Por Silvia de los Santos, responsable del sector Aeroespacial y Procesos Productivos en Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)
Sevilla ha afrontado este año de forma especial la Semana Mundial del Espacio, que ha celebrado del 4 al 10 de octubre a escala internacional las contribuciones de la ciencia y la tecnología espaciales a la mejora de la vida humana. En esta ocasión, esta semana ha sido la antesala de un ejercicio en el que Sevilla será el epicentro de todas las miradas del sector aeroespacial internacional, ya que la ciudad ostentará la capitalidad europea del Espacio durante todo 2019, al asumir la presidencia de la Comunidad de Ciudades Ariane. Se trata de una ocasión única y sin precedentes para dar un impulso definitivo al sector espacial andaluz a partir de los grandes logros ya cosechados en aeronáutica. Es el momento de sumar fuerzas y apoyar un sector industrial generador de riqueza y empleo cualificado y de calidad. El aeronáutico es un sector estratégico para la economía de Andalucía, que lideró las exportaciones españolas en aeronáutica en 2017, con 3.293 millones de euros, lo que supone que la región vende más de 1 de cada 2 euros que ingresa España por exportaciones en este sector. Sin embargo, el área espacial es aún incipiente y tiene un gran potencial. A lo largo de 2019, se desarrollará un programa de actividades para aumentar la conciencia ciudadana de la importancia de las aportaciones de las tecnologías espaciales, con más de 20 acciones dirigidas tanto a un público general como a especialistas, incluyendo desde talleres infantiles hasta reuniones científico-tecnológicas y empresariales de alto nivel. Además, en todas las ferias aeroespaciales internacionales, Sevilla tendrá especial visibilidad como capital europea del Espacio, lo que supondrá un escaparate para la industria andaluza y sus capacidades. Entre otras acciones, Sevilla contará con un satélite a su nombre en el espacio, que prevé lanzarse a lo largo del primer semestre del año próximo. La tecnología espacial sirve para facilitar una rápida y efectiva respuesta a desastres naturales gracias a los mapas Copernicus, pero también para salvar vidas en el mar por la detección de embarcaciones a través de Galileo, el programa europeo de radionavegación y posicionamiento por satélite. Asimismo, contribuye a mejorar la seguridad vial, asistir el aterrizaje de aviones en condiciones climáticas difíciles, monitorizar los vertidos de petróleo o el desarrollo de la agricultura de precisión, entre otras múltiples aplicaciones. Primeros pasos como la fabricación en Andalucía -por la empresa Zero 2 Inifinity y el Catec- de la primera pieza española en impresión 3D para motores de cohetes espaciales son un aliciente para aspirar alto. La capitalidad europea del Espacio de Sevilla ayudará, sin duda, a posicionar Andalucía y debe ser un impulso definitivo para el despegue aeroespacial de la región.
