro de las 50 ciudades europeas más grandes somos la que tiene menos flujo de tráfico privado.
Y, el cuarto, diría el cambio del concepto de políticas de juventud. Hemos pasado de unas políticas que básicamente eran casas de juventud y centros lúdicos -que eran el único eje y que tenían mucha lógica cuando los inventó Sainz de Varanda al principio de la transición-, pero que en ese momento ha sido superado por equipamientos de tercera generación como Torre Delicias o Etopía. Consideramos que la nueva política de juventud debe significar sobre todo propiciar el espíritu emprendedor, el empleo y la creación de empresas emprendedoras. Y al servicio de ello estamos poniendo muchos recursos. De hecho, hemos sacado más de 200 empresas y eso es lo mejor que podemos hacer por una persona joven en estos momentos.
En el empleo de las contratas ha tenido varios conflictos sobre los que muchos trabajadores han manifestado que eran consecuencia de la política del Ayuntamiento de Zaragoza.
El Ayuntamiento no tiene que mediar en esos conflictos. Sólo lo hicimos en un caso porque había cerca de 100 personas que podrían resultar despedidas. Cuando es un tema económico, es un trabajo que corresponde a la empresa y los trabajadores. En el otro conflicto hubo comunicación. Pero hay un problema de fondo que deberían entender los ciudadanos. Para la empresa y para los trabajadores, lo ideal es que medie siempre porque eso en la práctica termina de manera clara: siempre paga el ayuntamiento. Convendría que la gente se diera cuenta de que el ayuntamiento no es una cosa abstracta, son sus perras, es el dinero de la gente. Todas las medidas de mediación terminal de una manera muy clara: lo que quitamos al conjunto de los ciudadanos es lo que damos a un sector concreto afectado en la medida. Lo que incrementas para mantener eso lo tienes que quitar de otro sitio. No parece sensato que los trabajadores de contratas deban tener una posición más razonable que la de los funcionarios públicos, que llevan sufriendo reducciones, y que los de las contratas no puedan reducirse el salario un 5%. No deben aspirar a tener un trato de privilegio ni a estar bajo el tutelaje del ayuntamiento porque paga la fiesta el ayuntamiento y el consistorio no es una abstracción, son los vecinos y las vecinas.
En este casi último año de legislatura, ¿en qué se va a centrar?
Primero ser sincero, como ya a mi edad lo soy siempre. El año electoral es mal año por definición porque todos los grupos, a veces desde la buena voluntad -y yo no se la niego-, tienden a hacer electoralismo en la práctica. Es difícil lograr acuerdos cuando se gobierna con diez concejales. Imagínate con diez y en año electoral en que todas las fuerzas, incluidas las que nos apoyan, quieren marcar posición. No es tiempo especialmente propicio para grandes modificaciones que no encontrarían suficiente apoyo en el pleno municipal. Por tanto, hay que ser prudentes. Dentro de esa prudencia, hay cosas posibles. Creemos que sí deberíamos terminar el conjunto de estudios técnicos y haber logrado un consenso suficiente para que tengamos ya definido el segundo modelo de tranvía de la línea Este-Oeste. Sin embargo, lo que es licitación y adjudicación creo que, no solo porque estaríamos justos de tiempo, lo sensato es que lo haga la siguiente legislatura y no lo hagamos nosotros. Podemos trabajar en serio en construir ese consenso.
Y también garantizar que lo que hemos hecho en los tres primeros años se sostenga en los años siguientes: política social, juventud, empleo... Nuestra posición es ir avanzando moderadamente, sobre todo, en el campo medioambiental. Una de nuestras aspiraciones es ser Capital Verde Europea y la verdad es que nos quedamos la cuarta. Es un trabajo constante. La ciudad no puede renunciar a ese objetivo porque es uno de sus objetivos claramente definidores. Y después habrá que preocuparse por cosas pequeñas, pero que para los ciudadanos son fundamentales como, por ejemplo, el estado de las aceras, calzadas... Hay que hacer el plan habitual de renovación de calles que debe extenderse a lo que es mobiliario urbano y los problemas de las aceras, que muchas veces determinan la caída de las personas mayores, problemas para las personas que llevan carritos... Tenemos que ir a ese tipo de cosas pequeñas y planificar. Igual que el plan del casco histórico fue un éxito y es un éxito en una zona que estaba degradada, hay que empezar a extender planes equivalentes -de momento en el ámbito de la confección de esos planes y no de inversión de dinero-, en los barrios tradicionales que están llenos de necesidades como Delicias, Las Fuentes, Torrero... que no han recibido el tratamiento adecuado. Quiero aprovechar estos meses para proyectos modelos de actuación.
¿Han mantenido ya contactos con el Gobierno de Aragón para ultimar la Ley de Capitalidad?
Tengo el compromiso de la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y a estas alturas deberíamos estar ya convocados. Se habla, se dice que hay un texto. Si en general, Aragón debe tener siempre en cuenta a Zaragoza porque estamos el 60% de la población, en la Ley de Capitalidad también. Va pasando el tiempo, falta menos de un año, y es sorprendente que a estas alturas no se nos haya convocado formalmente para que esa Ley de Capitalidad sea consensuada. Es la gran oportunidad para resolver los problemas que plantea la Ley de Régimen de Administración Local.
En los últimos años han hecho promociones de las Fiestas del Pilar para atraer a más turistas. ¿Van a seguir con esta línea?
No vamos a volver a las presentaciones que hacíamos en Madrid y Barcelona porque llegamos a la conclusión de que era un gasto ahorrable. Teníamos mucha confianza en ello, pero a la hora de hacer recortes fue uno de los primeros porque la promoción en este tipo de actos sólo puede venir dada por intentar convencer de que los medios de comunicación estén presentes. El trabajo es enseñar a los responsables de los medios de comunicación hasta que punto la fiesta popular más importante de España es El Pilar, con todo el respeto hacia las demás. Esa parte nunca hemos sabido resolverla. El presupuesto será el mismo, pero la idea es que sea 70% de financiación privada y el 30% de pública. La voluntad política del consejero es mantener el presupuesto.
Ha sido el alcalde de la Expo, del tranvía... ¿Renuncia a los grandes proyectos?
Este año sí. He tenido muchos objetivos y este año no se pueden tener porque sería demagógico. Los grandes proyectos nunca se tienen que plantear el último año de legislatura, incluso en situaciones en que hubiera mayor estabilidad política y situación económica. No tiene sentido, eso casi siempre es electoralismo. Podemos estudiar determinadas cosas, pero la decisión política le corresponde a la legislación siguiente. Los grandes proyectos serán concebidos como necesarios cuando la situación política sea concebida como buena. Al bajar la situación económica, la gente quiere que se le arregle la acera y que se olviden las grandes cosas. Es evidente. Pero también es evidente que, gracias a esas cosas, tuvimos en tres años 2.200 millones de euros de inversión que permitieron hacer todo lo que Zaragoza venía exigiendo desde principios del siglo pasado y demás: cinturones, pasarelas, parque... Todo. Sin eso, no hubiéramos tenido nada de eso. Pero es normal que cuando no hay recursos, haya que cambiar la filosofía del gasto y hacer prioritario lo que supone la acción social y el empleo público. Pero volverán los tiempos en que la ciudad deba proyectarse hacia el exterior. De hecho, a nuestro modo, ya lo estamos haciendo con relaciones con países emergentes, pero concretarlo en proyectos sinceramente no toca esta legislatura.
Habla de siguiente legislatura, ¿volverá a ser candidato a la alcaldía de Zaragoza?
Si se abre el proceso de primarias, ese día comunicaré mi decisión, pero ni un minuto antes.
Pero, ¿tiene ganas de seguir en política o como alcalde?
En este oficio, casi nunca haces lo que te apetece. Los partidos políticos funcionan de la siguiente manera: si tienes mucho interés en hacer algo, te procuran poner todos los obstáculos para que no lo hagas y, cuando tú estás más relajado, te obligan. Se puede dar la paradoja, que no sería el caso único, de que contra menos quieres mantener una función, más te obligan a mantenerla. Imagínate que el secretario general siguiente del PSOE diga que es imprescindible que sea candidato otra vez y que el secretario regional de PSOE opine lo mismo. ¿Qué margen tiene un militante? Decir que no a lo que te piden los secretarios generales es decir adiós a tu partido. No lo sé. Habrá que esperar. Habrá que ver quien es el secretario general, que pasa en el congreso... Yo nunca quise ser ministro de Interior, sí de Justicia, pero me cogió el secretario general y el presidente del Gobierno y me dijo "te tocó" y yo soy una persona que tiene sentido de la responsabilidad.