Una nueva Orden establece la obligatoriedad de señalizar los terrenos cinegéticos, vedados y zonas no cinegéticas voluntarias con las señales de primer y segundo orden.
Estos son los principales puntos de la nueva Orden, que también impone la utilización de señales similares a las que se venían utilizando, con la excepción de las señales de primer orden referentes a las antiguas "Explotaciones Intensivas de Caza" ya que estas, tras la aprobación de la Ley 1/2015, de 12 de marzo, de Caza de Aragón, pasaron a denominarse "Cotos Intensivos de Caza Menor", denominación que debe aparecer en sus señales y que por ello obliga a su adaptación.
Además, la orden también establece la posibilidad de señalizar voluntariamente a sus titulares las "zonas de seguridad para la caza", así como de las "zonas no cinegéticas" que no sean "zonas no cinegéticas voluntarias".
Más del 90% del territorio de Aragón son terrenos cinegéticos, por lo que es fundamental que estos espacios estén bien señalizados. Un motivo por el que la propia Ley de Caza de Aragón ha incluido entre las infracciones graves el incumplimiento de las normas sobre señalización de terrenos cinegéticos por parte del titular del coto y de las normas sobre señalización de las zonas no cinegéticas voluntarias por parte del propietario o propietarios de las fincas que las conforman y arrancar derribar, desplazar o modificar cualquier tipo de señal prevista en la legislación de caza.
En la orden también se establece el modo de operar cuando el titular de un terreno cinegético advierta error en la delimitación del mismo o falta de coherencia entre las fuentes de información geográfica. El objetivo de esta medida es que la cartografía de cada terreno cinegético se refleje de forma actualizada tanto en su expediente como en el «Registro de Terrenos Cinegéticos de Aragón» gestionado por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental.
La caza en Aragón es uno de los principales recursos económicos y recreativos en el medio rural, que es practicada por más de 50.000 personas en más de 4,4 millones de hectáreas, es decir, en un 92,3% del territorio de la comunidad aragonesa.