Andalucía cierra 2018 como el año de la ralentización turística. Tras varios ejercicios cosechando cifras históricas la región también se ha visto afectada por el estancamiento del turismo internacional experimentado en el resto de España y aunque el crecimiento en el número de viajeros nacionales ha logrado salvar el año, las cifras cosechadas han sido más modestas que las de los anteriores.No obstante, la valoración de la consejería de Turismo es positiva y prevé alcanzar la barrera de los 30 millones de viajeros, cifra prevista para 2020.
Durante los diez primeros meses del año Andalucía recibió en su oferta de alojamientos reglados a unos 20 millones de viajeros, lo que supone un incremento del 1,6 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Del total de visitantes, 10,3 millones eran nacionales, lo que supone un incremento del 3,1 por ciento, y 9,6 millones eran extranjeros, cifra que apenas crece un 0,1 por ciento.
Andalucía se situaba así como cuarta comunidad de destino principal por número de turistas extranjeros, por detrás de Cataluña, Islas Baleares y las Islas Canarias. Reino Unido fue el principal mercado emisor de turistas hacia Andalucía en el mes de octubre, con un 27,9 por ciento del total de turistas, y el segundo fue Alemania con un 12,5 por ciento.
Vienen menos pero gastan más, y es que, el gasto medio de los turistas extranjeros en Andalucía ha aumentado un 14,4 por ciento hasta alcanzar los 11.475 millones de euros.
Para la consejería de Turismo de la Junta de Andalucía la conclusión es que la región ha sabido sortear el estancamiento del turismo nacional manteniendo cifras positivas.
"Andalucía ha tenido este año un buen resultado turístico, estimamos que vamos a llegar a las previsiones que teníamos planificadas para 2020, los 30 millones de turistas. En un marco global de reajuste e incluso de disminución en el número de turistas, Andalucía está teniendo protagonismo", comenta a elEconomista Andalucía el consejero de Turismo en funciones, Francisco Javier Fernández.
Para el consejero las causas de esta ralentización del mercado internacional son claras, por un lado la quiebra de algunas aerolíneas que ha reducido las plazas para Andalucía y por otro la recuperación de destinos competidores del mediterráneo como Grecia, Túnez y Egipto con una oferta basada en los bajos precios, que ha logrado seducir principalmente al mercado británico y Alemán.
"Andalucía ha apostado este último año por el turismo nacional, que representa más del 60 por ciento de los viajeros que llegan, para paliar la reducciones del turismo internacional", asegura Fernández indicando que la comunidad ha dedicado sus esfuerzos a captar nuevos mercados internacionales menos explotados como Polonia, Francia, Italia o Marruecos, donde apuestan por el turismo familiar.
Para recuperar la confianza del viajero nacional, que ha vuelto a ver Andalucía como su destino de vacaciones, ha sido clave la complementariedad de segmentos tradicionales como el de sol y playa o cultura y el patrimonio con otros novedosos como el turismo de naturaleza, deportivo o de ciudad. Un aspecto que en palabras del consejero ha logrado "satisfacer las demandas de los nuevos viajeros".
Un crecimiento del turismo nacional que se está viendo consolidado en la última etapa del año. Los dos puentes del otoño han dejado cifras de ocupación muy positivas, pasando del 80 por ciento en algunos puntos clave. Los datos han crecido no solo en ciudades clave en estas fechas como pueden ser Sevilla, Málaga o Granada, también en el interior en incluso en la Costa.
Aunque los datos oficiales aún no han sido contabilizados, la Junta confía en que estas cifras contribuyan a cruzar esa barrera de los 30 millones de turistas.
Aumento del Empleo
En el análisis del consejero uno de los puntos más destacados es el incremento del empleo: "nuestro balance es positivo, porque el turismo está creando empleo y riqueza en el entorno".
En este punto cabe destacar que los alojamientos reglados andaluces han creado en los diez primeros meses del año unos 46.200 empleos, lo que supone un incremento del 3,7 por ciento con respecto al año pasado.
Así, Andalucía ya comienza a marcarse los retos turísticos para el año que ahora comienza. Unas metas que, según el consejero, pasan por mantener el liderazgo en el mercado nacional, estar preparados ante las posibles consecuencias que pudiera tener el Brexit y primar la calidad frente a la guerra de precios del resto de destinos del Mediterráneo.