Andalucía

Sánchez Maldonado: "Hay que cambiar la Reforma Laboral salvaje de Rajoy"

José Sánchez Maldonado, consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía. Foto: Fernando Ruso

Este veterano catedrático de Economía malagueño aceptó hace dos años el caramelo enveneado que le ofreció Susana Díaz: ser consejero de la Junta de Andalucía, pero encargarse de la Consejería del paro y de los escándalos -caso ERE, Invercaria, Cursos de Formación...-. A pesar de ello, el político malagueño ha conseguido mantener el tipo y no pierde su optimismo sobre el futuro de la región tras la crisis. 

El principal problema de Andalucía parece evidente en una región con un millón de parados. ¿Cómo se le puede explicar esta situación a alguien que no conozca las características de esta comunidad?

Esto obedece a razones totalmente estructurales. El 80 por ciento de la economía andaluza está básicamente relacionada con dos sectores con una tremenda estacionalidad, como son el sector servicios, incluido el turismo, y la agricultura. Y esta estructura económica lleva a un mercado laboral donde priman la temporalidad y una menor formación. A esto hay que sumar lo que supuso el sector de la construcción, que ha dejado fuera del mercado de trabajo a 350.000 personas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, la situación está cambiando, y en los últimos tres años hemos pasado de tener 1,2 millones de parados a bajar del millón. Si seguimos por el camino adecuado, en tres o cuatro años podemos volver a tener cifras previas a la crisis, y quiero recordar que Andalucía llegó a tener un 14 por ciento de paro.

¿Está diciendo que en tres o cuatro años vamos a pasar del 28% de paro actual a la mitad, el 14%?

Ojalá, pero no me refería a eso, sino a que vamos a seguir bajando el desempleo en los próximos años y no podemos tirar la toalla, porque tenemos el ejemplo del año 2006, cuando se llegó a esas tasas. En cualquier caso, la estructura de trabajo está cambiando mucho en todos los sectores y debemos enfocarnos en una mayor innovación, porque cada vez se necesita una menor mano de obra intensiva en casi todos los sectores, donde la tecnología está sustituyendo a los trabajadores. Estamos en un cambio de modelo que va a cambiar totalmente el mercado laboral.

Si el Gobierno y la Junta presumen ahora de los empleos que van a crear en los próximos años, se les podrá acusar del paro que hemos sufrido, ¿no?

Bueno, la realidad es que hasta esto ha cambiado. En otras crisis anteriores las Administraciones Públicas tiraban de la economía con la inversión pública en grandes infraestructuras de transportes, de sanidad o de educación. Pero hoy en día las grandes infraestructuras de España están hecha y, además, lo que nos piden es austeridad y recortes. Así que el empleo sólo lo puede crear la empresa privada, y a las Administraciones Públicas nos corresponde facilitarlo y regularlo con todas las garantías para los trabajadores y las empresas. Y eso no se hace con una Reforma Laboral salvaje como la aprobada por el Gobierno.

¿Tiene la Junta datos que demuestre los perjuicios de la Reforma Laboral que tanto critica en Andalucía?

Cuando pasen más años se podrán analizar con más detalles esos perjuicios, pero le puedo dar dos datos que ya se manifiestan inmediatamente. El primero es el aumento de la temporalidad, que supone el 96 por ciento de los contratos nuevos que se firman en Andalucía. Y la segunda consecuencia es una caída de salarios medios del 10 por ciento, lo que supone que hay sectores y empresas que pueden llegar a un 20 ó 25 por ciento. Esta perdida de poder adquisitivo provoca la caída de la demanda interna y del consumo, y por lo tanto la ralentización de nuestra economía.

Ahora el PP va a gobernar en minoría, ¿van a insistir en la derogación de la Reforma Laboral?

Hay que darle una vuelta a la Reforma Laboral de Rajoy, que tanto daño nos ha hecho en Andalucía. Y como eso muchas otras cosas, como esa política de austeridad que afortunadamente está dejando de ser ese mito que todos defendían en Europa. Las fuerzas progresistas tendran que plantear una serie de reformas para corregir el rumbo que nos ha traído hasta aquí, con el incremento de la desigualdad. Desde Andalucía lo plantearemos, pero tenemos escasas competencias en este sector.

La Junta sí tiene competencias en Formación, pero en los últimos años la cosa se ha hecho de tal forma que ha terminado en los tribunales. ¿Qué han hecho mal?

Bueno, yo lo que sé es que asumí esta Consejería hace dos años y he estado metido en un círculo diabólico, con acusaciones de malversación y de corrupción que ha sido terrible. Eso obligó a la Junta a suspender los cursos de formación y hemos hecho algo que no tiene parangón en Europa. Hemos analizado más de 18.000 expedientes de cursos de formación aprobados entre 2007 y 2012, y aún nos queda por analizar otros 2.000. Eso ha obligado a un trabajo exhaustivo a nuestros funcionarios que era incompatible con mantener en marcha el sistema. Ahora estamos terminando y parece que aquella idea de que había una trama política para llevar a cabo un fraude masivo se está aclarando, y por eso ha llegado el momento de poner en marcha de nuevo los cursos de formación.

Quizá no haya habido una trama organizada, pero sí parece que haya habido descontrol, fraudes o irregularidades...

Por eso, lo que nosotros hemos hecho ahora es volver a poner en marcha convocatorias de formación con una estructura y dinámica completamente distinta, en la que ya no existe ningún tipo de discrecionalidad por parte de la Junta a la hora de adjudicar los cursos, que salen en concurrencia competitiva. Todas las empresas que quieran concursar tienen que estar registradas y homologadas ante la Junta, tienen que demostrar la valía de su profesorado, y tienen que contar con una serie de requisitos tasados que se automatizarán, estando así más controladas y evitando también más discrecionalidad por la Administración Pública. Hemos sacado a concurso 1.779 acciones formativas que van a atender a unos 26.685 desemplados y que tendrán un presupuesto de 71,5 millones. Y los últimos datos que me han facilitado es que se han presentado 900 empresas a estos concursos.

Como consejero de Empresa de la Junta, ¿cómo percibe el tejido empresarial andaluz tras estos años de crisis?

Yo me he encontrado con una estructura empresarial fuerte y potente, que ha sido capaz de sobrevivir a la peor crisis económica que hemos vivido nunca. Y veo empresas que siguen siendo un ejemplo en el sector industrial, en la construcción, en el turismo rural, en la agroindustria, en la agricultura intensiva, en invernaderos, biotecnología, aeronáutica, química... Creo que ahora hay buenas expectativas de futuro y muchas están apostando por el desarrollo del conocimiento y la investigación, y sobre todo convertir eso en innovación empresarial y valor añadido. Si inventamos cosas pero después el que es capaz de producirlas, fabircarlas y venderlas en el mundo es otro, no nos sirve para nada. A Andalucía le sigue haciendo falta más industria.

¿Cuál es la estrategia de la Junta para potenciar la reindustrialización?

Bueno, yo creo que hay que hablar más bien de industrialización que de reindustrialización, porque desgraciadamente no hemos tenido un pasado industrial previo. Nuestra industria sólo supone un 13 por ciento del PIB y nuestra intención es que, al terminar el actual marco comunitario, en torno al año 2023, podamos llegar a un 18 ó 19 por ciento. Es un objetivo ambicioso, pero creo que factible, y supondrá que una parte muy importante de nuestro mercado de trabajo estará con un empleo de calidad y sueldos más elevados.

Hay sectores que siguen demonizando la industria y criticando la existencia de áreas industriales tan importantes como el Puerto de Algeciras y el Polo Químico de Huelva...

Es cierto, pero eso ya no tiene sentido hoy en día. La tecnología permite que haya un riguroso respeto al medioambiente por parte de todas esas empresas. Y lo he comprobado personalmente en esas dos áreas industriales, que invierten millones de euros en medidas correctoras y ofrecen empleos a miles de personas en sus comarcas. Algo parecido ha ocurrido con la minería, que se ha quitado la capa de impopularidad y de falta de respeto al medio ambiente. Tenemos la legislación más estricta de toda Europa, pero saben que si cumplen tienen nuestro apoyo para aprovechar nuestros recursos naturales.

La minería se ha convertido en uno de los pocos sectores en clara expansión en Andalucía, ¿cuáles son sus previsiones?

Andalucía tiene este recurso natural milenario que debemos cuidar y poner en valor. En los últimos años, hemos dado 1.000 permisos de investigación para este sector, en el que ya tenemos una gran experiencia, algunas no buenas como la de la rotura de la balsa de Aznalcóllar que nos han servido para aprender. En estos momentos tenemos cinco minas abiertas: Aguas Teñidas y Cobre Las Cruces en Sevilla desde 2009, y Riotinto, Sotiel Coronado y Magdalena, abiertas en Huelva en 2015, y tenemos en cartera la reapertura de Aznalcóllar y Minas de Alquife, que tengo la esperanza de que a finales del proximo año esté abierta. En total, estamos hablando de siete proyectos que generan 10.000 puestos de trabajo directos y pueden tirar de más del doble de empleos en industrias auxilares. Por eso, creo que no podemos desaprovechar esta oportunidad, con todos los controles, las revervas y las cautelas que sean necesarias para garantizar la sostenibilidad.

La Junta pide al Gobierno la reforma de la Ley de Minas. ¿En qué linea?

Es que es de las pocas leyes preconstitucionales que nos quedan. Es del año1973 y no está adaptada a la realidad de España y al desarrollo competencial de las comunidades autónomas, ni a la minería moderna, ni a los procedimientos de gestión de los derechos mineros. Tenemos que cambiar eso y sentarnos Comunidades y Gobierno.

Hace unos años, se hablaba de las energías renovables como una de las banderas de la nueva economía andaluza, pero la realidad en estos momentos no puede ser más desalentadora...

Íbamos muy bien hasta que se apagó el sol. Se le puso un impuesto al sol y se quedaron en el aire inversiones previstas por valor de 12.000 millones de euros que hubieran creado 38.000 empleos directos en Andalucía, además de 4.000 MW adicionales de potencia. La moratoria de las primas a las renovables lo que ha generado es que 1.500 empresas dedicadas a las renovables en Andalucía se vean afectadas, con 110.000 empleos. La política energética que se ha llevado a cabo por parte del Gobierno central en los últimos años nos parece totalmente errática y creeemos que el nuevo Ejecutivo tendrá que corregir. Por cierto, la empresa emblema de Andalucía, Abengoa, vinculada a esas energía renovables, parece que se va a salvar.

¿Confía en los nuevos accionistas y en su potencial de futuro?

Las noticias de estos días son halagüeñas. Nosotros hemos estado colaborando y apoyando todo lo que hemos podido y confío en que todo esto llegue a buen fin y haya la menor pérdida de empleo posible, porque Abengoa es una empresa de referencia de la que hemos estado siempre orgullosos. Y no olvidemos que parte de su prestigio es por su gran capital humano, compuesto por 4.500 trabajadores en Andalucía.

Como consejero de Comercio también ha anunciado una nueva Ley de Cámaras, ¿en qué sentido?

Se trata de una adaptación a las actuales necesidades de estas instituciones, que cumplen una labor muy importante en Andalucía. Queremos sentarnos con todas las partes implicadas e impulsar esa reforma. Las cámaras pueden y deben servir de eslabón entre los comerciantes y la Administración.

¿Cree que ha aguantado bien el comercio andaluz los envites de la crisis?

El comercio andaluz es fundamental y genera el 12 por ciento del Valor Añadido Bruto de la región, con casi 500.000 trabajadores. El 28 por ciento de las empresas andaluzas son comerciales, frente al 22 por ciento de Cataluña o el 19 por ciento de Madrid, por ejemplo. Queremos incentivar los centro comerciales abiertos y queremos ayudar a que convivan los tres segmentos: el comercio minorista, el mediano y las grandes superficies. Y, además, queremos incentivar de forma importante la adaptación de nuestro pequeño comercio andaluz al entorno digital, porque las ventas por Internet son ya el presente y serán vitales en el futuro.

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