
Lleva tres años al frente de una Consejería estrella que arroja tan buenos datos actuales -visitantes, ocupación, gasto...- que eclipsa el debate sobre los retos pendientes -viviendas ilegales, turismofobia, precariedad laboral...-.
Comenzamos con la buena noticia de la desconvocatoria de huelga del sector en la provincia de Málaga. ¿Qué va a suponer? Es una gran noticia. El convenio de hostelería de Málaga ya era una referencia en España y ahora da un paso más en el tema de las externalizaciones, que será responsabilidad subsidiaria de las empresas principales en caso de que no se cumpla. Desde la Consejería hemos venido mostrando el apoyo a los trabajadores del sector, demandando a los empresarios que repartieran parte de sus beneficios con los empleados, además de defender unas condiciones laborales de calidad. Este convenio es un buen ejemplo a seguir para un sector que generó el pasado año en Andalucía ingresos por valor de 20.400 millones de euros y que emplea a unos 385.000 personas, el 13 por ciento del total de ocupados de la región.
¿Cuáles son las previsiones para este verano que acaba de llegar? Las tendencias son buenas, sobre todo si vemos cómo han sido las cifras del primer cuatrimestre del año y cuando vemos el incremento del número de plazas aéreas que se han abierto. Todo esto nos hace prever un buen verano. Y además, se prevé un incremento en provincias como Huelva y Cádiz. Y en el interior también, como en Córdoba y Sevilla, ciudades que otros años en verano tenían menor ocupación.
Por primera vez desde hace 33 meses el turismo no ha crecido. ¿Significa algo eso? ¿Hay un cambio de tendencia? Ha sido una ralentización, sobre todo en la Costa del Sol. Pero ha sido simplemente porque el año pasado la Semana Santa cayó en abril, por lo que el destino de playa sí que se vió con más aumento, pues el tiempo lo propiciaba, pero no como este año, que ha caído en marzo. Si vemos el conjunto sí que observamos un crecimiento sostenido, no como el de los años anteriores, pero sí que de forma que nos ayuda a afianzar las cifras de años anteriores.
¿Esa ralentización o caída tiene que ver con la recuperación de los países competidores del Mediterráneo? Cuando había problemas en esos países del Mediterráneo, en Andalucía no nos alegrábamos. Es más, que haya normalidad en esos destinos también nos da normalidad a nosotros, como destino del Mediterráneo. Por otra parte, nosotros no tenemos el mismo tipo de turismo que tiene Túnez o Turquía. Ellos tienen turistas de resorts o de todo incluido, que no es el turista medio de Andalucía. Se trata de un turismo muy específico, porque el que va buscando las pirámides de Egipto, solo va buscando eso. En competencia no nos afecta tanto. Andalucía debe seguir apostando por la calidad y no por el precio para competir, por las posibilidades que da de disfrutar por cosas tan diferentes y variadas aquí. Y en ese sentido, no tenemos competencia.
¿Se mantienen las previsiones de comienzo de año de superar los 30 millones de turistas en Andalucía en 2018? Creo que podemos llegar a esa cifra. Pero también hablo de apostar por la calidad y eso también significa apostar por ese respeto del turista al sitio al que va. Por esa convivencia que se tiene que dar entre vecino y turista. Esa es la calidad de turistas que queremos. No que gaste más o venga a hoteles de 5 estrellas. Sino que el turista que venga lo haga con la suficiente consciencia de que tiene que convivir. Y es una de las cosas que más se valora en Andalucía: sentirse a gusto en un sitio por esa buena convivencia.
¿Hay un prototipo de turista que viene a Andalucía? Hay dos tipos de turista internacional. Uno es el que viene por el sol y la playa, pero no el que viene por una pulserita, sino que quiere complementarlo con una oferta mayor, cultural y social, gastronómica, etcétera, que le permite vivir en un ambiente. Es alguien que pretende vivir y disfrutar de todo lo que rodea a la playa. Por otra parte, está el turista de pequeñas estancias, que vienen por 3, 4 ó 5 días, buscando una oferta cultural, patrimonial, de naturaleza o deportiva. Desde el golf hasta el cicloturismo. Ese es el nuevo modelo de turismo. Y Andalucía tiene en eso unas ventajas competitivas increíbles por su amplitud y diversidad.
¿A qué cree que se debe la caída del turista nacional a Andalucía? No creo que haya una caída. Lo que pasa es que el turista nacional tiene otros hábitos en la compra del viaje, más de última hora. Y en las estadísticas aún no estamos contabilizando a ese turista nacional que no viene vía aeropuerto, sino que viene con su coche, que viene por su cuenta y al final usa otro tipo de alojamientos, como las viviendas de finalidad turística, que no se contabilizan en las estadísticas.
¿Cree entonces que está cambiando la tendencia? Nosotros esperamos que este año el turismo nacional se comporte mejor. Los acuerdos que hemos tenido con Viajes Eroski, o los que hemos tenido con algún turoperador nos dicen que tenemos más demanda. Por ejemplo, Viajes Eroski, en el post-vacaciones tuvo un 30% de incrementos en costas de Andalucía. Además nosotros también estamos haciendo un sobresfuerzo económico en publicidad para que se nos vea más en Madrid, en Comunidad Valenciana, en País Vasco… que son mercado de origen a nivel nacional que sí valoran mucho Andalucía.
El número de proyectos hoteleros sigue aumentando. ¿Esa apuesta inversora se basa en las buenas perspectivas? Se están abriendo muchos en las grandes ciudades, y estos son muy visibles porque son 4 o 5 estrellas. Pero no solo en las grandes ciudades. También en la costa estamos asistiendo a diferentes promociones. Cadenas como W o Club Med están apostando por Marbella con inversiones muy potentes. Y ese tipo de cosas significa que están viendo que Andalucía tiene futuro y una oferta muy potente. Pero ya no solo vemos este aumento en lo hotelero, sino también en la hostelería. Estamos viendo cómo la gastronomía está creciendo, y sobre todo por su variada oferta y la calidad de la misma.
¿Esas inversiones hoteleras no son contradictorias con el mensaje de que el nuevo turismo de apartamentos va a hundir al sector? Lo primero que hay que quitar es esa visión o arquetipo de que la vivienda turística es barata. Hay para todos los bolsillos. Hay algunas que son de calidad muy alta. Muchas veces creemos que una vivienda turística es ese apartamento alquilado para una despedida de soltero, y no es así. Hay una variedad en esa oferta. Y también hay variedad en los establecimientos hoteleros. Ahora mismo estamos teniendo buenos índices de pernoctaciones en los establecimientos hoteleros y también en los camping, con nuestro decreto de autocaravana que ha permitido regularlo, gracias todo a la calidad que ofrecemos. Nosotros contra lo que luchamos es contra la clandestinidad en la vivienda de finalidad turística porque además de ser competencia desleal, es una falta de solidaridad fiscal con el resto de la sociedad.
¿Qué balance hace de esa lucha contra las viviendas ilegales? ¿Cuantas hay registradas en la Junta? 45.000 viviendas que han tramitado todo. De las cuales, hay unas 32.000 que ya tienen su número de registro. Pero con nuestro Decreto, desde que comienzan con el registro, ya pueden actuar.
¿Está satisfecho con esa cifra? ¿Cuántas viviendas legalizadas suponen frente a las irregulares? Hay que seguir trabajando y seguir inspeccionando hasta acabar con esa competencia desleal. Ahí la fórmula está en cambiar las leyes. No solo a nivel de turismo, sino por ejemplo en la Ley de Propiedad Horizontal. O en las leyes de haciendas locales, o incluso en el tratamiento fiscal de las viviendas, para que capacitemos a los ayuntamientos a regularlas.
¿Ha habido sensibilidad en el Gobierno para llegar a esa armonización? Bueno, hasta ahora no la ha habido. Con el anterior ministro y la secretaria de Estado sí que tenía buena comunicación, pero no había ninguna armonización. De hecho, nunca se me ha convocado en tres años que llevo como consejero a una reunión sectorial. Ni para este tema ni para ninguno. El 12 por ciento del PIB español pertenece al turismo, por lo que necesita de más coordinación y de reuniones sectoriales.
Además de viviendas, cada vez hay más servicios turísticos que se ofrecen 'online', desde guías a paseos a caballo... ¿Cómo se combate? El hecho de que se anuncien en la web, en vez de tener una comercialización tradicional o analógica, no tiene por qué ser malo, siempre que ese servicio cumpla con todas las garantías de una empresa. Si no son legales, hay que luchar contra esos servicios. Y para eso tenemos a las policías locales, o desde la Consejería para ir contra ellos porque no estén regularizados. O los ayuntamientos, porque sean actividades económicas que no estén regularizadas por ellos. Ya sea porque no tienen licencia de apertura o no esté pagando el impuesto correspondiente. Yo creo que es la sociedad quien la tiene que expulsar. Si no está regularizado, no da garantías al usuario. Pero yo creo que son las menos. Andalucía en ese sentido ofrece seguridad en estos servicios turísticos.
¿Qué opina de la llegada de los nuevos operadores de transporte como Uber y Cabify a Andalucía? Creo que estos servicios están o deben de estar suficientemente regulados en todo el Estado. Y eso es lo que hay que hacer para dar seguridad al usuario y evitar la competencia desleal. La sentencia que hubo sobre Uber, por ejemplo, sirvió para aclarar que se trata de un servicio de transporte. Si están regulados, evitamos la deslealtad fiscal o la posible precariedad laboral.
Este es el último verano que tenemos turistas ingleses dentro de la UE, ya que en marzo del 2019 entra en vigor el Brexit. ¿Cómo afectará al turismo británico en Andalucía? Nosotros estamos contemplando todos los escenarios. Pero hasta que no sepamos en qué quedan las negociaciones de esa salida de Reino Unido de la UE, sabremos poco. Hasta ahora lo que tenemos que tener es prudencia y esperar a ver cómo van a resultar esas condiciones: conexiones aéreas, servicios de los que podrán disfrutar como extracomunitarios, etcétera. Una vez que esté definido todo esto, podremos hablar. Pero Andalucía sigue siendo un destino de calidad y un destino preferido por los británicos. Y eso es lo que hay que intentar mantener. Lo que más preocupa actualmente es qué pasará con las aerolíneas que operan entre ambos países.
¿Qué espera del nuevo Gobierno y de la nueva ministra Reyes Maroto? A Reyes Maroto le pediremos que sea consciente de la importancia del turismo, y al Gobierno, que vea la necesidad de armonizar algunas normativas, sin perder las competencias que son propias, pero sí con una armonización y un contacto con otros ministerios. Igual que nosotros tenemos con otras consejerías en el Gobierno andaluz, con la Consejería de Hacienda, de Empleo, la de Economía o la de Agricultura… Una sintonía entre diferentes ministerios para abordar asuntos que nos competen a todos, como las viviendas de finalidad turística. Y estoy seguro de que va a ocurrir.
Hay playas de Cádiz y Huelva que aún no se han rehabilitado tras los temporales de esta primavera... Algunas playas están como están, pero no es un común en la Costa de la Luz. Son playas puntuales. Se está haciendo un trabajo increíble desde los ayuntamientos, sin ser incluso competencia suya. Pero yo creo que todas las playas de Cádiz y Huelva van a estar en perfecto estado en breve. Y lo creo porque estoy convencido de que se va a llegar a tiempo por la buena coordinación entre las Administraciones públicas. Ofreciendo la mayor calidad en todas ellas.