Por Manuel Alejandro Cardenete. Catedrático de Economía. Vicerrector de Posgrado. Universidad Loyola Andalucía.
En cualquier primer curso de carrera de Económicas, se explica el concepto del ciclo económico de origen político. Esta expresión quiere decir que lo normal en una legislatura es comenzar con políticas fiscales contractivas, por ejemplo una disminución del gasto público o un incremento de los impuestos, unido a un paquete de reformas esctructurales. Y cuando se acerca el final de la misma, comienzan a aplicarse políticas fiscales expansivas, es decir, justo lo contrario, para obtener un rendimiento electoral. En Andalucía nos encontramos justo en un periodo postelectoral. En el momento en el que estoy escribiendo estas líneas, la incertidumbre sobre la posibilidad de formar gobierno es máxima. En un parlamento donde el bipartidismo ya ha muerto, las posibles opciones se sabrán el día 2 de diciembre. Salvo sorpresa, existe una probabilidad alta de que no haya un acuerdo en el corto plazo, lo que conllevará a una prórroga presupuestaria. Ya hemos explicado en esta columna los problemas que conlleva una prórroga presupuestaria. Hablamos de la imposibilidad de planificar y/o ejecutar nuevas políticas de inversion, así como la imposibilidad de aplicar nuevas políticas sociales, educativas, o las referidas al mundo de la sanidad, que tanta falta hacen. En España, estamos redefiniendo el concepto del ciclo económico de origen político. Ya no es una correlación natural con los tiempos de gobierno y las políticas económicas a ejecutar. El propio presidente del Gobierno de España ya ha dicho que aunque no haya presupuesto, la prórroga no es tan importante. Y que funcionará a base de decretos. Nada más lejos de la realidad. Se trata de la ley más importante que se aprueba normalmente en un año legislativo. Es la ley que marca toda la política de un gobierno, tanto económica como no económica, dado que finalmente cualquier actuación necesita de un respaldo financiero. Cuando digo que ha sido redefinido el concepto de ciclo económico de origen político, me refiero a que parece que ya no es importante tener la Ley de Presupuestos para diseñar la política económica. Que basta con tener el poder de ejecutar decretos desde los Consejos de Gobiernos y parchear una ley presupuestaria antigua, obsoleta y que ni siquiera puede pertenecer a tu mismo partido político. Es el mantenimiento del poder por el poder, sin importar si eso afecta a los ciudadanos de a pie.