En los últimos años la economía ha sufrido especialmente la falta de financiación. Por eso resulta especialmente interesante que empiece a fluir el crédito al sector privado.
Los primeros indicios indican que ya empieza a haber nuevo crédito, aunque su volumen sea inferior a las cancelaciones de los existentes.
En un entorno de crecimiento económico internacional, las exportaciones han mantenido su buen tono en el primer trimestre, pese al elevado tipo de cambio del euro. Las importaciones han repuntado, pero en buena medida esto es consecuencia de las inversiones de las empresas -formación bruta de capital-, con vistas a aumentar su actividad. Las cifras que se conocen ponen de manifiesto cambios en el modelo económico.
El turismo creció con fuerza el año pasado y consolida sus cifras en los primeros meses de este año. El turismo nacional empieza a despertar y de ello se benefician regiones como Andalucía.
El importante endeudamiento privado hace difícil pensar en el consumo, a pesar del repunte observado, como pilar para la recuperación. Algo similar cabe esperar del sector público. Knut Wicksell, economista sueco de principios del siglo pasado, sintetizó las teorías de las distintas escuelas sobre tipos de interés. Distinguía entre el tipo de interés que llamaba natural y el tipo monetario, que sería el que señalarían los mercados financieros. Si el segundo es inferior al natural disminuiría el ahorro y aumentaría el consumo y los empresarios aumentarían sus inversiones, tanto porque mejoran sus perspectivas por el aumento del consumo como por la bajada de los intereses, coste financiero de sus inversiones.
Los datos del primer trimestre ponen de manifiesto un aumento de las inversiones, básicamente por las mejores perspectivas del sector exterior, esto se traducirá a largo plazo en aumentos de productividad y en consecuencia en mejores perspectivas para el empleo y las retribuciones.
Por eso es importante que fluya el crédito, para facilitar las inversiones. Además, estas inversiones tienen un efecto multiplicador que apoyaría el cambio de tendencia hacia una situación en la que crezcan las recaudaciones fiscales, por aumento de bases imponibles, y disminuyan los gastos asociados a la crisis.
A su vez, al disminuir el déficit se facilita su financiación e, indirectamente, también la del sector privado que accedería a los fondos que actualmente toma prestados el sector público.
Un IVA para financiar las pensiones
