
La entidad resultante de la unión con Liberbank se mantendrá en Andalucía aunque tendrá su sede operativa en Madrid, según el protocolo que prevén cerrar en las próximas semanas
El mes de febrero será clave para cerrar un acuerdo de fusión entre la malagueña Unicaja y Liberbank -Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria- quedará lugar a la sexta entidad financiera española.
Los bancos de inversión contratados por ambos bancos para estudiar la viabilidad y conveniencia de llevar a cabo una fusión entre estas entidades finalizarán sus análisis ese mes, tras lo cual los consejos de administración de los dos bancos decidirán si siguen adelante con el proceso y, en caso afirmativo, elaborarán el proyecto común de fusión para finalmente ejecutarlo en el segundo semestre de 2019.
Esta primera fase interna de 'hacer números' no finalizará hasta alrededor de cinco o seis semanas después del cierre el ejercicio 2018 -primera quincena de febrero-, aunque diversas fuentes ya estiman que los costes de la integración y reestructuración se situarán entre unos 350 y 450 millones de euros.
El propio presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, aseguró que el grupo andaluz "procurará" que la sede social de la entidad continúe en Málaga, si bien parece que esta idea se ha consolidado y ha sido aceptada por Liberbank, que quiere a cambio que la sede operativa se traslade a Madrid y que tener más peso en la dirección de la nueva entidad.
De esa forma, lo más probable entonces sería que el actual presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, ocupase la presidencia del grupo resultante y que Manuel Menéndez fuese su consejero delegado.
En el proyecto común de fusión se acordará la ecuación de canje, es decir, la participación de cada entidad en el grupo resultante, para lo que se tendrán en cuenta factores como el tamaño, los modelos IRB o la tracción comercial, entre otros elementos.
En este aspecto se han publicado diversidad de opiniones: mientras que algunas firmas apuntan a un canje del 60 por ciento para Unicaja y el 40 por ciento para Liberbank, otras atribuyen una horquilla del 55-57 por ciento y el 43-45 por ciento, respectivamente, y hasta existen opiniones que contemplan una ecuación más paritaria de hasta el 51-49 por ciento.
La unión de ambas entidades convertiría al banco resultante en el sexto del país. Entre ambos sumaría unos activos totales de 95.974 millones de euros, posicionándose así por delante de Bankinter, que cerró el tercer trimestre del año con unos activos de 71.332 millones de euros.
La fusión colocaría a Unicaja y Liberbank a escasos pasos de Bankia, que tras la pertinente absorción de BMN, acumuló unos activos de 120.574 millones. Las posiciones aún están lejos de los grandes bancos del país como Santander (con 442.469 millones de activos en España), BBVA (383.111 millones) o CaixaBank (387.351 millones). Juntos suman cerca de 1.900 sucursales y una plantilla de más de 10.800 empleados, por lo que la integración requerirá un ajuste.
De hecho, la posible fusión por absorción de Liberbank por Unicaja podría dar lugar al cierre de 42 sucursales y a una reducción de la plantilla de 2.452 empleados, según cálculos realizados por Kepler Cheuvreux, que analiza en un informe las sinergias de costes derivadas de solapamientos en caso de que la operación salga adelante.
Actualmente, Unicaja cuenta con 6.916 empleados y Liberbank con 3.933, con lo que juntos sumarían una plantilla de 10.849 trabajadores. Kepler Cheuvreux sitúa la reducción potencial de la fuerza de trabajo en 2.452 empleados, hasta un total de 8.397. Asimismo, de forma conjunta, los bancos contarían con 1.866 sucursales, lo que arroja una ratio de empleado por oficina de 5,81, y que la firma estima que se podría reducir a 4,5.
Venta de activos improductivos
Mientras, la entidad malagueña sigue desprendiéndose de activos improductivos de cara a esta operación. Unicaja vendió dos carteras de activos problemáticos por importe total de 330 millones de euros a finales del pasado mes de diciembre, según han confirmado fuentes del mercado consultadas por Europa Press.
Se trata de una cartera de hipotecas de 230 millones de euros que ha sido vendida a Cerberus y otra de crédito promotor de 100 millones que ha adquirido AnaCap. Según los datos últimos disponibles, la entidad contaba al cierre del tercer trimestre de 2018 con un saldo de activos no productivos -neto de provisiones- de 1.594 millones de euros.
Estas operaciones están en línea con la estrategia que Unicaja ha llevado a cabo en los últimos años de reducción del peso de los activos no productivos. También Liberbank se deshizo el pasado año de una cartera por valor de 600 millones de euros. El banco se marca como objetivo dejar su balance a cierre de 2020 en 1.700 millones, es decir, 1.900 millones menos que la cifra actual.