
Las restricciones en el movimiento de los trabajadores y la caída de precios y de consumo de determinados productos, así como la falta de equipos de protección individual son algunos de los problemas que afectan al sector agrícola y ganadero aragonés ante el COVID-19. Una situación ante la que reclaman sencillez y facilidad para acogerse a las medidas planteadas para empresas y autónomos, que deben complementarse con otras específicas para paliar el impacto del coronavirus.
Agricultores y ganaderos en la comunidad aragonesa siguen trabajando con el fin de poder abastecer de alimentos a las tiendas y supermercados y, en consecuencia, a la población durante toda la crisis sanitaria del COVID-19. Sin embargo, a corto plazo, el Estado de Alarma y las medidas planteadas puede dificultar la actividad en el sector, que pronto comenzará con las labores de aclareo de la fruta dulce, la recogida de la cereza o la recolección del guisante verde o habas para la industria.
Son trabajos para los que se necesitan trabajadores. Por ejemplo, en Aragón, en la campaña de la fruta, se emplea a entre 15.000 o 16.000 personas de los que entre 7.000 y 9.000 son eventuales, siendo el resto personal fijo. "En estos momentos nos preocupa por las medidas de choque puestas. De aquí a 15 ó 20 días hará falta gente para el aclareo de los frutales y luego se empieza a coger la cereza temprana", explica Fernando Luna, presidente de ASAJA Huesca, elEconomista.es, quien ha indicado que las restricciones de movilidad de las personas y la prohibición de entrada en la Unión Europea impiden que se pueda disponer como en anteriores campañas de trabajadores extranjeros, "que no van a poder venir".
La falta de mano de obra también llega a la ganadería, ya que próximamente también se empezará el esquileo del ganado labor que realizaban principalmente cuadrillas de extranjeros. Y también se ve difícil a día de hoy que pueda llegar la maquinaria para la recolección de guisantes y habas, suele venir de Holanda, y los expertos de Nueva Zelanda.
Son problemas a los que se suma también el hecho de que, en la actualidad, los alojamientos para los trabajadores eventuales en el campo no están preparados para cumplir las medidas de confinamiento contempladas por el COVID-19 y tampoco se ve factible el traslado de los trabajadores -muchos sin carné de conducir y coche-, al campo ante la imposibilidad de viajar varias personas en un mismo vehículo. "Es difícil una cuadrilla de diez en un coche o ir desplazándolos uno a uno".
Una situación que afecta principalmente a explotaciones frutícolas, vitícolas, granjas de cerdas madres y ganadería extensiva como el ovino donde es frecuente que se disponga de furgonetas biplaza para el traslado de animales y donde se debería permitir que vayan dos personas como en el sector del transporte. Y, a todo ello, se suma el hecho de la dificultad de disponer de equipos de protección, mascarillas y guantes para los trabajadores.
Estos problemas han sido trasladados ya a la Subdelegación del Gobierno en Huesca con el fin de que se empiecen a buscar soluciones porque tampoco se ve factible, por campañas anteriores, que personas desempleadas de las ciudades se trasladen al medio rural para realizar estos trabajos.
Caída de precios y consumo
Las restricciones de movilidad de personas no es el único problema que la organización agraria -con el respaldo de CEOS-Cepyme Huesca-, ha puesto sobre la mesa. Con el COVID-19 también se están produciendo otros efectos en el sector al haberse introducido algunos cambios en los hábitos alimenticios.
"También hemos alertado para que se busquen soluciones en el sector cárnico porque en las partes nobles o selectas del ternasco y del bovino -como el solomillo o las costillas-, está bajado el consumo. Observamos que todo lo que es gourmet no se consume", lo que está repercutiendo en la bajada de precio. De hecho, determinados productos como la carne de cordero han sufrido una importante caída de precios en lonja o ausencia de cotización porque el destino era restauración o exportación.
Una situación ante la que desde ASAJA Huesca se plantea que la Administración ponga en marcha "mecanismos como las naves congeladoras de almacenamiento", incide Fernando Luna.
El sector cárnico, además, se enfrenta al frenado de las exportaciones, que se realiza como animales vivos a países como Líbano, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos. "Está el problema de las fronteras".
"Los nubarrones se ven venir" por lo que desde ASAJA Huesca se pide que se dé solución al sector agrícola y ganadero a través de los diversos mecanismos de ayuda que se han articulado en los decretos que recogen las medidas a raíz del Estado de Alarma.
Unas medidas que requieren, además, de "facilidad y rapidez y de un cierto automatismo porque en el medio rural no hay líneas tan rápidas y de calidad de Internet como en pequeñas y medianas empresas", existiendo más dificultades para acceder a la administración electrónica.
En estos momentos, las organizaciones agrarias y empresariales están ayudando en las tramitaciones, pero ante la "farragosidad y lentitud", "pedimos que sean retroactivas por las diferencias entre una gran empresa con las pequeñas y autónomos y las que están en un polígono industrial y las que están en el medio rural".
Las medidas ya puestas en marcha también es necesario que se complementen con otras específicas para el sector como la baja temporal de los contratos de potencia de suministro eléctrico porque "son de año y no se pueden dividir en meses", lo que conlleva que las empresas que no tienen actividad deben seguir pagando los contratos, repercutiendo de forma negativa en su rentabilidad.
En el paquete de medidas igualmente se debe poner el foco en garantizar la liquidez en créditos y ayudas, minimización de los pagos administrativos, pero con "presupuestos y avales y no con ideas retóricas. El dinero tiene que ser contante y sonante, ágil y con unas garantías de devolución en las que el Gobierno esté de atrás. Estamos de acuerdo en que lo primero es el choque sanitario y segundo el económico, pero los que estamos en puestos de responsabilidad debemos pensar ya que esto -esperemos más pronto que tarde se solucione- cuando se solucione hay que empezar un partido muy difícil en el que hay que tener las ideas muy claras de por dónde hay que ir".
"En estos momentos -afirma Fernando Luna-, sobran los planteamientos políticos e ideológicos y hay que estructurar medidas económicas y sociales para una sociedad que va a salir muy, muy dañada. Las medidas deben ser reales para que el empresario salga adelante porque, sin el empresario, la mano de obra no estará".
Para el presidente de ASAJA Huesca, el principal motor de la economía son las empresas y las venas de esa economía son autónomos y "cuanto mejores medidas para ellos, más manos de obra a disposición habrá y más bienestar social habrá porque más dinero para el consumo".