
Uno de los dos mayores fabricantes de plástico agrícola de España no ha logrado atraer socios que aportaran los ocho millones de liquidez que necesitaba para seguir operando.
Tercer mazazo al tejido empresarial de referencia en Andalucía en una semana. Tras la sevillana Arance y la jienense Doña Jimena -la primera ha anunciado su cierre y la segunda un concurso de acreedores- ahora es la almeriense TPM quien deja de operar y extingue 225 empleos en sus fábricas de El Ejido (153), donde tiene su sede social, y Torrent (Valencia, otros 72), donde tiene una fábrica. La ampliación de capital abierta en mayo de 2011 para captar ocho millones con los que afrontar los compromisos de pago a acreedores y las necesidades de liquidez más inmediatas ha fracasado y la empresa ha comunicado a la plantilla el cese de actividad desde el 17 de febrero.
Los 12,8 millones de euros de deudas a corto plazo a cierre de 2010, junto a los 5,6 millones en compromisos de pago con acreedores, han sido una losa demasiado pesada para la compañía.
TPM, acrónimo de Torres, Plastimer y Macresur, estaba considerado uno de los dos mayores grupo de fabricación de plástico agrícola de España. Nació en 2000 de la unión de esas tres sociedades y en 2006 trasladó su sede social de Valencia a Almería por voluntad de sus socios, especialmente de Cajamar, que posee el 10 por ciento y es su principal financiador -tras haberle concedido en los últimos años créditos por 18 millones y haber aportado otros 8,9 millones en capital social-. Caja Granada (hoy BMN) posee otro 5 por ciento.
La evolución del grupo, que ya en 2005 presentó y superó un concurso de acreedores, ha sido descendente en cuanto a su negocio, pasando de unas ventas de 160 millones en el año 2006 a los 40,7 millones de 2010 (un 75 por ciento menos), según los últimos datos disponibles. La empresa, sin embargo, dio beneficios en 2010 (también en 2009) por valor de 1,3 millones.