
Economista con un brillante currículo a sus espaldas, ha entrado en el Gobierno de la Junta como independiente -fichado por Ciudadanos- con la firme idea de que es posible cambiar el destino fatalista de la región.
Con las incertidumbres actuales a nivel mundial (EEUU vs China, 'Brexit'...), ¿mantiene las previsiones de crecimiento para este año? Incertidumbre siempre hay. Prever el futuro es imposible. Sigue pendiente que se resuelva ese gran conflicto entre EEUU y China y, en la medida de que continúe la negociación, los mercados no se aclaran y esto lógicamente repercute en la inversión. Por otro lado, quizá el tema que más nos afecta es cuál va a ser el modelo de Reino Unido con la UE, cuando salga de ésta. Hay que esperar a que el acuerdo llegue tras el verano y se despejen estas incertidumbres. No obstante, en los últimos días, hay noticias positivas para la economía europea y, por tanto, para la española y la andaluza. Teniendo en cuenta el peso tan importante que tienen las exportaciones andaluzas para superar la crisis económica, que la economía alemana vuelve a arrancar, la italiana parece que ha salido de la recesión y la francesa está también en un contexto más dinámico, es alentador. Hay que recordar que estos son los mercados más importantes para las exportaciones de nuestro país y de nuestra comunidad. Por lo tanto, se espera que haya una revisión al alza del crecimiento esperado para España y para Andalucía en 2019.
¿Seguimos jugándonos hasta 1.000 millones de euros con el 'Brexit' los andaluces como anunció recientemente su Consejería? Nosotros lo que hicimos fue un rango, que oscilaba entre los 500 y los 1.000 millones, del coste que tendría el Brexit en función de su aplicación, con salida dura o con acuerdo. Estas son unas previsiones que nosotros hacemos en torno a un modelo que llamamos estático. Es decir, ahí no se contempla un modelo dinámico y, por tanto, cuál va a ser la reacción de las empresas españolas y de las andaluzas ante ese panorama negativo. Lo que cabe esperar es que las empresas pongan más empeño en exportar hacia mercados fuera del Reino Unido, especialmente Norteamérica y el sureste asiático, y así compense en parte la pérdida derivada del Brexit.
Tras estos años de crisis, la convergencia de Andalucía con España y la UE está igual que hace 40 años, un 25 por ciento por debajo del PIB per cápita medio. ¿Cómo podemos superar esa brecha histórica? Hay dos factores fundamentales, a grandes rasgos, que contribuirían a que la economía andaluza aumentara su tasa de crecimiento y fuera superior a la media nacional y que, por lo tanto, convergiera. Uno es el sector exportador. Ha habido un comportamiento extraordinario, tanto de empresas andaluzas como españolas, en el período de crisis. Ahí se ha producido un ajuste y una restructuración del aparato productivo que ha sido muy positivo, porque somos hoy capaces de exportar más que al principio del año 2008, cuando comenzó la crisis. De manera que, por la vía de las exportaciones, las posibilidades son enormes. El segundo factor es un tema meramente interno: necesitamos que en Andalucía las empresas intensifiquen las tecnologías de internet, en un sentido amplio. Y esto es porque el uso de nuevas tecnologías aumenta la productividad de las empresas al reducir los costes de producción, y hacerlas más competitivas. Si además de esto, hay empresas andaluzas que producen esas nuevas tecnologías, el panorama es mucho más favorable.
La UE parece que ha dejado de ver a China como ese gran gigante asiático amigo al que exportar para considerarla una superpotencia competidora. ¿Es momento pues de mirar a China o es mejor esperar? No. El mercado chino es tan grande y tiene tanta importancia que las empresas andaluzas deben redoblar o triplicar los esfuerzos por penetrar en él. Está claro que esa va a ser una fuente de crecimiento durante muchísimos años. Hay que explotarla al máximo.
Más allá de los 600.000 empleos que prometió Juanma Moreno en campaña, vista la actual situación económica, ¿qué previsiones contempla usted para los próximos 4 años? Prever a un plazo tan largo es complicado. Ahora estamos en el 21,08 por ciento según la EPA. Yo le diría que para finales de 2020 y principios de 2021, si las cosas no cambian de manera negativa por factores externos, la economía española debería ser capaz de encontrarse con una tasa de desempleo ligeramente por encima el 10 por ciento y la economía andaluza debería estar en alguna posición entre el 10 y el 15 por ciento de tasa de desempleo. Aunque todavía serían muy elevadas, representaría una mejora sustancial respecto a la situación actual. De hecho, la mitad que hace unos años debido a la crisis.
Usted ha sugerido a los andaluces buscar empleo donde lo haya, pero su apuesta por la movilidad no parece que haya sido bien entendida... Hay temas en política y en economía que parece que son políticamente incorrectos. Entonces, parece que hay aversión a hablar de ellos. Yo no he alentado con ninguna política o declaración a la movilidad. Me he limitado a decir lo que con estudios económicos sobre ese tema nos muestran. Y esos estudios nos dicen que hay una escasa movilidad. Pero insisto, yo no estoy alentando a que la gente coja la maleta y se vaya a vivir ya ni dentro de Andalucía a otra provincia. Lo que hago es describir la evidencia empírica que hay sobre este asunto, con estudios que dicen que si hubiese más movilidad de la mano de obra dentro de Andalucía, la tasa de paro estructural se reduciría entre tres y cuatro puntos. Hay que ir a donde está el trabajo y hoy no le estamos pidiendo a las personas que se vayan a Alemania, como en los años 60, que era durísimo. Hoy se trata de moverse dentro de la Comunidad, donde hay sitios maravillosos donde vivir y falta mano de obra.
¿Cree que el aumento del salario mínimo interprofesional es positivo? El efecto de la subida va un poco por barrios, por geografías y por sectores económicos. Si hablamos de una región como Madrid o el País Vasco, que tienen grandes empresas, con niveles de producción muy altos, el impacto que sufren es nulo. En otras afecta algo más. Pero en conjunto opino que es positivo para la economía española y para la andaluza.
Un reciente informe de la asociación empresarial Cesur advertía que casi un 50 por ciento de los empleos en Andalucía podrían ser sustituidos por robots de aquí a unos 10 años... Esto me parece un poco exagerado, aunque la robotización va a afectar. De hecho, ya está afectando al sector industrial, en las cadenas de montaje. En general, en los sectores económicos que sean muy intensivos en servicios personales, ahí es mucho más difícil que un robot sustituya a la mano de obra. Por lo tanto, creo que el efecto para Andalucía no va a ser tan grave; y, por otro lado, es una oportunidad para que las personas cambien de profesión. Por eso son tan importantes los cursos de formación profesional. Que a mitad de tu vida laboral seas capaz de comenzar una nueva etapa en nuevos sectores económicos abre unas posibilidades enormes.
Usted, como sus antecesores, promete eliminar las trabas burocráticas. ¿Será real esta vez? ¿Qué plan que tiene en marcha? Nosotros lo que sabemos es que el anterior Gobierno andaluz no había puesto mucho énfasis en este problema. Sin embargo, en este nuevo Gobierno de coalición se está trabajando mucho en ello. Se ha creado una comisión de simplificación administrativa, sobre cuyos resultados soy moderadamente optimista porque ya está dando avances. Se está haciendo un rastreo sistemático y profundo para ver qué se puede quitar de en medio. Digo que soy moderadamente optimista porque hay una serie de derechos administrativos de carácter legal que hay que respetar. Y es de ahí de donde viene la mayoría de cuellos de botella o camisas de fuerza que impone a la actividad política y económica la burocracia de las Administraciones, y en concreto de la Junta de Andalucía. Ahí va a ser más difícil avanzar, pero, en conjunto, va a ver avances. Lo presentaremos antes del verano.
Ahora que está dentro de la Junta de Andalucía, ¿se da cuenta de que es más difícil cambiar las cosas? Al contrario. La verdad es que ahora me siento más positivo acerca del futuro de mi tierra. En los viajes que estoy haciendo por Andalucía me estoy sorprendiendo mucho con la cantidad de investigadores que hay en las universidades y en centros de investigación. También con la cantidad de emprendedores que han creado empresas partiendo de la nada y en zonas geográficas muy distanciadas de las grandes ciudades, como es el caso de zonas rurales de Jaén o Granada. Y todo esto hace que vea de manera mucho más positiva el futuro de Andalucía.
¿Vamos a ver políticas económicas distintas en el Gobierno de Pedro Sánchez y el de la Junta? ¿Prevé una etapa de confrontación? Lo primero va a pasar, porque mientras nosotros estamos aplicando ya una considerable bajada de impuestos, en el Gobierno Central se va a producir un incremento de los mismos. Por lo tanto ya se están produciendo medidas contradictorias acerca de la misma materia, es decir, en temas fiscales. Por lo demás, yo espero que haya honestidad y equilibrio, cuando se modifique el modelo de financiación de las comunidades autónomas, ya que con el actual modelo, Andalucía está claramente perjudicada. Esperemos que con el nuevo modelo no haya colores políticos y se atiendan a los cálculos que están hechos y a las reivindicaciones de la Junta de Andalucía.
Con la crisis se habló de la necesidad de un cambio de modelo productivo que no sé si se ha producido... La salida exportadora de las empresas andaluzas ya es en sí misma un cambio de modelo de la estructura productiva. Y eso ya se ha producido. Además de esto, y en relación con los sectores económicos, el turismo va a seguir siendo el principal motor económico de Andalucía y casi de España. Eso va a continuar, porque hay unas condiciones climáticas y una forma de operar en el sector turístico de los trabajadores que se dedican a ello. El sector de la construcción, segundo, va a seguir contribuyendo de manera positiva al crecimiento.
Estamos viendo la vuelta al ladrillo. ¿Eso es positivo? El ladrillo es positivo en la medida que el ritmo de actividad del sector sea sostenible. Y lo está siendo porque el ritmo de construcción de viviendas es aproximadamente igual al ritmo de creación de nuevos hogares más el ritmo de compra de vivienda por parte de extranjeros -sobre todo en zonas turísticas-. Si esto se cumple, no tiene por qué haber una burbuja. Pero esto también va por barrios.
¿Qué opina de la ruptura de la fusión del único banco andaluz, Unicaja, con Liberbank? ¿Cree que podrá seguir en solitario? Yo creo que Unicaja tiene escala para ser autosuficiente y productiva para seguir operando en solitario. Ahora bien, lo que creo que también tiene sentido es que si tiene una zona geográfica limitada en España, que pudiera llegar a acuerdos de colaboración con otras entidades que estén repartidas por todo el territorio nacional.
Con respecto a las universidades públicas andaluzas, ¿hacia dónde va su idea de unificar grados o másteres con poca demanda? Estamos trabajando en un mapa de titulaciones en Andalucía. Los propios rectores saben que hay grados que, una vez transcurridos una serie de años, no tiene sentido que continúen. Y los propios rectores son los que están de acuerdo que algunos de esos grados, y especialmente, para los dos últimos años de la carrera, sean impartidos por más de una universidad. Pero es que esto ya existe. De lo que se trata des de dar un paso más allá y con prudencia. Las universidades andaluzas están lanzando másteres de nuevas tecnologías que están funcionando muy bien. Sin embargo, hay otros que no tienen tanta demanda. Creo que tres años es un plazo prudencial para saber si esos másteres están o no funcionando. Por ahí van a ir las líneas de actuación.