
El exrector de la Universidad de Sevilla es un firme defensor del crecimiento de la economía andaluza en las últimas décadas y un optimista convencido de las posibilidades de la región. Pero pide al Gobierno más compromiso inversor para ayudar a su convergencia.
La Junta ha tenido que variar dos veces al alza las previsiones de crecimiento económico en este año ¿Qué balance hace de 2017?
Las previsiones para este 2017 son bastante mejores que las que teníamos al comenzar este año. Se había previsto inicialmente una subida del 2,3% del PIB en este año, porque somos muy moderados a la hora de elaborar las previsiones de los presupuestos. Y puede que hayamos remontado al 3%, según los analistas. Es algo muy positivo, muy cerca de la media española. Y dado que el cierre en Europa se prevé que esté en el 1,7% y 1,9% en la zona euro, nosotros habremos recuperado la senda de la convergencia con el resto de Europa.
Pero la EPA del tercer trimestre ha vuelto a poner de relieve que el paro desciende en España mientras sube en Andalucía...
Creo que lo importante es que estamos creando bastante más empleo que en el resto de España. De hecho, el 40% de los afiliados a la Seguridad Social son andaluces. Pero tenemos una cuestión estructural importante, que es el dinamismo de nuestra población activa. Es decir, en el resto de España baja el paro de manera más significativa, incluso con menos creación de empleo, porque la población activa de Andalucía sigue creciendo. Del año 81, con un 20% de paro de los dos millones de personas de la población activa, hemos pasado a cuatro millones de personas con un 25% de paro. Pues eso significa que has creado 1.600.000 empleos. Es tremendo el salto.
Sin embargo, tanto en ese desempleo como en el PIB no se está produciendo una convergencia.
Se están recuperando las sendas de convergencia con las medias europeas. Pero creo que dentro de España debemos abordar el debate de la convergencia interregional. Esta es una cuestión muy importante para Europa. De hecho, se han dedicado fondos europeos relevantes en las últimas décadas. Se trataría pues que el Gobierno de España también se adhiriera a este tipo de estrategia. El Gobierno debería tener entre sus objetivos, como además la ley prevé, hacer especial hincapié en medidas que permitan la convergencia interregional y la cohesión.
¿En qué línea deberían ir esas medidas del Gobierno?
En recuperar las inversiones. Lo dicen los informes europeos, como el de la comisaria europea de Política Regional, Corina Cretu, donde se hace hincapié en que deben recuperarse las inversiones para restablecer esa senda de convergencia. También en el interior de nuestro país. Ciframos en unos 5.000 millones de euros lo que se nos debe por el actual modelo de financiación y casi 1.000 millones de euros de los últimos cinco años en inversiones. Empiezas a sumar y hay un importante desfase en inversiones y financiación de la comunidad autónoma que se acercará a los 10.000 millones de euros y que tiene como efecto la falta de convergencia.
Ese informe al que hace referencia, de la Comisión Europea, ¿no supone también un toque de atención a la política de la Junta?
En Andalucía gobierna el Gobierno de España, la Junta, los ayuntamientos y las diputaciones. Por lo tanto, cualquier reflexión relativa al uso de los fondos europeos, tiene como destinatario cualquier entidad que lo gestiona. No se olvide que de los 40.000 millones de fondos europeos que ha recibido Andalucía en los últimos 30 años, aproximadamente el 60% lo ha gestionado el Gobierno de España y el 40% la Junta.
¿Se les puede decir a los andaluces que hemos salido de la crisis?
Evidentemente, las circunstancias económicas son mejores, pero estamos viendo que hay un desequilibrio en esta salida de la crisis. El reparto entre la remuneración del capital y la remuneración del trabajo está muy favorecido hacia la parte del capital.
Se refiere a la reforma laboral. ¿Hay que cambiarla o derogarla?
La derogación de la reforma laboral es una cuestión urgente desde el punto de vista económico. Evidentemente tiene que sustituirse por una norma consensuada. Se pide su derogación porque es mala e injusta, pero es que además es un error mantenerla. Se trata de unas medidas coyunturales orientadas al momento en el que sucedió. Y ya hay una evidente voz común que dice que suban los salarios.
¿Cuál cree que es el modelo productivo por el que debe apostar Andalucía en estos momentos?
Se ha producido un cambio de modelo productivo muy notable en Andalucía durante la crisis. Se ha notado en el momento en el que hemos visto que un 20% de nuestro PIB ha sido en exportaciones de bienes. Si le sumas los millones de turistas que vienen, el sector servicios… lo que denota es que la economía andaluza está abierta al mundo. Lo que está claro es que los bajos salarios no harán de nosotros un competidor global. Entonces, se está produciendo un cambio dinámico en nuestro modelo productivo. Pero es evidente que el reto existe: hace falta en Andalucía crecer más deprisa y de una manera distinta, para garantizar que crezca la cantidad de empleo. Tanto España como Andalucía, van a entrar en una dinámica poblacional y demográfica que poco a poco produzca que haya menos gente en la población activa. Por ello podríamos pensar que en diez o 15 años no hubiera paro.
¿Cómo será ese empleo? ¿En qué sectores?
El reto que tenemos ahora mismo es qué tipo de empleo debe haber. El sustento fundamental para nuestro futuro es la capacidad logística de nuestra tierra. Así pues, Algeciras es el kilómetro 0 del comercio de Andalucía y debe serlo de España si se ponen las infraestructuras. Pero no sólo Algeciras. En la comunidad tenemos siete puertos significativos, estamos reclamando inversiones para conectarlos, y creo que ese entorno puede significar una oportunidad tremenda. Dese cuenta que el 80% del comercio mundial es por mar. Pues en España solo el 33% de nuestras exportaciones salen por mar.