Andalucía

De Castro: "Andalucía debe tener 100 empresas que facturen 1.000 millones"

Antonio García de Castro, director general del Instituto Internacional San Telmo

Ha sido un año muy especial para esta institución que cumple 35 años, por la que han pasado más de 9.000 empresarios y directivos y 1.000 políticos de la región. El Rey Felipe VI acudió el pasado mes a su última asamblea, en la que participaron 3.500 antiguos alumnos de esta prestigiosa escuela de negocios, que aspira a consolidarse a nivel internacional.

El Instituto Internacional San Telmo ha cumplido 35 años. ¿Qué ve cuando mira atrás?

Mucha historia, mucha ilusión y mucho trabajo. Creo que fue muy importante que en 1981 nos hiciéramos la pregunta: ¿es posible crear en Andalucía una escuela de negocio que tenga la misma calidad que tienen las principales escuelas de negocio de España, donde están algunas de las mejores de Europa? Y la respuesta fue clara. Sí. Comenzamos de la mano del IESE una larga etapa de colaboración de 25 años hasta 2006 con muchos retos y objetivos cumplidos: tener sedes en Sevilla y Málaga, tener claustro de profesores propio?

¿Y por qué 2006 supuso un punto de inflexión?

Fue cuando cumplimos 25 años y lo celebramos con un acto que presidió el Rey Don Juan Carlos. Estábamos en un momento especial, con casi todos los objetivos que he comentado antes cumplidos y con más demanda de la que podíamos abarcar, con empresarios y directivos de toda Andalucía y de fuera respaldando la calidad de los programas de San Telmo. Fue entonces cuando nos planteamos salir fuera y competir de tú a tú con otras escuelas de negocios nacionales y extranjeras.

¿Y cuál ha sido el resultado de la nueva apuesta estos diez años?

Muy positivo, a pesar de la crisis económica, que nos ha afectado a todos. De hecho, llegó un momento en el que nuestros ingresos se redujeron casi un 60 por ciento y podíamos haber apostado por reducir nuestras dos sedes a una o reducir nuestro claustro de 150 profesores. Pero apostamos por mantenerlo y salir al exterior. Y ha sido un éxito. Hemos sido capaces de salir a otras comunidades y a otros países europeos, latinoamericanos y del norte de África a competir. Para eso ha sido muy importante nuestra experiencia contrastada y nuestra especialización en el sector agroalimentario, donde somos líderes en formación. De hecho, directivos de las principales empresas españolas y europeas del sector están viniendo a Andalucía a formarse, desde Nestlé a Siro, Carrefour, Nespresso? También han salido fuera de España a dar estos Programas, ¿no? Sí, hemos ido a Miami, Milán, México, Tánger o Moscú, por poner algunos ejemplos. Y en varios de estos países nos hemos dado cuenta de que no solamente tienen carencias de programas del sector agroalimentario, sino en alta dirección más generalista. Conforme hemos salido nos hemos dado cuenta de nuestra calidad y nuestra potencialidad. Ahora vamos a entrar también en China como socios de una escuela de negocios.

Y tras estos saltos, ¿cuál es ahora el reto?

Tenemos claro nuestro potencial y queremos que Andalucía tenga una escuela de negocios reconocida internacionalmente, con sede en Sevilla y Málaga, que sea capaz de atraer a directivos de todo el mundo a estas dos Capitales a formarse, al igual que uno va a formarse a Madrid o Londres.

Cuentan ya con 10.000 alumnos, muchos de ellos andaluces, formados aquí. ¿En qué creen que les han marcado?

Muchos nos dicen que para ellos hubo un antes y un después de pasar por San Telmo, aunque para cada uno sea por distintas razones. Al margen de los conocimientos académicos, hay algunos que han ganado mucho en autoestima y en ser conscientes de que pueden con sus empresas, otros ganan en contactos, relaciones y hasta en hacer negocios, otros en contar con un espacio para pararse a reflexionar sobre los cambios globales y la necesidad de adaptación de sus empresas? Y todos han ganado en el aprendizaje de que hay que estar en permanente formación y reciclaje.

¿Qué ha supuesto para San Telmo la presencia del Rey en la Asamblea de exalumnos del pasado mes?

Que el Rey de España venga a la Asamblea de San Telmo es un verdadero honor y además nos ha permitido tener un impacto nacional de primer nivel. También me gusta pensar que Felipe VI ha venido a la Asamblea de San Telmo porque era una gran oportunidad de poder reunirse con 3.200 empresarios y directivos de Andalucía y Extremadura para hablar en persona con ellos de sus inquietudes, de sus problemas y de sus retos de futuro. Fue muy emocionante el encuentro y ver a esas 3.200 personas ovacionando al Rey, que también quedó impresionado.

¿Y qué supone para Andalucía esa imagen de 3.200 empresarios y directivos andaluces, tan alejada de los tópicos de la región?

Pues es una imagen fundamental, que nos permite efectivamente romper tópicos. Nosotros también percibimos esos prejuicios cuando nos preguntan si se puede crear una escuela de negocios de primer nivel mundial como San Telmo en una región como Andalucía. Y la respuesta la tenemos en esa foto y en los cientos de empresarios del sector agroalimentario que son líderes mundiales desde aquí. No sólo tenemos calidad de vida, también esta capacidad de liderazgo.

¿Muchos sectores de la sociedad andaluza siguen viendo al empresario como un especulador y no como un emprendedor que aporta?

Ese fue uno de los temas que tratamos en la asamblea. Y efectivamente es así. Sigue habiendo un gap entre la empresa y la sociedad, y tenemos que hacer autocrítica sobre qué es lo que hemos hecho mal para que la sociedad no vea a la empresa como un ente bueno y positivo. Este es un fenómeno mundial y que yo noto especialmente en Andalucía. Y debemos hacer un esfuerzo por demostrar esas bondades, especialmente tras una crisis en las que las empresas han tenido que tomar decisiones difíciles. Pero la empresa es una herramienta al servicio de la sociedad y que aporta mucho.

¿Cómo se prepara a los alumnos de hoy en un mundo tan cambiante, en el que dicen que buena parte de los empleos del futuro todavía no existen y la organización de las empresas que conocemos no servirá?

Para eso San Telmo es un magnífico gimnasio mental, donde se puede hacer un análisis riguroso del entorno y tomar las mejores decisiones en cada momento, siempre en base a la práctica y al método del caso. Se enseña a los alumnos a tener esa capacidad de tomar decisiones, y decisiones muy meditadas a pesar de no tener siempre todos los elementos de juicio, porque el mundo cambia constantemente. San Telmo escribe cada año 50 casos nuevos de empresa que nos sirven para ver la realidad.

Hablando de formación, ¿qué opinión le merece los resultados del último informe PISA sobre la Educación en Andalucía?

Creo que la Educación, por desgracia, es la gran asignatura pendiente de Andalucía. Antes comentaba que España tiene alguna de las mejores escuelas de negocio del mundo y el motivo es porque hay mucha competencia, y la competencia nos hace mejores. Pues aquí pasa lo mismo; hace falta mayor competencia entre todas las instituciones educativas por ser los mejores, porque todos los padres quieran que sus hijos vengan a mi centro. Pero aquí no prima eso, más bien todo lo contrario. Y a nivel universitario, creo que lo que necesitamos es una mayor especialización y calidad de nuestras universidades. Es mejor tener en una capital andaluza la mejor facultad de Ingeniería Industrial de España a tener ocho malas en las ocho provincias. Y además de esa especialización, tenemos que conectar la Universidad con el mundo real y laboral. La Universidad, por desgracia, está algo alejada del mundo de la empresa.

¿Qué radiografía hace de la Andalucía de hoy, tras ocho años de crisis?

Hay un indicador que me parece dramático, y es que la crisis se ha llevado por delante desde 2008 a más del 25 por ciento de las empresas andaluzas, y hemos pasado de 550.000 empresas a algo más de 415.000. Son más de 135.000 empresas las que han desaparecido en ocho años, con la repercusión que esto tiene en el empleo. La buena noticia es que por primera vez se están ya creando más empresas de las que se destruyen, lo que puede dar una idea de que la crisis ha acabado. Y no es el único indicador. El crecimiento del PIB y otros parámetros señalan en esa dirección. Lo que pasa es que mientras vivamos en una Comunidad que tiene cerca de un millón de personas sin poder trabajar no podemos hablar de fin de la crisis. Ese dato es propio de una sociedad y una economía enferma, y tenemos que reconocerlo. Tenemos que crear empleo suficiente o preparar a nuestros ciudadanos para tener capacidad de encontrarlo fuera si es necesario.

¿El autoempleo es el futuro o es un engaño?

El autoempleo es una necesidad y muchas personas se están convirtiendo en autónomos o creando su empresa sin tener una vocación empresarial. Algunos la descubrirán y será bueno, y otros la sufrirán y abandonarán. Hay un reto mayor que ese del autoempleo, que es el de creernos que las empresas que son líderes en una provincia o zona de Andalucía puedan ser empresas líderes a nivel nacional o internacional. Y ese es el único camino. En estos momentos tenemos sólo una empresa andaluza que factura más de 1.000 millones, la farmacéutica Bidafarma, que se ha creado tras la fusión de varias cooperativas. Y también Abengoa, que se encuentra en un momento crítico y ya no es capital andaluz. Pero Andalucía necesita 100 empresas que facturen más de 1.000 millones, y 1.000 empresas que facturen más de 100 millones. Para mí ese es el principal reto que tiene nuestra economía. Y Para eso hay que internacionalizarse, hay que fusionarse, hay que crecer...

Hablemos de la Reforma Laboral, ¿hay que profundizar en ella como pide la UE o derogarla como pide la oposición?

A mi juicio hay que tener en cuenta dos cosas importantes. Por un lado, es cierto que una persona que ha estado trabajando durante un largo período de su vida y por las razones que sea la empresa ha ido mal y tiene que despedirla hay hacer que esa situación traumática sea lo más leve posible. Y algunos partidos defienden que el coste del despido sea lo más alto posible. Pero también hay que decirle a esos partidos, y los trabajadores lo saben, que una persona que sale de una empresa lo que quiere es sobre todo encontrar cuanto antes otra empresa a la que aportar sus conocimientos y experiencia. Y para eso las empresas tienen que tener más flexibilidad para poder contratar. Es muy importante ese dinamismo. Hay países como EEUU en el que el despido es libre, y no estoy defendiendo eso, en el que el paro es mínimo, pero es porque la gente se atreve a montar un negocio, le sale mal, monta otro, se cambia de empresa? Y creo que a eso es a lo que vamos a tender en Europa. Pero también entiendo que no se puede pasar de un modelo a otro sin red, porque dejas atrás a mucha gente. Ese es el equilibrio que hay que encontrar. Y quiero decir algo importante. A todos los empresarios que conozco, que son muchos, les ha costado una barbaridad tomar determinadas decisiones duras y despedir gente para poder salvar la empresa y al resto de empleados. Y me parece injusto creer lo contrario.

¿Hay un cambio de modelo productivo como se hablaba en 2008?

Yo decía entonces que Andalucía necesitaba una agricultura eficiente, una industria competitiva, un sector servicios líder, un sector de la construcción que salga al exterior... Creo que necesitamos todo tipo de empresas y en todos los sectores, porque estamos tan necesitados que da igual al que apuntemos. Un ejemplo: en el sector del turismo no tenemos en Andalucía empresas líderes, sino que operan aquí empresas de fuera. Lo único bueno que ha tenido esta crisis ha sido que ha impulsado la internacionalización de la empresa andaluza, seguramente no por convencimiento, sino porque nos ha obligado a salir fuera, pero los resultados están siendo muy buenos. La industria agroalimentaria andaluza ahora es la que más vende fuera de España. Necesitamos más tamaño y salir fuera. Ese es el camino.

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