Bodega Pirineos quiere aumentar su presencia en el sector de la hostelería. Para ello, acaba de lanzar el nuevo vino El Señorío de Lazán ?el primer reserva etiquetado con la DOP Somontano y buque insignia de la marca con más de treinta añadas-, que ahora es también un crianza.
Su lanzamiento se corresponde con el objetivo de la bodega de adentrarse en este segmento tanto en el mercado español como los internacionales "conquistando el paladar de los consumidores que son más reacios a tomar crianzas", según explica Javier Filliat, responsable de Comunicación de Bodega Pirineos, quien señala que esta producción se limitará a unas 100.000 botellas.
Con esta apuesta, la bodega, que pertenece al Grupo Barbadillo, se ha marcado el objetivo de consolidar su presencia en España y aumentar su implantación en los mercados exteriores, estando ya presente en más de 20 países de América, Europa -principalmente los estados miembros de la Unión Europea- y Asia.
Unos mercados en los que la bodega está trabajando con diferentes proyectos para crear vinos según las necesidades de los importadores y con marcas blancas para exportación para clientes que precisan un vino con su marca, aparte de introducir sus propios caldos.
En la actualidad, los mercados exteriores suponen alrededor del 40% de las ventas de esta bodega, porcentaje del que alrededor del 32% se corresponde con las marcas de sus vinos, mientras que el 8% son vinos "a medida". Un porcentaje que podría aumentar, ya que la bodega quiere tener una mayor presencia en los mercados de Estados Unidos y Rusia.
Esta línea de acción es diferente a la que se trabaja en España, país en el que "no hacemos vinos a la carta porque las necesidades del mercado son diferentes", además de estar aumentando la venta de vinos blancos y rosados, mientras que en crianzas y reservas el mercado es más tranquilo. Dentro de España, las principales ventas se producen en Aragón, aunque sus vinos se comercializan en prácticamente todo el territorio nacional.
Además, Bodega Pirineos también está inmersa en otros proyectos que "están enfocados a vinos de gama alta y en la regularización de la imagen de la bodega para apostar más por la marca" Pirineos con el fin de darle más fuerza.
La bodega, que emplea a 30 personas, tuvo una facturación en el año fiscal 2012-2013 de más de 6,45 millones de euros. La previsión para 2013-2014 es crecer alcanzando los 7,5 millones de euros.