El perro de José María Aznar fue sorprendido en Marbella por los paparazzis. Muchas personas piensan que el reportaje estaba pactado y que ha sido un "robado-posado" para promocionarse como los chuchos televisivos Rex, Lassi, Beethoven o Pancho. Otros atribuyen el mérito al fotógrafo. Su imagen jugando desenfadadamente con su dueño, uno de los políticos más poderosos de este país, y otro can en la playa de Guadalmina, una de las zonas más exclusivas de la Costa del Sol, ha dado la vuelta al mundo. Guadalmina da nombre además a una urbanización de lujo donde tiene vivienda, entre otros, el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. Justo al lado, en la también urbanización de lujo La Quinta de Benahavís, tiene una vivienda el ex presidente del PP andaluz, Javier Arenas.
Después llegó la sorpresa al descubrirse que la zona donde se encontraba estaba prohibida y su mejor amigo tendrá ahora que pagar una multa, que oscila entre los 75 y 500 euros, por incumplir la ordenanza municipal sobre tenencia de animales. El debate que se ha suscitado en la calle es si el ayuntamiento le sancionará o no. Hay apuestas para todos los gustos y colores.
Izquierda Unida que suele jugar casi siempre al rojo, ha realizado la apuesta más rápida. Su concejal en el consistorio marbellí, Miguel Díaz, está convencido de que el equipo de gobierno popular no va a sancionar al ex presidente y que cambiará la normativa que aprobó hace tan sólo seis meses, aproximadamente, para no dañar su imagen.
El PSOE ha elegido la apuesta más arriesgada y difícil. Diego Lara, el edil socialista que denunció los hechos en el último pleno municipal, es partidario, además, de denunciar también al PP por prevaricación. Considera que Aznar ha infringido la ley y debe ser sancionado por llevar a su perro suelto y sin bozal por la playa durante la Semana Santa.
Por su parte, la delegada de Sanidad, Alicia Jiménez, y el concejal de Playas, Antonio Espada, ambos del PP, son partidarios de olvidar este incidente que califican de mera anécdota.
En la ciudad hay indignación, pero relativa. Al ciudadano lo que verdaderamente le preocupa es cómo salir de esta maldita crisis económica y olvidarse de canes de todo tipo y pelaje.