La economía aragonesa se desacelera, estimándose que este año crecerá menos que en 2018, aunque se prevé que tenga un mejor comportamiento que el conjunto de España. Los proyectos y las inversiones en sectores como las energías renovables, la agroalimentación y la automoción serán los responsables de "alimentar" la actividad económica.
Aragón ha pasado de ser la comunidad autónoma con más crecimiento en España en 2017 a ir mostrando signos de desaceleración económica en 2018 -crecimiento del PIB entre el 2,5% según datos de la Contabilidad Regional de España y el 3% del Instituto Aragonés de Estadística-, que son también evidentes en este ejercicio. Un menor crecimiento económico que se deja ya sentir en diversos indicadores, aunque las previsiones para este año para la comunidad aragonesa siguen siendo positivas porque crecerá por encima de la media nacional, pero se estima que este crecimiento será inferior al 2,6% de las últimas predicciones de Cámara de Zaragoza.
Unas estimaciones que se asientan en la evolución de, por ejemplo, el Índice de Producción Industrial, que crece en Aragón el 1,8% frente al 0,4% en España, así como la tendencia positiva en bienes de equipo (crecimiento del 9,5% en Aragón y del 1,2% en España) y de los servicios, que hasta el mes de julio de 2019 han crecido el 3,5% en la comunidad aragonesa y el 1,5% en el conjunto del país. Además, las exportaciones siguen en niveles positivos, mientras las importaciones caen, lo que ha llevado a que Aragón en los siete primeros meses del año haya registrado un superávit de 1.200 millones de euros frente a los 155 millones de todo el año.
Las mejores perspectivas económicas para Aragón que para el conjunto del país también se basan en la reducción de las amenazas internacionales. Siguen vigentes la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), mientras que otros riesgos anteriores como la subida de tipos de interés en EEUU y el incremento del precio de las materias primas se han ido diluyendo y ya no suponen una amenaza para la economía de Aragón porque se han suavizado sus efectos.
"No está mal estar prevenidos pero, en estos momentos, no hay datos de que la caída de crecimiento vaya a ser muy alta. No se indica una desaceleración o un problema importante", ha indicado Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, durante la presentación del Informe Económico de Aragón 2018, editado por la Fundación Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio de Zaragoza e Ibercaja.
La economía aragonesa, además, tiene una serie de fortalezas o aspectos más positivos como el dinamismo que se está produciendo en sectores como las energías renovables, la agroalimentación y la automoción, que van a "alimentar la actividad económica". Además, la rentabilidad media de las empresas sigue por encima del 3%, que es una tasa que se sitúa en niveles superiores a los de la crisis, y la productividad en el trabajo alcanza el mismo ratio registrado antes del período de crisis económica en términos reales. En comparación con el conjunto del país, los datos agregados ponen de manifiesto que crece más rápido en Aragón que en España: el 1,5% en la comunidad aragonesa, mientras que en el territorio nacional no crece.
Otro aspecto positivo de la economía de Aragón es el aumento de la población activa y la mejor tasa de paro, a pesar del incremento del desempleo en los últimos meses. Según el informe, Aragón figura en el Top 5 de las comunidades con menor tasa de desempleo -situándose por debajo del 10%-, estando por detrás de País Vasco, Navarra y La Rioja, aunque todavía esta lejos de los niveles europeos. Un menor dinamismo en la generación de puestos de trabajo que se produce porque "las empresas han aprendido a no crear empleo alegremente, sino a generar productividad para tener empleos más seguros". La comunidad también se mantiene entre las regiones con mayor renta por habitante, siendo superada por Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña.
El dinamismo de las exportaciones juega a favor para que Aragón siga creciendo en 2019, ya que siguen en niveles récord -a pesar del error al reflejar las exportaciones de la planta de Groupe PSA-Opel en Zaragoza-, e igualmente se observan ratios favorables en la vivienda, el comercio minorista y los servicios, que han tenido mejor comportamiento en 2018 que en 2017.
No obstante, si "el bloqueo político" continúa en España, no será de ayuda para mitigar la caída del crecimiento y contrarrestar los datos más negativos. "Si no se ve que se toman decisiones y aumenta la incertidumbre, no se ayuda al consumo y la inversión. El consumo de las familias es el que más está cayendo" en 2019, ha añadido Marcos Sanso.
Además, hay que tener en cuenta que Europa -es el principal cliente de España-, crece poco por la menor competitividad frente a otros estados y la diferenciación de costes. "Cada vez hay más competencia y más feroz con los países emergentes", ha manifestado Manuel Teruel, presidente de Cámara de Zaragoza, quien ha incidido en que hay que trabajar para potenciar el talento y que se ponga al servicio de la economía y de las empresas, así como por aportar más valor añadido para competir. "Se pierde mucho tiempo en aspectos transversales en la vieja Europa. Está muy dormida y hay que posicionarse en un mundo abierto".
Aspectos menos positivos
La economía aragonesa también tiene indicadores que son menos favorables y que requieren de atención. Entre ellos, por ejemplo, destaca el hecho de que hay dos sectores -construcción e inmobiliario-, con una rentabilidad promedio en niveles negativos.
A su vez, atendiendo a los sectores de actividad, se observa que hay pocos con perfil de productividad compatible con mantener al alza el crecimiento salarial de manera sostenible. Son solo cinco: agricultura; agroalimentación; material de transporte; productos informáticos y el sector de la madera, corcho y papel y artes gráficas.
En esta ocasión, desaparece la logística, que figuraba en el informe anterior pero en el que "se ha roto su perfil porque no es capaz de seguir el crecimiento de productividad", a pesar de que era un sector modelo en las tres provincias aragonesas. No obstante, "es difícil conseguir ser sostenibles", lo que explica que haya pocos sectores que puedan formar parte de este grupo.
Preocupante es también el endeudamiento del Ayuntamiento de Zaragoza y de la Diputación General de Aragón, "que sigue siendo alto y resta capacidad de maniobra para afrontar la disminución del crecimiento económico", ha incidido el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza.