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Consejo asesor: claves para sacarle el máximo partido en la empresa

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El Consejo Asesor es un órgano consultivo por el que cada vez más empresas están apostando por las ventajas y beneficios que conlleva para su día a día y conseguir los objetivos y retos estratégicos. Pese a ello, es una figura ante la que todavía muchas compañías muestran alguna reticencia. Pero, ¿en qué consiste? ¿Cómo funciona? ¿Qué puede hacer realmente por la empresa? ¿Es también beneficioso para el asesor? Son preguntas frecuentes en el tejido empresarial cuya respuesta conviene conocer antes de lanzarse a formar este órgano para sacarle el máximo partido, aunque no son las únicas claves a tener en cuenta.

Consejo Asesor es un término que suena desde hace tiempo y con mucha frecuencia en el ámbito empresarial. Es una denominación con la que se alude a un órgano consultivo, que ayuda en la toma de decisiones de la empresa a través de recomendaciones estratégicas que no son vinculantes y sobre las que la compañía puede decidir libremente si las pone o no en práctica. Es un órgano que está separado del Consejo de Administración.

Cualquier empresa puede tener un Consejo Asesor, con independencia de su tamaño y sector de actividad, aunque es más propio o especialmente clave en el caso de startups, pymes y empresas familiares. No obstante, hoy en día sigue siendo un órgano que se tiende a asociar con las grandes compañías y ante el que todavía existen algunas reticencias porque, en general, se observa que el tejido empresarial no está bien informado y "falta poder transmitir cómo impacta en su cuenta de resultados. Si se ve como inversión, no tiene sentido. Es la oportunidad de contar con perfiles profesionales", Antonio Sagardoy, CEO de Bros Group y especialista en la transformación de las organizaciones empresariales desde la dirección, quien ha participado en la jornada 'El papel de consejo asesor', organizada en Cámara de Zaragoza, en declaraciones a elEconomista.es

A esta falta de conocimiento, se suma también el hecho de que muchas compañías, sobre todo, aquellas que tienen un modelo de gestión más tradicional muestran una cierta "reticencia a abrirse a externos. Es difícil esa gestión del cambio, pero abrirse les va a reportar más beneficios que contrariedades. Además, se trabaja codo con codo y se firman cláusulas de confidencialidad".

Para que el Consejo Asesor funcione correctamente, en su formación, la clave está en la elección de sus miembros. En general, se suele contar con entre tres y cinco consejeros independientes -es el tamaño que se aconseja, pero puede variar-, con el fin de que aporten esa visión externa e independiente a la compañía.

"Lo recomendable es profesionalizar esa incorporación", añade Antonio Sagardoy, quien incide en la necesidad de trabajar siempre con especialistas de primer nivel y aconseja limitar su tiempo de permanencia en el Consejo Asesor para asegurar la independencia.

Pero antes de trabajar en la incorporación de los profesionales, la empresa "tiene que hacer un análisis exhaustivo de qué necesidades estratégicas tiene y analizar hacia dónde va para saber qué perfil es el más adecuado en función de esas necesidades para que pueda ayudar más rápido" a la compañía a conseguir sus objetivos.

Con la formación del Consejo Asesor se trata así de cubrir esas necesidades. Por ejemplo, si una empresa está apostando por la transformación digital, la internacionalización y crecer a nivel inorgánico con adquisiciones en Asia, "debería incorporar a un ejecutivo de primer nivel en internacionalización, un experto en trasformación digital y a un profesional referente que ya haya comprado compañías en el mercado asiático. Hay que hacer una matriz de competencias, y a través del Consejo Asesor, complementarlo e incorporar a las personas alineadas con las líneas estratégicas de futuro".

La dinámica de funcionamiento del Consejo Asesor la marca el presidente o bien a través del reglamento interno. "Lo habitual es que se reúna cada dos o tres meses y se aborden los temas estratégicos o bien aquellos aspectos operativos de las empresas".

Ventajas para la empresa

Este sistema tiene una serie de ventajas para las empresas. La primera de ellas es que es una "oportunidad excelente para ir a un nuevo nivel en la compañía, apoyándose en el Consejo Asesor", sobre todo, para startups, pymes y empresas familiares, pero también por ejemplo para filiales de multinacionales que operan de manera local.

"No siempre se diluye el control en la empresa porque el Consejo Asesor tiene voz y no voto y se trae aire fresco, ideas, innovación, visión estratégica... a través de estos perfiles profesionales que muchas compañías, probablemente, no podrían atraer desde un punto de vista ejecutivo".

De hecho, es una vía que permite contar con expertos y profesionales por retribuciones que son inferiores a las que se perciben en los Consejos de Administración. La horquilla, por ejemplo, oscila desde los 8.000 ó 12.000 euros hasta los 40.000 o 60.000 euros. "Hay muy buenas opciones para ocupar roles de ejecutivos que están en compañías de primer nivel y que les apetece impactar y desarrollarse por una retribución razonable".

Además, el flujo de comunicación con el Consejo Asesor y la empresa es más fluido y se pueden solucionar algunos temas con una simple llamada telefónica y, por ejemplo, el director general de una empresa puede aprovechar este órgano para testear sus propuestas para construir una de más valor, darle forma o matizarla antes de llevarla al Consejo de Administración. "El equipo directivo se enriquece de estos perfiles de referencia en su ámbito de actuación".

Ventajas para asesores

De cara a los ejecutivos o profesionales, el Consejo Asesor también tiene ventajas. Una de ellas es que, a diferencia de lo que sucede en el Consejo de Administración, no se tiene responsabilidad penal porque las decisiones o recomendaciones que se realizan no son vinculantes. De este modo, no se requiere tener seguro de responsabilidad civil.

Los ejecutivos también tienen otras ventajas porque pueden ir hacia diferentes compañías -y no solo hacia una más grande-, sin perder prestigio porque es muy parecido al que se obtiene formando parte de un Consejo de Administración.

El Consejo Asesor es una vía para que el directivo explore roles no ejecutivos, aparte también de ser una forma de testeo tanto para el profesional como la compañía porque, "si aporta valor, puede pasar al Consejo de Administración y tener voz y voto".

Y, sobre todo, está la satisfacción por el impacto que se genera porque los miembros del Consejo Asesor aportan valor y su impacto es alto. Por ejemplo, en una mediana empresa, "una idea se refleja en la cuenta de resultados en dos o tres años vista".

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