El 46% de las empresas en la comunidad aragonesa ha visto incrementado el precio de su factura de electricidad entre un 10% y un 50%, y el 21% indica que el incremento se sitúa entre un 50% y un 100% en relación al año pasado.
Este incremento y la tendencia al alza de los costes de energía preocupan, y mucho, a las empresas, llegando el 26,05% de las pymes a considerar que esta situación puede poner en riesgo su actividad empresarial.
La subida de la electricidad de más del 900% en relación al año anterior (pasa de 54 euros/MWh a superar los 500 euros/MWh) y de los combustibles (aumento del 35% desde el inicio del año 2022), extiende la preocupación por la evolución de estos costes al 54% de las pymes, ya que este porcentaje de pequeñas y medianas empresas creen que los precios de la energía afectarán a su actividad empresarial, según se desprende de la encuesta realizada por Cepyme Aragón a empresas de diferentes áreas de actividad como agroindustria, hostelería, comercio, ocio, construcción o turismo, entre otras.
El 37% de las empresas señala que el gasto energético supone entre un 5% y un 10% de sus ingresos, además de haber un 23% que afirma que representa entre el 10% y el 25%. Además, casi la mitad de las pymes –el 46%- apunta que su factura de la electricidad ha aumentado entre un 10% y un 50% en relación al año anterior. Un incremento que se sitúa entre el 50% y el 100% en el 21% de los pequeñas y medianas empresas.
El gasto de la electricidad no es el único que está afectando a la actividad de las empresas, que también viven soportando el aumento de costes del gas. En este caso, el 43% de las pymes señala que su factura ha crecido entre un 10% y un 50% en comparación con el año pasado.
A esta situación se suma la tendencia al alza de los precios de los combustibles ante la que el 63% de las pymes preguntadas asegura que, de continuar la escalada de precios, su actividad se vería afectada de manera preocupante. Es más, para un 21,12%, se podría ver comprometida su viabilidad como empresa. El porcentaje de gasto en carburante ha crecido entre un 10% y un 50% para el 46% de las empresas, mientras que ha sido de entre el 50% y el 100% para el 35% de las pymes aragonesas.
A pesar de esta coyuntura, que se viene arrastrando desde hace varios meses atrás, la mayoría de las empresas -el 65%-, asevera que no tiene previsto trasladar este encarecimiento a su producto final, en gran parte, por la imposibilidad de repercutirlo por la pérdida de competitividad que conllevaría frente a otras compañías que operan en el mercado nacional y de rentabilidad en un momento en el que vienen arrastrando problemas de endeudamiento y liquidez a raíz de la pandemia de la covid-19.
Una situación que ha llevado a que desde Cepyme Aragón se pidan medidas urgentes con el fin de evitar las afecciones en el tejido empresarial. Un paquete de acciones que comprenden varias líneas de acción como la reducción de impuestos a los carburantes, la disociación del precio gas-electricidad y la puesta en marcha de ayudas sectoriales.
Son medidas que desde la organización empresarial se consideran claves para mantener el tejido productivo en la comunidad aragonesa, que no es ajeno a la inflación y a la evolución de los precios. En el mes de marzo, se elevó hasta el 10,7% en Aragón.